Artículo Periodístico 3.832º: “Gastrocultura: Cojondongo de gañán de Extremadura”.
La
comida típica, popular, tradicional creemos, como principio básico, en todas
las sociedades, culturas son platos para la supervivencia, económicos y
probados durante generaciones.
Según
algunos autores, es un plato que recuerda al gazpacho y que sería su precursor
o precedente, es como si una línea evolutiva, se hubiese quedado en la mitad.
Una mezcla según algunos interpretadores entre algo a mitad de camino entre
gazpacho, sopa, ensalada, majado…
Según
algunos autores es un plato perfecto para el verano, y, era típico de agricultores
y ganaderos y pastores. No olvidemos, que durante siglos, estos oficios exigían
levantarse muy temprano, y, hasta el atardecer no volvían a sus casas. No
debemos olvidar, que una finca o campo, que estuviese a cinco o diez
kilómetros, ir y volver se dedicaba un tiempo apreciable, se fuese con mula o
asno o andando. Por eso, la jornada era una de ida y una de vuelta.
La
fórmula tradicional es pan, aceite, ajo, tomate, huevo y agua. Con el tiempo
pues se le ha ido añadiendo otros ingredientes, como pimientos, cebolletas,
pepinos, uvas, según el paladar del hacedor del plato y las circunstancias. Es
un plato de verduras, por eso lo del verano. También, no olvidemos que estos
alimentos se recolectaban en verano. Se suele presentar en dos variedades
básicas, unos con más agua y otros más secos.
Se
suele hablar si existe buena o mala gastronomía, y, gastronomía de alta calidad
y de mediana o baja calidad, o, incluso unos Premios diversos, que se otorgan a
los grandes creadores de la cocina, -ya sé que se escribe chefs-. Pero, aunque
admito, como en todo en la vida, en cualquier temática y aspecto de la
realidad, hay personas que tienen o parecen tener un talento especial y otros,
la mayoría, en ese tema, lo tienen menos.
Pero
creo y estimo, que en general, en la cuestión de los fogones, las personas que
se ponen a realizar dicho trabajo y función y finalidad. Si ponen un poco
interés, y, con un poco de práctica, todos llegan a un nivel importante de
aceptación. Con lo cual, eso de grandes y menores gastrónomos. Me parece que
habría que matizarlo. Comprendo y entiendo que existen personas con más
capacidad olfativa y gustativa de las papilas, y, por tanto, alcancen, a
disponer de un grado más perfecto para distinguir…
Pero
también debo indicar, que al final, grandes saboreadores de vino o de aceite o
del vinagre o del jamón o de quesos solo lo tengan una cantidad de personas,
baja en proporción, también, indico que en general, la capacidad de degustar
comidas, en la rama media de la población, es notable. Y, a la hora de la
fabricación y creación del plato también. En concreto esta comida que
comentamos, típica y modesta y humilde, no hay que ser un Bach o Mozart o Einstein o
Miguel Ángel de la comida, para alcanzar un plato suficientemente talentoso
y notable del paladar y del gusto y de la presentación y de la emplantación…
Se
suele definir y describir la gastronomía como un arte, una ciencia y una
técnica. Ya, que dispone elementos y variables y funciones de todos esos
mundos. Es cierto, que todo el mundo que se dedica a una profesión y una
vocación, es consciente, desde el principio del enorme valor y la enorme
aportación que su saber o disciplina aporta a la sociedad. Y, esto ocurre en
todos los aspectos de la realidad, los cirujanos, los pasteleros, los vendedores
de seguros, los maestros, los gastrónomos, los articulistas de textos de
opinión…
Y,
es cierto, todos formamos y conformamos un enorme edificio, antiguamente,
dirían, que todos somos y formamos una gran máquina social, cada uno ocupando
un pequeño tornillo o engranaje, y, entre todos formamos y conformamos todo el
edificio social. En estas reflexiones sobre la comida, que estamos haciendo,
nos fijamos en unas columnas periodísticas, unos días en unos temas y, otros en
otras variables y funciones…
Pero
otras cosas, no todos los días las hacemos, pero si todos los días necesitamos
respirar, necesitamos dormir, necesitamos vestirnos, necesitamos caminar por la
calle con seguridad, necesitamos degustar alimentos… Y, esa es nuestra vida,
son realidades esenciales que tenemos que hacer cada día. Incluso, varias veces
cada día. Porque necesitamos tomar energía en forma de alimentos, para después,
andar o caminar o respirar o realizar esculturas o hacer el pan o hacer
operaciones médicas o enseñar a otras personas o redactar columnas
periodísticas…
Con
este nombre, tan complejo, cojondongo del gañan extremeño, nos acercamos a una
realidad humana y social e histórica y real y presente. Nos acercamos a miles,
cientos de miles de personas, que el descanso del día, era detenerse y degustar
esta comida, para continuar con la vida y la supervivencia de la vida, diaria y
rutinaria.
En
estos artículos sobre gastronomía, estamos, aunque usted no sea consciente,
poniendo como los héroes del pueblo y de la historia, a tantos millones de
personas, que han ido haciendo su vida y en la vida, comiendo de forma modesta
y sencilla, por ejemplo, esta comida y plato y manjar de tomate y huevo y
aceite y sal y agua…
https://museovirtualcuadernosdelamancha.wordpress.com © jmm caminero (28 sept.-10 oct. 23 cr).
Fin artículo 3.832º: “Gastrocultura: Cojondongo de gañán de Extremadura”.
E. 10 octubre