Artículo Periodístico 3.889º: “Fotógrafos del color y lo cotidiano: Eggleston, Parr, Shore…”.
De
todas las revoluciones sociales acontecidas en el siglo veinte. Una, no
pequeña, es la valoración de la vida rutinaria y cotidiana, también en las
Artes, también en la fotografía…
Fotógrafos de la
Vida Diaria.
Se
podría indicar, que la fotografía en el siglo veinte, tuvo una serie de
revoluciones técnicas y tecnológicas,
que se han ido acumulando hasta llegar a la última, la famosa fotografía digital, pero antes ha ido
pasando por la invención del rollo, el original y negativo en rollo, que
terminó en la mitología de la Leyca, y, después, una serie de
pasos intermedios hasta arribar al puerto de la foto digital, y, en estos
últimos años, la fotografía por móvil –que puede tener más calidad y precisión
que muchas cámaras de hace cinco décadas-.
No
podemos negar, que ya en blanco y negro se llegara a niveles de fotografía
artística y documental, de un alto nivel y grado de calidad, “el instante o
momento decisivo” de Cartier-Bresson,
que multitud de otros fotógrafos han copiado, matizado, interpretado,
evolucionado.
Hasta
llegar a la famosa “fotografía de la calle”, en la cual, como toda potencia
económica acaba destacando culturalmente, ejemplo, Norteamérica, especialmente
en Nuevas York florecieron fotógrafos de
gran calibre en esta temática, como Meyorowitz,
Winogrand que realizó dicen que cientos de miles de fotos, Robert Frank, etc.
Eggleston, Parr,
Shore.
Diríamos
que hace unas décadas, una serie de fotógrafos, hicieron la revolución del color.
Cuándo la tecnología lo permitió empezaron a intentar fotografiar, documentar y
construir arte con el color, con las fotografías de color, uniendo en cuanto
arte-documentación, la vida diaria o rutinaria o cotidiana y el color, y,
además, no siendo solo documentos de la vida normal, sino muchas de sus obras,
verdaderas obras de arte, que han terminado estando y siendo en los grandes
museos, entre otros, todavía en activo, pero ya con una cierta edad, estarían
los tres que mencionamos en la cabecera: Eggleston,
Parr, Shore. También entre otros Nan
Goldin, Ryan McGinley, Richardson…
Pero
estarían otros como Friedlander, Vivian
Maier, -casi todo en blanco y negro, la fotógrafa desconocida que solo por
azar se volvió a recuperar, la niñera-fotógrafa genial-, Walker Evans como precursor y fotógrafo en blanco y negro, que a su
vez, como abuelo de la fotografía de este tipo, Atget en Paris. Etc.
El
siglo veinte en el que la democracia fue el sistema que en casi todo Occidente
fue el que tuvo la hegemonía de la organización sociopolítica –sin negar las
diferencias entre diversas clases de sistemas democráticos-. Con lo cual, la
idea del valor del pueblo, del valor del individuo en sí mismo y de la dignidad
de la persona y del valor de la persona en la sociedad acabó siendo una de las
ideas motoras de la historia reciente.
Con
y por lo cual era normal y justo y consecuente que todas las artes, en concreto
la fotografía empezasen a valorar y revalorizar y fotografiar, con el doble
rasero de documento-testimonio y de arte, la vida de la calle, la vida
cotidiana, los objetos comunes y normales y rutinarios… Y, por tanto, con ello,
el color, porque las cosas y los entes tienen color en la realidad y en lo
real. Las cosas no son en blancas y negras y grises…
Preguntas y cuestiones.
Según
la bodega de datos de Internet indica que se han podido tomar al menos,
cuatrocientos billones de fotografías digitales en el mundo, a fecha del 2017.
Con
lo cual, es obvio y evidente, que muchas de ellas, o se envían de forma privada
o se muestran por todas las redes sociales, con abertura pública o privada.
¿Una
de las cuestiones es hoy, como se seleccionan las fotografías que puedan tener
valor documental y valor artístico, y, a qué fotógrafos y fotógrafas se le
otorga, diríamos ese valor o ese sello de documento y arte o de documento-arte
o de arte-documento…?
Cómo
siempre nos encontramos en el grave problema del arte y de todas las artes,
como se selecciona las obras y autores y autoras, que se consideran por la
comunidad especializada como obras de arte. Cómo se llega a qué personas se le
cataloga de ese modo o de esa manera…
Dirán
algunos, que existen mares de peces fotógrafos de aficionados, y, después, una
selección de profesionales, y, al final, unos cientos de nombres por cada generación,
considerados grandes fotógrafos…
¿Pero
existe una segunda cuestión…? ¿Cómo y quién conserva las fotografías del hoy,
que puedan ser representativas para y en el futuro…?
¿Cuántas
Vivian Maier, se podrán estar
perdiendo, porque en tal cantidad de material, cómo se puede distinguir que
alguna obra genial o maestra en el arte de la fotografía no se pierda…?
¿En
Arte o Artes, no se puede decir, aquello que contestó Einstein, “no tienen que firmar unas decenas de físicos y
matemáticos alemanas que mis ecuaciones son falsas, solo que uno lo
demuestre…”? ¡En arte, Arte, Artes no se puede decir esto…!
https://museovirtualcuadernosdelamancha.wordpress.com © jmm caminero (29 sept.-14 nov. 23 cr).
Fin artículo 3.889º:
“Fotógrafos del color y lo cotidiano: Eggleston, Parr, Shore…”.
E.
14 noviembre