Artículo Periodístico 3.253º: “Levantarse cansado…”.
Hay días, que has dormido mal,
que te has levantado varias veces, que te has puesto a leer en la mitad de la
noche. Te has vuelto a arropar para intentar dormir. Que vuelves a dormir.
Pero no sabemos el porqué y el
por qué de esas noches que amanecen un poco grises. Más cansado que cuando ocho
o diez horas antes, introdujiste tu carne y mente y alma, entre un bocadillo de
sábanas, esperando el descanso. El hombre es un misterio, quizás, emergieron en
esa noche sueños que no recuerdas, quizás recuerdos que no recuerdas, algunas
luces pequeñas se levantan en tu corazón y alma al amanecer, pero no pones en
funcionamiento el castillo de los recuerdos.
Dicen que somos una mezcla de
sándwich de consciente e inconsciente con una capa media de semiconsciente.
Dicen que las flores nacen de dentro de nosotros, pero no en qué grado del
pasado o del presente o de esperanzas/temores del día que vendrá o de los
meses. Todos arrastramos como los icebergs, una dimensión que es exterior, que
percibimos nosotros claramente, y, los demás, y, otra interior, que siempre
está luchando por amanecer, hacerse clara. Indican que el cerebro o encéfalo o
sistema nervioso central siempre está interrelacionando mensajes o conducciones
entre neuronas, entre cientos de miles o millones de neuronas. Y, que todos
esos viajes o tránsitos la consciencia consciente, el yo consciente, solo capta
una parte o una dimensión muy pequeña…
Almudena Grandes, novelista y articulista notable, que
la desgracia de la vida, le ha truncado la vida hace unos meses, demasiado
joven nos ha dejado sus rayos de palabras y de presencia de colores, aquí mi
homenaje. Redactó un artículo que tituló: La memoria en un probador, publicado
por el
País Semanal, el 15 de agosto del 2010. Que viene a hablar de
amores/desamores, que en definitiva, es otro aspecto de la
conciencia/insconsciencia, del yo/no-yo, del ser/estar. En definitiva, de las
dimensiones conocidas y desconocidas del ser humano. Por qué y porqué amamos a
una persona y no a otra, porqué nos planteamos una vocación y no otra, porqué y
por qué de tantos porqués… Somos en nosotros mismos un misterio/enigma, siempre
buscando el silencio sonoro, la soledad visitada, el silencio de la soledad, la
soledad del silencio –cómo estrategia de entrar en el yo profundo y ser
profundo, en el sueño profundo…-. ¡Quizás, todas las filosofías sean solo eso,
quizás todos los saberes, solo buscan ese fin/finalidad o uno de ellos…!
Dicen que al final de este siglo
XXI, se conocerán grandes claves del cerebro, por lo cual, cientos o miles de
cuestiones o preguntas, que llevamos milenios en nuestra conciencia se
aclararán, yo, no lo veré, pero supongo que multitud de cuestiones
antropológicas, sociológicas, económicas, políticas, culturales, morales,
religiosas, espirituales, metafísicas, estéticas, etc., se encontrarán llaves,
que nos permitirán, si no responder a todas, si, al menos, a una parte de
ellas. Si esto se produce será un gran cambio de sistema en todas las
cuestiones no científicas, en todas las cuestiones de humanidades y de
filosofía y de temas conexos. Será un antes y un después… Porque sabremos o
tendremos indicios de muchas respuestas. Pero supongo que surgirán nuevas…
Que te pesa tanto en esas
mañanas, que pareces un pájaro que no es capaz de volar, ya, incluso los vuelos
pequeños, porque todo el interior está removido y revuelto como un magma que
quiere emerger, como una mala comida de un dolor de estómago enorme, pero en
este caso de todos esos caminos del espíritu o del alma o del yo o de la
conciencia o de la psique…
Dicen que pesan los años. Le
pesan a las personas que han intentado ser, siempre de buena voluntad, y, llega
un tiempo, y, se dan cuenta, que aunque han existido con honestidad y buenas
costumbres, han sentido el zarpazo del fracaso en muchas realidades, que todo
su existir, siempre ha sido una carrera enorme, pero nunca alcanzaban la meta,
que les habría gustado ser o estar, en otras posiciones en el juego del vivir,
pero siempre le daban las migajas, que han trabajado/estudiado hasta la
saciedad, y, casi siempre, su triunfo han sido unas pequeñas hojas verdes
amarillas, ni siquiera corona de laureles pequeños. Que otros, desde luego han
vivido peor, pero que pocos, se han esforzado tanto en ir taladrando piedras
que fuesen de colores y bellas. Y, que en tantos ambientes, han quedado como
los malos. Merecedores de los fracasos y de las penas…
Pero la realidad se impone,
después del rociar agua sobre la piel, después, del degustar energía de
distintas formas para caminar, después de arroparse con la ropa oficial del
laboreo, tiene que salir al viento de la calle, sonreír a quién se encuentre,
e, intentar participar en la parte que le corresponda del deber diario. Olvidar
que esa noche ha sido larga, con historias que no recuerdas, que te ha dejado
en las grandes preguntas, quién sabe si de Shakespeare o de Tomás de Aquino. O, quizás, ha sido
el temor de la inconsciencia, que te avisa que la nueva guerra de Europa, te va
a tocar más de lo que deseas y piensas y sientes. Presentires y
presentimientos…
Al final, es la incertidumbre del
ser humano, la mente/cerebro tiene sus reglas, y, trabaja a su ritmo, y, lo que
eres consciente de ella, es muy poca cosa. Quizás, sueñas en refugiarte en un
país neutral, sueño que sabes es imposible. Y, sabes que tendrás que soportar
el peso de la historia que te toque soportar. Esperas que la esperanza impere y
se materialice. Pero esa noche, esas noches que te levantas más cansado/a que
cuando te dormiste, esas noches, son largas y misteriosas y enigmáticas… ¡Y,
esos amaneceres y días, hasta la siguiente noche, demasiado largos, con minutos
muy largos y extensos…! ¡Paz y bien!
http://youtube.com/jmmcaminero © jmm caminero (24 octubre-02 noviembre 2022 cr).
Fin artículo 3.253º:
“Levantarse cansado…”.
E. 02 noviembre