Artículo Periodístico 3.260º: “Fiestas de niños/as”.
Es un misterio, niños y adultos
necesitan la fiesta/feria, necesitamos la risa/sonrisa, quizás el olvido de la
vida diaria para estar en otro horizonte/presencia/dimensión del yo
individual/colectivo…
Los Reyes Magos como fiesta
puramente infantil en Occidente, supongo que en otras culturas existirán otras,
con otros nombres, otras formas, otras fechas, otros colores, pero en esencia,
será lo mismo, es la fiesta de las niñas/niños. Los antropólogos culturales nos
podrán indicar y mostrar todos los parámetros y horizontes de explicación de
dichas realidades.
Un niño/a es un misterio con su
sonrisa y su alegría y su actividad. Cierto no es lo mismo, de unas semanas o
meses, o de un niño de dos o tres años, que ya camina y ya habla a media voz,
un desciframiento de palabras y frases según cada persona, que un niño/a de
cinco o siete años, o un infante de ocho a diez u once, o un preadolescente, o
un adolescente –que ya no se puede denominar niño, por definición, la
adolescencia como el puente-paso de la niñez a la etapa de la juventud-.
Supongo que cada vez se dará más
importancia, a la edad epigenética, así se denomina, esa etapa del que el
embrión/feto está en la cueva calentita de la madre, soñando con nuevos
tiempos. Se está demostrando que no es una etapa baldía, no solo se amplifican
las neuronas, y se crean las conexiones neuronales y células de todo el
organismo, y todo lo demás, sino que va adquiriendo conocimientos o entendimientos
o interrelaciones consigo mismo y del ambiente a través de la madre.
Posiblemente, no lo tendrían que indicar los neurólogos y los demás científicos
que estudian este proceso o esta etapa, indicándonos lo que es esencial.
Si esta etapa ha sido normal y,
diríamos rutinaria, pues nacerá un niño/a que será una espera y esperanza para
el mundo. Será un misterio y un enigma y una incógnita, si todas las
circunstancias y ambientes y enseñanzas y factores son positivos, o casi todos
positivos, quién sabe, si tenemos una persona que nos puede abrir un nuevo
campo al conocimiento, quién sabe, si nos curará alguna enfermedad, quién sabe,
si todo va de forma normal o mediana, que sea medianamente feliz y alegre, con
sus altibajos de tristezas y esplendores buenos y positivos. Como el resto de
seres humanos… ¡Será un nuevo ser, una explosión de cohetes de alegrías, aunque
no descubra nada especial, solo aunque viva y exista en este mundo, que cada
día se levante y cada día camine y cada día respire y cada día sonría, será un
milagro de la naturaleza y del Buen Dios…!
Cuidar la infancia, es diríamos,
debería ser un mandamiento religioso y espiritual y metafísico y filosófico y
cultural y científico. Cuidar a los niños y niñas. No hacerles daño de ningún
modo o de ninguna manera o de ninguna forma. Toda la familia y todos los seres
que lo rodean, toda la sociedad, todos los entes sociales, todo el Estado y con
toda la fuerza del Estado debería primar ese deber/derecho como necesidad
histórica y social y cultural y jurídica… Cada niño/a que nace es una enorme
fuente de esperanza para el mundo, aunque no descubra nada, aunque no nos
invente ningún artilugio, aunque no nos cure de ninguna enfermedad. Toda niña/o
es un ser sagrado. Cierto que hay que educarlo, hay que darle pautas para que
encuentre un equilibrio entre su irracionalidad y su racionalidad, entre sus
afectos y sus razones, entre su animalidad y su racionalidad, entre su
consciente y su inconsciente, entre su ser externo y su ser profundo…
Carmen Rico Godoy, publicó una columna titulada Se lo
llevo dicho (…), que respiró el aire de las letras impresas en el Diario
16, el día 03 de enero de 1977, que trata de estos temas y otros, entre
otros toma como gran metáfora las Fiesta de los Reyes Magos. Los Reyes Magos,
al menos, en nuestra sociedad y país, son como un enorme teatro-cine de tiempos
y procesos. Se juntan con las Navidades, la misma fiesta de los niños/as existe
una Cabalgata, donde diríamos se hacen carne la realidad e idea y símbolo de
los Reyes, y, un día, en mayor o menor medida, cada niño/a, incluso en tiempos
de guerras y crisis de todo tipo, reciben un pequeño regalo, aunque sea unos
caramelos.
Los adultos/as deben
autocontrolar de forma correcta su racionalidad y su irracionalidad, su
consciente y su inconsciente, su yo externo y su yo profundo, sus
circunstancias y su situación. Y, dentro de lo posible, cada ser adulto debe
amplificar/concebir/conceptualizar en su corazón y en su carne y en su alma,
ser consciente, que todo niño y niña, tenga las circunstancias que sea, sea lo
vulnerable que sea, sea de un color de piel o sea de otro, haya nacido en una
sociedad o en una cultura con una ideología o con otra, todo niño o niña es
sagrado. Y, debe ser tratado con toda la dignidad humana posible. Debe ser
tenido en cuenta, como lo más importante de la humanidad, como lo más
importante del presente hacia el presente, del presente hacia el futuro…
Todos los días o semanas, nos
desayunamos con alguna noticia, triste y trágica, en la que interviene algún
niño o niña, que ha caído bajo el mal y la maldad de algún o algunos adultos.
O, incluso, no ya un niño o una niña, sino varios o varias docenas… Sabemos que
traumas causados a niños, después, algunas veces, se vuelven a repetir, las
victimas se convierten en verdugos. Pero no podemos justificar, ni aceptar
ninguno de esos comportamientos que hagan daño a un niño o a una niña. Aunque
solo sea uno en todo el mundo y en todo el planeta.
Olvidamos, que los niños y niñas,
tienen los mismos Derechos Humanos que los adultos, olvidamos que además la
sociedad y la humanidad, les ha concedido, especiales Derechos Humanos en forma
de los Derechos de los Niños y Niñas. ¡Solo hay que cumplirlos, cada uno en su
ámbito de existencia y de circunstancias y de influencia…! Mateo 18. 6 y ss.
http://www.facebook.com/cuadernossoliloquiosjmm © jmm caminero (01-02 noviembre 2022 cr).
Fin
artículo 3.260º: “Fiestas de niños/as”.
E.
02 noviembre