Artículo Periodístico 3.267º: “Los coches atascados y el presente”.
Los
columnistas se debaten, siempre entre un dilema, irresoluble, o tratar de temas
de actualidad, presente, o de temas intemporales o inactuales o eternos…
Pienso que en el fondo es lo
mismo, tan presente hoy están las guerras púnicas o las de Napoleón o las
médicas que la última de Europa, todavía dejando sangre y sufrimiento, la de
Ucrania. Cuando se habla del pasado, se está describiendo algo del presente, si
se narra algo del presente, si es esencial o accidental, algo del pasado. El
pasado, en algunos aspectos es eterno, el presente, en algunos de sus aspectos
será intemporal.
Comprendemos que los equipos
directivos de los medios de comunicación, los
promotores-industriales-empresarios que han puesto el capital, luchen por la
audiencia. Uno, siembra un dólar para que le proporcione dólar y un cuarto. Es
la razón de la historia, si un león intenta cazar diez veces, y, no lo
consigue, al final, morirá de hambre. Todo ser viviente busca energía,
podríamos indicar que es una ley de la naturaleza y, por tanto, también de la
humanidad y de lo humano…
Pedro G. Cuartango, en una columna de El ABC, del nueve de enero
del 2018, titulada El gran Atasco, nos narra algo a raíz del lío/embodrio/atasco
que hubo en aquellos días, debido a la nieve. Pero al mismo tiempo, bajo mi
entender, fuese una realidad, unos hechos en sí, es una especie de metáfora
para contarnos algo de la eterna interrelación entre individuo y sociedad y
Estado. Podríamos poner a ese triángulo otros bordes y hacerlo pentágono o
exágono: cultura, ideología, religión, ciencia, tecnología, etc. Todo ese
conglomerado mental humano y natural de la naturaleza y natural de lo humano y
de la interpretación cultural e histórica. Estamos atrapados no solo en un mar,
sino en muchos mares: sociedad, nosotros mismos, naturaleza, cultura,
metafísica, historia, etc.
Se olvida con cierta facilidad,
no termino de entenderlo, que podríamos dividir el columnismo/articulismo
literario de opinión, en dos grandes ramas, diríamos, aquellos que están más
por la retórica y la oratoria y la belleza, Umbral y Ruano y Alcántara y Vicent,
serían grandes ejemplos, pero con precedentes en Gómez de la Serna, etc., y,
aquellos otros, que sin negar la estética de las palabras, se fijan más en el
mensaje y el contenido y en el fondo, entre los que tendríamos a Cuartango,
con precedentes claros en Unamuno, Ortega… Diríamos, un columnismo literario/opinión
que puede tener raíces allende de las fronteras en Alain. Supongo que modestamente, yo
me inserto-encuadro también, más escorado en esta segunda tendencia o
interpretación.
Cierto es que lo ideal, sería,
que la forma y el fondo, se besasen de forma armónica, y que las columnas, de
los miles de articulistas actuales, que siembran cada mañana, los periódicos y
los medios de comunicación, porque también hay columnas habladas o radiadas o
visualizadas o audiovisuales, estuviesen
preñadas de un nivel estético suficiente y elevado, y, también un nivel de
contenidos y esencias importante. Una columna periodística hoy, puede tener
ochocientas palabras, puede tardarse en leer, cinco minutos, quizás, en
pensarse y rumiarse, varias veces, cinco minutos. Nosotros los articulistas,
podemos tocar-rozar-analizar cualquier tema, pero tenemos que intentar que el
lector/a que se acerque a ella, no sienta que ha perdido el tiempo. Tenemos que
ofrecerle un caramelo para el pensamiento de ese día. Que quizás, a media
mañana, recuerde algo de ese artículo, y, él o ella, complete o complemente o
lo perfeccione. Como un buen café, una columna, le sirva para calentarle el
ánimo y seguir bebiendo en el ruido-silencio de la vida diaria y cotidiana. Un
artículo debe ser una malla/escudo para soportar la intemperie de la vida…
Cuando redacto un trozo de
palabras/texto/ideas/conceptos, sea cual sea el tema o el tono o el fondo o la
forma o la estética o las interrelaciones. Siempre me pregunto, sea en forma de
prosa o poesía o diálogo o artículo. Siempre me cuestiono a mi mismo, si ese
texto equis, un folio o dos folios, tendría el valor de calidad y de
profundidad, como algunas páginas de Cervantes o Shakespeare u Homero o Joyce o… Esta
es la cuestión. Es obvio y evidente, que quizás, no lo tengan, pero alguien que
hace mazapán, debe intentar que sea de alta calidad, alguien que hace vino o
mantecados o jamones o pan, es su deber-derecho intentar producir un material
de gran calidad. Pienso que el que redacta textos, es su obligación, no por
vanidad, ni soberbia, ni engreimiento, ni fama, ni notoriedad, aunque algo de
todo ello existirá, es su obligación, intentar hacer una pequeña obra maestra,
de las palabras y de las ideas y de los conceptos y de los datos, en este caso
del articulismo literario de opinión.
¿Por tanto, se hable de la lluvia
que está cayendo, se dialogue de alguna guerra presente o pasada, se cuente las
relaciones afectivas humanas, o, quizás, un concepto, mitad filosófico y mitad
rutinario, el deber es intentar que esas palabras, alimenten/nutran/gusten, le
sirvan para pensar a un hipotético lector o lectora, que ha tenido la gracia,
de dedicar cinco minutos de su vida, a leer y leerte a ti o a mí…?
¡Pienso que PGC está en esa gran tradición del
gran articulismo hispánico, que es capaz de mezclar temas pequeños y medianos,
con las grandes cuestiones de sentido de la vida. De la narración de un marco de un cuadro, todavía recuerdo, Ortega realizó un gran artículo.
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jmm caminero (02-09 noviembre 2022 cr).
Fin artículo 3.267º:
“Los coches atascados y el presente”.
E. 09 noviembre