Artículo Periodístico 4.447º: “Casas-museos de… y turismo”.
Se está abriendo como un tsunami
de personas que con razón o sin ella, con motivos o con menos motivos se están
quejando del turismo masivo en ciertas zonas de Europa, de España.
Desde
el centro de las mesetas, entendemos y comprendemos, algunas de sus razones,
que son varias y algunos de sus argumentos, pero por otro lado, nos resulta
difícil, a nosotros y en nosotros, apenas nos llegan esas masas de mares con
cabezas y corazones y almas. Nosotros, desearíamos que un tanto por ciento de
ese turismo de playa y arena y sol y bikinis, también nos arribara a nuestros
soles y tierras polvorientas…
No
sé, cual es la solución óptima y correcta, supongo que nadie lo sabe. Pero la
industria del trabajo en esas zonas se ha ido desarrollando, entre otros
motivos por el turismo… me pregunto yo, unamos y relacionemos y besemos el
concepto de casas-museos, de escritores, artistas, y, de otras especialidades y
de museos en general, con el concepto de playas y sol y bronceados y cuerpos y
culto al cuerpo, y, al descanso… Me digo yo, hagamos y relacionemos estas dos
realidades. Por un lado existen cientos de museos por toda la geografía de esta
Celtiberia, muchos en el interior, y, existen las playas naturales y
artificiales y todos los chiringuitos…
Plantéense,
de forma masiva y sistemática, que los millones de personas que van a la playa,
cada año, cada temporada, cada estación del año, una parte importante de ella,
si están aquí cinco días, dos sus cuerpos y sus almas entren en la Península,
quizás, hasta cincuenta o cien kilómetros, viajes de una mañana o viajes de un
día, y, visiten multitud de casas-museos, museos, fundaciones, de multitud de actividades.
Si esto se hiciese masivamente, se invitase en los tour, viajes organizados,
desde los hoteles, desde la administración, no solo se relajaría la presión en
determinados puntos, sino que además tendrían una visión más completa de esta
Península tan larga, que ya con César
sufrimos guerras civiles romanas, guerras internacionales en su época, véase La
batalla de Munda, en el interior calorífero y caloriento y secano y
secarral.
Me
digo a mi mismo, humilde y modestamente, deberíamos aconsejar y sugerir, que no
se pierdan casas donde vivieron artistas y escritores y científicos y filósofos
y teólogos, que pueden con pequeños cambios, convertirse en casas-museos, y,
por tanto, una fuente más de trabajo, porque al final, estamos hablando de
enseñanza y de cultura y de trabajo. Personas, una o dos o cinco por cada
establecimiento, en gastos directos e indirectos podrían vivir más y mejor y no
trasladarse a otra ciudad…
Ya
sé, ya sé que existen Asociaciones de Museos y de Casas-Museos me digo a mi
mismo, no podrían llevar su publicidad y su información a todos los puntos
posibles, a todas las industrias del turismos, a todos esos grandes operadores,
medianos, hoteles, etc. Se produce la situación, que existen territorios, por
ejemplo, la Mancha, que pasan y atraviesan sus carnes grises y amarillas y
verdes, según la temporada, millones de vehículos, y, ni siquiera un diez por
ciento se detienen, se introducen diez o veinte kilómetros de sus autovías, y,
encontrarían museos de todas las clases, restaurantes de todos los gustos,
localidades que parecen, algunas viven en dos siglos antes, cuándo las tropas
de Napoleón las atravesaron
–hipérbole, pero se siente ese sueño de siglos, ahora con cemento armado y
vehículos-.
En
la prensa, nos viene y deviene de vez en cuando, noticias que parecen que se
contradicen, pero que habría que interrelacionar, museos y casas-museos de
distintas disciplinas y autores, que apenas son visitadas, y, que están en una
situación de dormición, ahora una entidad Museos Vivos, si mi memoria no me
falla, ha inventado o descubierto, un sistema por el cual, no existe bedel, ni
guardas, ni guardias, sino que puede ser visitado por unas claves, personas
particulares, abren el museo o casa-museo y entran. Este sistema o idea,
podrían aprovecharlo cientos, hace unos meses me trasladé cien kilómetros y
más, para entrar en un museo de historietas de humor, y, estaba cerrado, no
existía personal.
También
nos vienen esas noticias, de construir y de realizar manifestaciones en contra
del turismo masivo, que recorren toda Europa, desde Venecia hace años y ha
llegado también a las costas griegas e ibéricas… Muchas personas comen y se
visten y se casan en nuestra sociedad gracias al turismo, sean prudentes y sean
racionales y sean morales. No matemos a la mano que nos da de comer y de beber,
a la industria que todavía está funcionando. Tengan imaginación, y, creen
grupos y comisiones de estudio de dicha cuestión, y, busquen soluciones.
Una,
una posible, una de ellas, es que decenas, cientos de casas, museos, palacios,
casonas, fundaciones que están en el interior, en los lugares que no existen
playas de arena, ni bikinis atravesados por olas marinas, les gustaría recibir,
aunque sea el diez o el veinte por ciento del turismo de las costas. Busquen un
sistema que puedan estar las personas en los mares y en los ríos y en las
playas y en las calles del centro de Hispania… ¡Una, es ésta sugerencia…!
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Fin artículo 4.447º:
“Casas-museos de… y turismo”.
E.
29 sept.