Artículo Periodístico 4.469º: “23 de abril: Día Internacional del Libro”.
Es una conmemoración para
celebrar el libro, la lectura, los derechos de propiedad e intelectuales de los
autores y editores, para la difusión cultural, para valorar la industria
cultural…
Se
suele citar este día porque simbólicamente, se dice que en 1616 fallecieron Cervantes, Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega –aunque Shakespeare su 23 abril corresponde al
calendario juliano, y, Cervantes
falleció según estudios últimos el 22 de abril-.
No
voy a estar en contra de celebrar un día para el libro y la lectura –supongo
que de alguna manera, también hay que ampliarlo a todo tipo de información,
como documentales, aunque otras artes tienen sus días correspondientes, quizás,
también habría que hacerse algunas preguntas:
-
No solo celebrar el Día del Libro, diríamos nacido o publicado, sino de los miles,
cientos de miles de libros que se quedan en los cajones. Google, calculó que existen o han existido 129.864.880 libros a lo
largo de la historia, el Quijote sería uno, la
Celestina otro, para que no haya confusiones…
Pero
todo el mundo sabe, que se han perdido millones de libros a lo largo de la
historia, solo miramos el mundo griego, y, sabemos de autores que les faltan
obras, Platón, Aristóteles, y de
todos. Miramos el mundo cartaginés, y, no sé si ha quedado un libro completo de
la civilización cartaginesa. Y, así, pienso y se piensa que millones de libros
se han perdido…
Creo
que la civilización y la humanidad ya han llegado a un estadio de evolución
suficiente, para plantearse esta cuestión, que se pueden crear lugares y
formas, para que los libros publicados no se pierdan, los libros que han nacido
no se pierdan. Esto se tendrá que crear una comisión internacional, la UNESCO, podría hacerlo. No se pierdan
los libros y otros documentos, en cualquier formato o idioma o alfabeto
–también extenderlo a las artes y artes plásticas, al menos, queden imágenes-.
-
Y, una segunda cuestión, los millones de libros, que se habrán perdido, “libros
no-nacidos, no-publicados”, que están en los senos y en las cavernas de los
autores-as. ¿Qué hay que hacer con estos, cada siglo se perderán destruirán,
olvidarán de una generación a otra, de unos herederos a otros, los manuscritos
a mano o en ordenador, de una cantidad ingente de libros, y, otros materiales
semejantes…? ¿Hoy, además sin contar que el sistema informático, permite muy
fácil la difusión de los originales o manuscritos, pero también la pérdida, que
va a suceder, de los miles y docenas de miles de material documental y libros,
que está en DVD y otros sistemas semejantes…?
Hoy,
deberíamos preguntarnos, no solo tanto alabar el libro nacido-publicado, sino
también el libro no-nacido y no-publicado, que existen a cientos de miles cada
siglo, y, que se van perdiendo. Hoy, la civilización ha llegado a un nivel de
evolución social y tecnológica y humana, que debe plantearse esta enfermedad o
este error o esta epidemia cultural. Porque debe usted saber, que puede ser,
que no sea material genial, aunque quién sabe lo que es genial, pero se pierde
cientos de miles de productos culturales. Usted debe saber, que existen miles
de autores y autoras, cada generación en el mundo, que se pasan diez o treinta
o cincuenta años de su existir y su existencia dándole a la tecla del cerebro
por y para intentar descubrir productos culturales, para encontrar preguntas,
para cuestionarse verdades y producir argumentos y datos y demostraciones…. Y,
debe usted saber, que todo ese material, en muchos casos, su destino es
perderse…
Uno,
de los mayores derroches de nuestra civilización a lo largo de los siglos, es
todo el material cultural que se pierde a lo largo de los siglos, por distintas
razones y causas y realidades… Es más, puede existir en un territorio equis,
mil poetas en cincuenta años, y, no se saben cuales son. Cada uno tiene un
espacio de publicidad y de difusión, pero al final, al cabo de unas décadas de
su Tránsito, apenas nadie conocerá su producción o su existencia. En
definitiva, sufrimos el derroche de autores y autoras de obras, en todos los
saberes y artes. Hoy, que tanto se habla del reciclaje de materiales, hoy, se
deja que se mueran, miles, cientos de miles de obras, cada siglo en el mundo.
Por unas razones y por otras…
En
el día del libro, bien harían las entidades gestoras de la cultura, públicas y
privadas, plantearse estos dos problemas que aquí he mencionado y otros… Otros,
que quizás, dejaremos para otro día. Paz y bien y sentido común y racionalidad…
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Fin artículo 4.469º:
“23 de abril: Día Internacional
del Libro”.
E.
06 octubre