Artículo 5.130º: “No entiendo mucho, no comprendo mucho…”.
Debo reconocer que después de
toda la vida de bucear en la vida, de bucear en la cultura, en diversos saberes
para entender la vida, debo confesar que no entiendo mucho…
Creo que hay que ser sinceros, si
dispongo de algunos oídos o corazones o mentes, que leen o lean estos textos de
vez en cuando de este escribiente, creo que no puedo, ni debo engañarles, ni
mentirles, menos aún manipularles. No quiero que piensen que sé más de lo que
sé. Aunque si me he esforzado en saber,
en intentar entender el mundo desde varias perspectivas y dimensiones, quizás
ese haya sido mi error de origen y estructural.
Mejor me hubiese ido si sólo
hubiese utilizado una mirada, una perspectiva, una forma de comprender todo y
el todo de la realidad y de lo real. Quizás, otros, otros grupos de lo mismo
habrían dicho éste es de los nuestros así. Así, se ha cumplido el refrán
“entendedor de casi todo, maestro en nada…”. Pero ese es el peso de la
condición humana, que algunos llevamos como alforjas con piedras, que algunas
parecen de titanio y de hierro…
Pero es bueno, que usted lector o
lectora, si bucea en estas palabras o en otras, alguna vez de este polígrafo,
sepa en qué óptica está. Muchos articulistas, quizás con razón, hablan-escriben
casi ex cátedra y pontificando con una seguridad que ralla en la evidencia de
los que han conquistado la sabiduría eterna como casi de Buda. No es mi caso. No quiere ser mi caso. Conozco esta
deficiencia y esta limitación. No puedo indicar que no sé nada, no es cierto,
no sería cierto, porque alguien que se dedica a hacer cafés, sabrá su oficio al
final de los años, pues mi café ha sido la cultura, la interpretación del ser
humano bajo la mirada de diversas áreas y saberes y especialidades y variables…
Eso es todo. Un artículo, este artículo y de opinión y literario, es esa
combinación de años y décadas de percepción y reflexión y lectura y
pensamiento, es como la sedimentación de toda una vida de materialización de
datos y observaciones y concepciones.
No soy más inteligente que usted,
no soy más listo que usted, no tengo más cultura que usted, aunque sí en
algunos campos, quizás al menos, cómo usted tendrá más cultura, más
conocimientos en otros campos que yo no dispongo… Por tanto, reitero cuándo se
acerque a beber de esta agua, ya he redactado unos cientos y unos miles de
artículos, que se han ido posicionando en distintos periódicos que ahora llaman
digitales.
La última revolución en el
periodismo o en la prensa. Qué es la prensa, esencialmente, a mi modo de ver,
es cómo cuando las cinco o seis vecinas de la misma calle, de algún pueblo de
esta Iberia profunda, salían, al amanecer, a la mañana, a la misma hora, y
barrían su acera, y, mientras hacían este acto, se comentaban las noticias del
pueblo, y, si algo serio y profundo y radical había pasado en la gran capital,
también lo comentaban. Pues los periódicos hacen la misma función que esas
señoras, jóvenes o hartas de primaveras salen a la calle y a la acera y
comentan las últimas noticias…
Los humanos se han inventado,
copiado de esas señoras, la prensa se ha inventado el artículo de opinión, que
es algo muy semejante a lo que hacían esas señoras en el pasado, durante
siglos. Porque es la forma de comunicarse. Los humanos necesitan saber de otros
seres humanos, no sólo por chinchorreo, sino para poder entender el mundo,
aunque sea su mundo, centrado en su pueblo y en su calle. Para intentar
predecir el mundo.
Escribimos artículos, la prensa y
los gestores y los empresarios de estos medios, se han dado cuenta, ya desde Larra, ya desde la Revolución Francesa,
ya desde el siglo dieciocho en Europa, quién sabe si también desde la Revolución
de Independencia Americana, que es bueno, que determinadas personas
comenten sobre mil temas. Porque los humanos, necesitamos vivir y existir en
este mundo, necesitamos degustar energía en forma de alimentos, pero también
energía en forma de idas y de conocimientos y de noticias y de informaciones.
Y, necesitamos que otras personas nos otorguen algunas nuevas orientaciones o
dimensiones o perspectivas…
Un artículo de opinión, es eso
una opinión, basada en algunas observaciones, en algunos datos y, en algunos
argumentos. En ochocientas palabras, son sólo ochocientas palabras, ochocientos
signos, ochocientos símbolos, ochocientas metáforas, ochocientas imágenes. Es
como un espejo en el cual, se retrata el que lo escribe o piensa o sueña, se
retrata el que lo mira o percibe. Es cierto que ahora hay menos tiempo para ver
prensa y menos artículos. Hoy, hoy hay cada vez más velocidad y rapidez en la
historia. Hoy, no ves en bancos de madera o piedra, personas con periódicos,
sentadas con el periódico mirándolo y mirándose en él, quién sabe si el mismo
periódico mirando al lector que con sus gafas y sus ojos lo atraviesa con su
mirada. Ese periódico de papel, que muchos añoramos.
Pero hoy, puede que con el móvil,
alguien en ese banco de piedra o madera, mientras que espera, quién sabe qué,
el diagnóstico del médico, entrar en un despacho a una entrevista, quién sabe
si la novia… ese alguien, si ese alguien, con una flor en el corazón, está leyendo
un artículo de opinión.
Si lo está leyendo, no estará
perdiendo el tiempo, porque quizás comprenda algo de la realidad de otro modo.
Él y ella, eso sí, debe utilizar el análisis y su pensar. Un artículo es en
definitiva un artilugio que tiene como finalidad hacer preguntas, hacer pensar.
Un artículo es el invento que los humanos han diseñado para hacer pensar, como
una tapa de algún alimento que degustas con la pequeña caña de cerveza o de
vino al mediodía de calor o de frío. Paz y bien.
http://articulosperiodisticosjmm.blogspot.com.es © jmm caminero (20 septiembre 2025 cr).
Fin artículo 5.130º:
“No entiendo mucho, no comprendo
mucho…”.
E.
05 octubre