Artículo 5.133º: “Van quedando lejanos: Robert Redford”.
Uno, se va dando cuenta, ya lo ha
hecho hace tiempo que los grandes nombres, nacionales e internacionales de la
cultura o sociedad o la religión o la política se van yendo.
Van
como por olas o mareas o marejadas o tormentas. Aquellos de la adolescencia que
eran ya grandes, hace unas décadas que fueron desapareciendo. Después vino otra
ola-oleada, digamos que fueron desapareciendo hacia el final de milenio o
principios del siguiente; ahora, estamos entrando en otra marejada de
desapariciones, como si fuesen las extinciones de las especies, dicen que han
existido cinco grandes extinciones en el planeta. Al menos, siento que llevamos
estas tres oleadas-marejadas.
En
la siguiente, posiblemente, se encuadrará este lápiz que esta reescribiendo
estas palabras –o, quizás en ésta, no lo sé-. El concepto reescribir es justo y
verdadero y profundo. Al final, dicen sólo escribimos un único libro que lo
repetimos de muchas maneras, quizás, sólo escribamos una única frase-idea que
la reescribimos de muchos colores y formas…
Al
nacer cada uno, según Dios y según la Naturaleza y según los padres y según las
circunstancias y según la historia pues diríamos que el concepto de “generación
o subépoca” es difícil de fijar-conceptualizar-materializar. Siempre se
organiza la vida por un acontecimiento, en nuestra sociedad-país-Estado, se
suele dividir por generaciones, aquellos que empezaron a respirar después de la incivil guerra civil, algunos
las denominan de 1940-1950, la siguiente, sería la de la Transición 1975-1980,
la tercera desde este principio, sería la del 2000-2010… y, supongo que quizás,
en 2025-2030, acontecerá algún acontecimiento, y, le pondrán ese nombre.
Pero
claro está, los que nacieron antes de 1940, son los llamados de la generación
del 98, 14, 27 estos fueron también dejando de respirar, más o menos, unos
antes y otros después, en ese escalonamiento, por lo general coinciden con las
nuevas generaciones siguientes. Pues, pues esa es la sensación que ahora vamos
teniendo y disponiendo. Que los que alumbraron sus obras, tanto a nivel
nacional o internacional, tanto en cultura o sociedad o política o economía o
empresa o teología o en el aspecto que
quieran, aunque uno se pueda morir cuándo quiera la naturaleza y cuándo algún
órgano falle o algún accidente no previsto o el Ser Supremo tenga organizado en
su Providencia, pero generalmente, pues nos levantamos más o menos en un ciclo
de tiempo de quince o veinte años, que llamamos generación, y, fallecemos en
otro ciclo de tiempo, de quince o veinte años, diríamos, la generación del
fallecimiento –excepciones existen antes y también después…-.
Ya
sé, cómo en general, después se instala el semiolvido, salvo en excepciones.
Existen fuerzas que quieren hacerlos despertar, pero parece que la naturaleza
es dura y semidura y fría y caliente. Cuando duermen el sueño de esta tierra o
en el sueño de esta arena, parece que en general, cuándo las personas dejan de
estar en los medios de comunicación ofreciendo sus películas, sus libros, sus
conferencias, sus apoyos ideológicos a una fuerza política u otra, a y a…
cuándo deja de ser cardenal, también ocurre en este ramo, se van olvidando sus
hazañas y sus voces y sus sonidos y sus ecos… Poco a poco. En general.
Aunque
creemos que del gran Robert Redford
no va a suceder-olvidar. Creemos que quedarán sus ecos… Pero tampoco podemos
saberlo. Porque en el cine, en la cultura, interviene mucho la tecnología.
Quizás, dentro de nada se harán “películas inmersitas o películas en 3D”, y, al
darse un cambio tecnológico radical y revolucionario, lo anterior, se recuerda
pero un poco lejano, algo parecido a las películas sin sonido…
Nos
damos cuenta, que nos hemos alimentado culturalmente, con generaciones de
hombres y mujeres que han intentado hacer algo en la cultura. Pero en la
mayoría de los casos se van deteriorando sus recuerdos, salvo excepciones,
algunos incluso son capaces de crear y criar, ellos o sus descendientes
fundaciones y museos, y, en algunos casos, también se van debilitando. Es
aquello del burgués parisino, ser poeta es un mal oficio, hay que hacer
competencia con los vivos y con los del pasado. Mi modesta pluma añadiría y con
los que tienen que venir. Pero eso es el orden de la realidad.
Las
nuevas tecnologías de la informática traerán nuevos géneros culturales y
adaptarán los antiguos, con lo cual se producirá otro elemento o terremoto o
meteorito cultural, mucho del presente y del pasado quedará obsoleto de alguna
manera, con los nuevos lenguajes y las nuevas ideas. Cuándo dentro de cien
años, ya vivan, ya existan colonias en el sistema solar, que sean habitables,
quizás quede Homero y Esquilo, pero
quizás mucho de estos treinta siglos, que hemos considerado esencial, sea menos
esencial… ¡Pero en fin…!
Uno,
siente como van durmiendo generaciones, generación tras generación de voces y
lenguas y gargantas y cabezas de gran renombre. Uno, uno siente, que ya en esta
oleada o maremoto, o en el siguiente, toca que mi modesta voz deje de respirar
en esta playa. Espero y deseo al menos exista el Buen Dios. si no existe, al
menos, este dedo con tinta ha intentado buscar el bien y la verdad y algo de
belleza, bienes y verdades y algo de lo bello…
http://filosliterarte.blogspot.com.es © jmm caminero (23 septiembre 2025 cr).
Fin artículo 5.133º:
“Van quedando lejanos: Robert
Redford”.
E.
05 octubre