Artículo 4.948º: “Dos o veinte mentiras al día y Javier Sádaba”.
Según Internet, cada ser humano
dice entre dos y veinte mentiras al día. No es azar que en los Mandatos de Moisés, venga uno que indica: “No harás
falso testimonio, ni mentirás”.
No se engañe, la mentira es una
forma y manera de engaño o de
manipulación de uno mismo y del otro o de los otros. La mentira es uno de los
males más graves que existen. Usted puede no creer en la Biblia como libro
sagrado, pero no cabe duda, que puede y debe admitir ese libro o conjuntos de
libros, como literatura-ensayo-pensamiento-filosofía-historia-cultura-relatos
en general. Es decir, no puede negar que es una fuente de preguntas y de datos
y de conocimientos, sobre el corazón humano. Al final, el corazón humano, en su
esencia no habrá cambiado mucho en estos tres o cuatro o cinco milenios
últimos…
Debemos no confundir, una
realidad es el error, y, otra la mentira. El error se produce cuando alguien,
un sujeto individual o jurídico o colectivo, dice algo o escribe algo o piensa
algo, que cree es verdad, subjetivamente cree que es verdad, pero después se
muestra o se demuestra que es un error. No ha dicho una mentira, sino solo un
error.
Y, la mentira, es un enunciado
que alguien indica, sabiendo que es mentira, y, lo dice sabiendo o creyendo que
no es verdad, pero lo expresa para conseguir algún fin. El fin puede ser
múltiple, existen muchos fines para decir mentiras, existen muchos motivos. Por
ejemplo, en una comunidad de vecinos, un grupo de vecinos con un fin, pongamos
por ejemplo, hacer una obra, que no es necesaria, ni obligatoria, por tanto, el
resto de vecinos no quieren hacerla, pues expresan mentiras y engaños y errores
adrede, para ir manipulando para conseguir sus fines…
La mentira está demasiado
extendida… Este es el problema. La mentira se está utilizando como arma
política, como arma social, como arma cultural, como arma económica, como arma
en todos los ambientes sociales. Cuándo en las escuelas se enseñaban los
sistemas aristotélicos-tomistas pasados por el filtro del cristianismo, se
enseñaba una filosofía-moral universal, que durante siglos ha sido el sustento
y la arquitectura del mundo occidental. Ahora, de alguna manera está en
declive, los muros de Europa se están deteriorando, los muros morales de
Europa, y, ésta es una de las tragedias de nuestro siglo, bajo mi modesta
opinión, aunque uno sea ateo o agnóstico o…, debe reconocer esta realidad...
Cada vez más personas, no saben
lo que son los siete pecados capitales o errores morales graves, no saben los
diez Mandatos-Mandamientos-Palabras de Moisés,
y, de alguna manera, eran sistemas que enseñaban y mostraban un código moral
mínimo universal. El grave problema es que sin ética moral universal mínima, no
se puede sostener el sistema jurídico y el sistema sociopolítico. Es evidente
viendo todos los acontecimientos que suceden estos meses y años en nuestro
terruño ibérico. Nadie podrá negar este dato y hecho y experiencia y vivencia…
En esta cata y saborear y
degustar algo del articulismo hispánico, me he encontrado hoy con el notable
filósofo, profesor, pensador, escritor, y, articulista de opinión Javier Sádaba Garay, que con fecha del
28-29 julio de 1990, redactó un artículo titulado: Mentir, publicado en Magazine
El Mundo, y, como todo articulista y como todo observador, porque al
final, un pensador no es solo alguien que analiza hechos y datos e ideas, sino
el que observa. Leer es una forma de observar, mirar y percibir son también
formas de observar. Somos animales racionales, primates racionales que
observamos. Constantemente estamos observando desde dentro y desde fuera.
Siempre produciéndose esos circuitos eléctricos de corriente alterna de dentro
afuera, de fuera a dentro, para observar, para pensar-observar. Somos animales
que observamos y que pensamos y que hablamos y que hacemos…
En ese hablar, se puede expresar,
lo que un ser humano cree es verdad, o lo que sabiendo que es verdad, no lo
expresa, sino dice otra cosa que piensa no es verdad, la mentira, miente, mentir.
Quizás, de los muchos males que los humanos nos hacemos y hacemos a otro/s, es
mentir y mentirles, con un objetivo o con otro. El otro, siempre se ha dicho
tiene derecho a la verdad.
Cierto, siguiendo la excepción de
Kant, si decir lo que crees es verdad,
te va a costar la vida, o un mal grave, pues no dirás la verdad, pero tampoco
mentirás, si es posible, no dirás nada, o expresarás, un detalle que sea
verdadero de la mentira o del error –en fin, no le puedo engañar, llevamos dos
siglos y medio, desde esta formulación kantiana, discutiendo, si esto tiene
sentido o no lo tiene…-. Creo que si no se puede expresar la verdad, lo mejor
es callarse…
Si todos mentimos, todos nos
engañamos, todos manipulamos, todos llevamos cartas falsas. Convertimos el
mundo en un enorme edificio de mentiras. Esforzarse en la verdad y la verdad,
al menos, lo que uno piense sinceramente es verdad, es diríamos un enorme
trabajo, que cada ser humano hace y debe de hacer. Cada ser humano debe
esforzarse en la medida que se pueda y pueda, en caminar en verdad. Cada día
conquistar un poco más de verdad. Poco a poco, ir e irse haciendo un edificio
de verdad… Verdad para sí mismo, verdad para los otros…
Me dijo, una vez uno, una
persona, lo siguiente, que no sé si es cierto o no, dejo a los científicos
sociales, que digan si este enunciado es verdadero o no: “me dijo, no te has
dado cuenta, que las personas que manipulan y engañan y mienten mucho, al
final, puede que tengan más aceptación y éxito social, pero por lo general, no
lo tienen más con sus hijos…”.
Desde entonces, he reflexionado
sobre esta idea, que no sé si es totalmente cierta o no lo es solo
parcialmente. Pero la explicación es que se me daba y se me dio, es la
siguiente, a grandes rasgos: “el que está acostumbrado a mentir, a las medio
verdades, a las medio mentiras, puede que tenga éxito social, en mayor o menor
grado, pero en casa, en su casa, no debe mentir a sus hijos, y, ya, no tiene
los mecanismos de convicción, de expresar con los hijos, verdades y errores”.
Todos los sistemas de manipulación que hace en la calle no puede utilizarlos en
su casa, y, entonces le faltan argumentos y convicción, y, de alguna manera
autoridad moral subjetiva, -¿la mentira/s que expresa se ha apoderado de si
mismo, en cierto modo…?-
No sé, si el anterior aserto será
verdad o no, ni en qué proporción. Pero algo de realidad existe en él. De
momento, creo que la mentira es uno de los males más graves que sufrimos en
estos tiempos. Y, además, mentimos sin cargo de conciencia moral. No puedo hacer
más, por intentar que este mundo sea un poco más verdadero en el decir y en el
hacer y en el hablar. Mientras tanto lea artículos de este pensador y filósofo
que hoy recordamos y homenajeamos, Javier
Sádaba…
https://museovirtualcuadernosdelamancha.wordpress.com © jmm caminero (25 junio 2025 cr).
Fin
artículo 4.948º: “Dos o veinte mentiras al día y Javier Sádaba”.
E.
29 junio