Artículo 4.951º: “Algunos Mercados de Abastos de España”.
Supongo que usted, entra en la
posibilidad de que no sepa muy bien lo que es un mercado de abastos. Pues es
sencillo eran lugares y edificios donde se compraba la alimentación.
No es como ahora las grandes
superficies, que el propietario es una entidad, sino que el edificio podría ser
del ayuntamiento, por lo general, también existían privados, pero los puestos
eran subastados por distintas personas, que los tenían alquilados durante un
tiempo, generalmente, durante toda su vida, pagando a cambio una cantidad al
ayuntamiento cada año, más el precio de la subasta...
Toda mi generación, un poco
anterior y un poco posterior, los Mercados
de Abastos eran y han sido y son en el recuerdo una institución esencial.
Entre las grandes cosas que España tiene todavía, es pasear por los Mercados de
Abastos que todavía existan. Al menos, muchos de sus edificios son posteriores
a la guerra incivil civil, y, otros muchos, anteriores.
No puedo decirle toda la
historia, pero durante siglos, durante milenios, posiblemente, desde el
Neolítico, en las ciudades más importantes, hubo un día o dos a la semana para
comprar y vender productos de la comarca. Esto fue derivando durante siglos,
hasta que el siglo diecinueve se instalaron en edificios concretos. Por lo
cual, eran realidades que fueron evolucionando durante siglos.
Entre los edificios y Mercados de
Abastos más importantes, que todavía existen, y, que todavía siguen siendo y
cumpliendo su función, otros se han convertido en instalaciones de los
ayuntamientos, en museos municipales, y, otras entidades –porque llegó a haber
mercado de abastos en todas las ciudades y pueblos de cierto tamaño…-.
Entre otros estarían El Mercado de la Boqueria en Barcelona,
Mercado de San Miguel en Madrid, Mercado de Abastos en Santiago de Compostela,
Mercado de la Ribera en Bilbao, Mercado de Atarazanas en Málaga, Mercado El
Fontán de Oviedo, Mercado de la Esperanza de Santander, Mercado de Triana en
Sevilla, Mercado de la Bretxa en San Sebastián, Mercado La Paz en Madrid,
Mercado Victoria en Córdoba, Mercado Santa Caterina en Barcelona, Lonja del
Barranco de Sevilla, Mercado de Maravillas también en Madrid, Mercado Central
en Valencia, Mercado de San Blas en Logroño, La Recova en Santa Cruz de
Tenerife, Mercado Central de Alicante, Mercado del Carmen de Huelva, Mercado de
Colón en Valencia, Mercado de Lugo, Mercado de Atarazanas en Málaga, Mercado de
Chamartin en Madrid, Mercado San Agustín de Toledo, Mercado de Abastos de
Puertollano…
Ha tenido también el nombre de
Plaza de Abastos, posiblemente, porque durante siglos se celebraba en una plaza
del pueblo o aldea, y, después se convirtió en un edificio en algún lugar, por
eso, se denominaban indistintamente, por las personas que estaban dentro de
ellos: la plaza o el mercado… Los mercados o plazas de abastos disponían de dos
categorías, digamos con el tiempo, los mayoristas y los minoristas, por lo
general, se podrían comprar todo tipo de mercancías alimentarias. Incluso
existían algunos otros servicios. Es obvio y evidente, que con el tiempo se
fueron ramificando y amplificando funciones y finalidades. Hasta que hacen unos
lustros los hipermercados y supermercados prácticamente terminaron con la
inmensa mayoría de mercados de abastos, como tales. Cierto que en las grandes
ciudades han quedado algunos…
Entre las ventajas es que al
existir, siguiendo la ley de la economía, suficiente oferta, diversa, docenas
de puestos por cada sector, pues siempre esto favorecía a la demanda. Podrían
existir sobre un mismo producto, diversidad de precios, en mayor o menor grado.
Y, por lo general, los vendedores cada uno adquiría sus productos en distintas
empresas, fábricas o lugares –evidentemente, no es lo mismo un mercado de
abastos de España, en los años cuarenta que en los ochenta del siglo pasado…-.
Nadie niega que la evolución de
cualquier realidad, se vaya produciendo a lo largo del tiempo y de la historia
y de las culturas. Y, diríamos también de la tecnología. Hace un tiempo
desarrollé un artículo recordando que en cada comarca existía una báscula
municipal, que era la encargada de dar ese servicio. Era necesario para pesar
los camiones y las mercancías. Esta realidad está desapareciendo también. No
sé, si en caso de urgencias sociales, la solución que una ciudad sea abastecida
por cien entidades diversas, cien vendedores, no es mejor que como ahora,
que prácticamente, lo es por cuatro
entidades… Digo en tiempos, que siempre vienen de urgencias o de situaciones
límites. Pero bueno, la realidad ha cambiado y se ha transformado en todos los
sentidos…
Creo que los operadores de
vacaciones podrían hacer tours por los grandes mercados de las diversas
regiones, e incluso del país. Creo que podría existir en la Wikipedia distintas
entradas a los diversos mercados todavía existentes. No sé si existirá alguna
tesis doctoral sobre los mercados de abastos de nuestro país. No solo explicar
su historia, sino su arte, y, multitud de realidades que han sucedido en esos
recintos, a lo largo de los siglos, a los largo de estos doscientos últimos
años…
Dicen que el primer mercado
mayorista de Europa, se creo en Paris
en el siglo V, en la Isla de la Ciudad, y se llamó Marché-Palu(d).
En fin, recuerdo a una mujer, ya
lejana en la memoria, joven todavía entonces, de mediana edad entonces, detrás
de un puesto vendiendo y partiendo pollos y gallinas, vestida o tapada con un
delantal, un delantal siempre muy blanco, recogido el pelo con un pañuelo…
Recuerdo esa mujer.
Mi pequeño homenaje a mi padre,
madre, hermana… mi pequeño homenaje a los cientos de miles de vendedores y
vendedoras de los mercados de abastos. Ahora, que tanto se habla de los
derechos de la mujer, durante décadas, miles de mujeres vendieron en los
mercados de abastos, se adelantaron al trabajo de la mujer, se adelantaron,
muchos matrimonios. Pocos lo recuerdan… Paz y bien, paz eterna para todos ellos
y ellas…
https://museovirtualcuadernosdelamancha.wordpress.com © jmm caminero (13 junio 2025 cr).
Fin
artículo 4.951º: “Algunos Mercados de Abastos de España”.
E.
29 junio