Artículo 5.181º: “Los perros y los presidentes y Francisco Umbral”.
Durante décadas hemos visto a las
Autoridades Máximas de los Estados ir acompañados en sus horas de ocio de sus
mascotas caninas, unos de una especie y otros de otras.
Diríamos que las personas que
ocupan el puesto de las Autoridades Máximas de los Estados se dividen en dos
clases, ya saben que hay clasificaciones-taxonomías para todo. Una, una de
ellas, que siempre me ha llamado la atención, es aunque yo no entiendo casi
nada de razas de perros, siempre he visto a algunos personajes con sus perros.
Casi todos los Presidentes norteamericanos disponen de un perro-mascota, el
señor Donald Trump no dispone de
mascota de perro, será en esto singular, personalmente nunca lo he visto
ninguna fotografía con algún animal. Podría tenerlo, aunque sólo fuese para la fotografía
oficial, pero hasta donde conozco no. O, al menos no soy consciente –redactar
frases con dudas en el artículo de opinión creo que es correcto, porque expresa
algo humano del escribiente, la duda…-.
El señor Pedro Sánchez, personalmente creía que no tenía mascota, pero
parece ser que sí, que se llama Turca. Habría que fijarse otro día,
en el nombre de las mascotas, si esto representa algún concepto o idea, pero
claro está, cómo nunca sabremos quién le ha puesto el nombre, si ha sido la
Autoridad Máxima o el conyugue o uno de los hijos o hijas –hablo en general-.
Es absolutamente universal la
información que la Reina Isabel
británica tuvo siempre la misma especie desde joven, los corgis. Fue emblemático.
Creía que existía una subraza de estos perros inglesa, pero en el mundo de
Internet me indica que eran de origen gallego. Cómo comprenderán no puedo
dilucidar esta diferencia, ni tampoco saber si es cierta o no lo es. A veces,
me pregunto, cuánto coste económico pudo tener en todo el reinado de Isabel de
Inglaterra todos los perros que tuvo, en concreto siempre de esta especie. Ya,
ya casi existía una especie de relación, de las dos realidades vivientes, una
persona, Isabel, una persona con una
enorme carga y cargo, Reina Isabel,
británica, y, al lado, el corgi famoso. Una vez oí una información, que
disponía de varios al mismo tiempo, que eran los que se reproducían entre sí…
También, me he cuestionado alguna
vez, si percibimos en cuadros de la nobleza del pasado, solían tener o ser
retratados algunas veces, con perros grandes, perros de caza o perros
descendientes de especies entrenadas para la guerra. Los cambios se producen
subrepticiamente. Cada generación sufre en su tiempo decenas, cientos de
cambios, según épocas, y, los humanos que viven en ese tiempo y en esa sociedad
y en esa cultura y en ese Estado se tienen que adaptar. Es la ley de la vida.
Es la ley del existir humano.
Supongo que habrá diferencias
entre la relación de las Autoridades Máximas de un Lado del mundo y del otro,
que la cultura y la sociedad y las metafísicas de cada geografía también
influirán en este campo o en esta realidad. Pero siempre me ha parecido cuándo
digamos en el papel couché, los estratos sociales altos disponían de perro o de
mascota, que al final, cómo tantas cosas y antas realidades, unas buenas y
otras menos buenas, irían pasando esas costumbres y hábitos a los estratos
sociales inferiores. Si un perro puede tranquilizar a una persona, parece bueno
y conveniente, que ese fin lo tenga para las Autoridades Máximas, que disponen
de tanta presión…
Sucedió con el tenedor y la
cuchara y el cuchillo para degustar alimentos. Esta fue, hasta dónde sé un
desarrollo social positivo desde arriba hacia abajo, porque habrá evitado
muchas enfermedades. Pero también creo que ha ocurrido con el perro. Diríamos
que los estratos sociales o el pueblo en general, siempre ha tenido perros como
una realidad práctica, para cuidar los ganados, para cuidar la casa, para
avisar del lobo… pero se ha ido extendiendo el perro como animal de compañía.
Este concepto ya abre enormes cambios en las relaciones de los animales y el
ser humano. Pero es un misterio que algunas cúpulas del Alto Poder Político
hacer grandes leyes en defensa de los animales, y, al mismo tiempo enviar a
millones de personas a campos de exterminio. Esto es una cuestión que jamás
entenderé, y, miren que me he obligado a comprender…
En estos momento me planteo cito
o no cito otro artículo y otro articulista, el maestro del articulismo de Umbral. Ya tengo dudas, realizo esta función
y finalidad de las citas, por varias razones, una por dar al César lo que es
del César, otra, por esa historia del articulismo que voy haciendo, también por
la formación académica recibida, de siempre citar a otros autores. Algunos
pueden pensar que cuando cito otra columna periodística de otro autor, estoy
haciendo una crítica negativa. No es así, estoy dándole un homenaje. Incluso
aunque algunas ideas que expongo no sean iguales a las del artículo de este
polígrafo. También menciono, que en la cabeza tengo varias decenas de artículos
para escribir. Pero unos, unos nunca llega el momento, ni la ocasión. Y, si
encuentro ese tema en otro articulista del presente o del pasado me digo a mi
mismo, bueno, es hora de hacer este tema. Que se podrían hacer diez artículos
con distinta visión.
Bueno citaré y mencionaré, en
homenaje, el maestro del artículo Umbral,
creo que uno de los diez mejores existentes en nuestra geografía desde hace dos
siglos y medios, desde Larra y antes
hasta ahora, redactó un artículo titulado: El perro de Rainiero, publicado en El
Mundo, el 18 de abril del 2005, dos años antes y unos meses antes de su
fallecimiento. Un hombre con casi setenta y tres años, que todavía hacia
florecer los verbos y los adjetivos y los substantivos. Si en este país,
viésemos menos los adornos de las personas y más su esencia, reconoceríamos que
Umbral es uno de los grandes de la
literatura periodística, estemos de acuerdo o en desacuerdo con sus ideas o no,
con su forma de ser o no, con sus evoluciones políticas o no…
Alguien dirá, es que yo le estoy
agradecido por algún favor personal. No es así. Le envié varias veces, si mi
memoria no me falla, producciones mías, no sé si le llegarían, y, jamás me
contestó, ni siquiera con un “recibí”, supongo que acabarían en la famosa
piscina, que algunos amigos comentan. Pero eso no quita, que sus artículos, son
una especie de Comedia Humana de Balzac,
pero hecha con artículos por un tal Francisco
Umbral, FU, Francisco Alejandro Pérez Martínez, también debemos tener
piedad y misericordia de sus grandes heridas y traumas que sufrió. También
recordar un caso claro y evidente que la literatura lo curó o lo medio curó.
Paz a Umbral. Demos los ibéricos,
démosle la paz que se merece cómo ser humano, como cualquier ser humano…
http://articulosperiodisticosjmm.blogspot.com.es ©
jmm caminero (22 octubre 2025 cr).
Fin artículo 5.181º:
“Los perros y los presidentes y
Francisco Umbral”.
E.
02 noviembre