Artículo Periodístico 3.043º: “Morir aprendiendo”[1].
Podemos relacionar dos realidades
morir y aprender, podemos utilizar esta frase como una especie de eslogan, que
es incentivar el autoaprendizaje, siempre se puede aprender y aprehender algo.
Carmen Martín Gaite (Salamanca, 1925-2000, Madrid)
redactó un artículo con el mismo nombre Morir
aprendiendo, en el Diario 16 del 18 abril de 1977.
Interrelacionar el concepto-realidad-experiencia-vivencia del morir-muerte y de
la automuerte o morirse uno mismo, con el aprendizaje-aprender-aprehender-reaprender
puede ofrecer multitud de caminos.
No es lo mismo, estar en la
primera etapa del existir propio, individual, humano, o estar en la tercera
etapa de la existencia. Si dividimos la vida humana, simple sencillamente en tres etapas: la primera,
hasta unos veinte años, toda la etapa de formación que se puede alargar unos
años más. La segunda la edad adulta que puede permanecer con un sujeto hasta la
edad de la jubilación, con todos los ingredientes que dentro de ello se insertan.
La tercera, la edad de la pendiente, que aunque físicamente esa persona esté en
estado de salud suficiente, aunque de una manera o de otra, siga realizando
oficios mercantiles o laborales, ya oficialmente está en dicha realidad
existencial..
Lo anterior, es para indicar, que
cada persona, consciente o semiconsciente, sabe en que tiempo del existir-vivir
están sus ojos-miradas-mares. Y por consecuencia, todo lo que realiza y
construye y edifica está teñido de esas realidades-parámetros-vivencias,
diríamos, que podríamos denominar la etapa del aprendizaje a la primera, la
segunda del desarrollo, y, la tercera de la espera.
Espera en un doble sentido o
perspectiva o dimensiones, si crees que tu vida personal termina en este mundo,
no hay Nada Después, o si para ti, como persona individual, existe una Vida
Posterior, aceptas el principio de inmortalidad individual, sea en las formas
orientales o en las occidentales monoteístas…
En la vida actual, y, con actual,
no hablamos de este año o década, sino de todo el siglo pasado y el presente,
hasta ahora. El concepto de producción o de producto, no solo lo que se realiza
o construye, sino lo que se cambia-modifica-evoluciona, es enormemente
importante. Por lo cual, esos productos o producciones los hace o colabora un ser
sujeto o humano. Un humano.
Estamos en una etapa de
producción posible o potencial, al menos de unas cuatro décadas, cada
individuo, en esta segunda fase de la vida, otra realidad es que esa persona
individual encuentre un lugar y oficio y profesión que le permitan realizar esa
labor, y, que por tanto, a cambio, le ofrezcan un intercambio económico en
forma de unidad monetaria.
Todo lleve-dirige, existiendo
miles de millones de seres humanos, cada uno con su conciencia y su cerebro, y,
existiendo multitud de profesiones y vocaciones y oficios, y, existiendo un
enorme afán de novedad-creatividad-ingenio-cambios. Todo produce que nada se
fija para siempre, o casi nada. Todo está en un constante cambio y revolución
moderada o radical, total o integral, parcial o semiparcial. Pequeños cambios,
que se acumulan produciendo nuevos cambios. El mundo es como un enorme iceberg
que se está moviendo constantemente, aunque no sepamos hacia dónde vamos
totalmente. Puede ser que usted note como se modifican los vehículos, los
medios de comunicación, los móviles, Internet, etc. Pero la realidad es que
nada permanece, o, al menos, casi nada. Todo fluye del viejo maestro Heráclito.
Lo que resulta por un lado, un
motivo de alegría y sonrisa y esperanza, y, por otro, todo se modifica-varía-evoluciona
constantemente, lo que crea una cierta incertidumbre, vulnerabilidad, angustia
al ser humano. A unos, porque los cambios no solo son tecnológicos, sino
conductuales, morales, ambientales, espaciales, instrumentales a y en todos los
sentidos. Y, yo me alegro mucho del cambio-recambio de la realidad en las
cuestiones instrumentales de casi todos los terrenos, pero no deseo, tanto
cambio en las prácticas sociales o humanas o ambientales o afectivas o…
Todo esto nos lleva, al concepto,
siempre estamos aprendiendo y desaprendiendo, las realidades se construyen de
otro modo, pero no solo en la forma exterior, sino en la interior. Hoy, abres
un dispositivo de comunicación lejano o teléfono, y, parece ser que te informa
de documentación y de mercancías y de servicios, que hace unas horas, tú,
buscaste, un viaje a Cancún pasando por la estación espacial de veraneo de la
Luna.
En las distintas dimensiones, en
la unidad substancial que es cada ser humano es, relacionado esencialmente, con
los horizontes Sociales, Culturales y de la Naturaleza, cada persona se ve
obligado a un constante deseo y desarrollo de aprendizaje/s. Diríamos que
estamos situados en un aprendizaje eterno. Somos un eterno aprendizaje, al
menos en esta tierra…
http://www.facebook.com/cuadernossoliloquiosjmm © jmm caminero (30 mayo-01 junio 2022 cr).
Fin
artículo 3.043º: “Morir aprendiendo”.