Artículo Periodístico 3.075º: “El calambre del autor/autora”.
Toda
persona que intenta modificar alguna realidad, de forma creativa o ingeniosa,
siempre en/con los parámetros de la veracidad, verdad, bien, bondad,
racionalidad, prudencia sufre lo que se puede expresar como el calambre del
autor/escritor/pintor/pensador/científico. La crisis.
Aquella persona, que no sabemos
cómo inventó el arco y las flechas, y, no solo la lanza, o aquella persona,
quizás, fueron inventores o descubridores o aplicadores del fuego, quizás,
tomando un trozo de fuego, de un rayo. Aquellas personas, tendrían la
capacidad, semejante a Einstein o a Newton o a Napoleón. Que son tres ejemplos
de superaltas capacidades. No entramos en juzgar sus obras, menos sus
biografías.
En un artículo, titulado El
calambre del escritor, del ya, tres lustros que abandonó este ovoide
terráqueo, Umbral,
publicado en El Mundo, según su Fundación –que pienso pone una fecha de
publicación del 2009, y ya Umbral había fallecido-. Umbral, como no podría ser
de otro modo, nos interrelaciona con puentes, varias
realidades-conceptos-ideas, entre otros, la creatividad y con Larra.
Se ha dicho siempre, que un
cuadro, sea mediocre o genial, está firmado o realizado por dos autorías o dos
firmas, una el autor/a material, y, otro por la sociedad-academia-círculos
selectos, que son los que admiten esta obra. O, dicho de otro modo, una
producción cultural, sea la que sea, no solo importa, la creatividad del
autor/a sino la sociedad en general, que lo admita, sea en los laberintos de
entendidos o académicos o expertos o crítica. Y, si no se producen ambos mundos
que están de acuerdo esa obra no existe. Además, que esté dentro de la
tradición, aunque vaya en contra de la corriente de la tradición.
Para que sea genial y clásica,
durante varias generaciones, los expertos o entendidos o la Universidad deben
seguir considerando a esa producción, como obra de talento o genial. Porque si
no lo es, lo hemos visto ya muchas veces, no ya del pasado que no hemos vivido,
sino del presente, porque los autores pasan al purgatorio de la creatividad, se
van olvidando sus obras y sus nombres. ¿…?
En todo ese proceso, los
autores/as, en el campo que sean, pasan por muchas dudas e incertidumbres y
tristezas y penas y desalientos… pero, esta es la cuestión. Mucho se perderá,
mucho que haya podido ser valioso, se perderá o habrá destruido, en los
rincones de la historia. Mucho, se habrá tenido que descubrir muchas veces, o,
al menos varias veces. Mucho, también va quedando… Esta es la cuestión. Pienso
y opino y comento, que hoy, podríamos crear sistemas tecnológicos de la
información, para que nada se perdiese. Quedase para el futuro, y, quizás, en
el futuro, de cien años, con otras perspectivas, el pasado se vería de otro
modo. Porque hoy la tecnología de la documentación lo permite, aunque sea en
forma de imágenes o de textos escritos…
A nadie le agrada, que preguntes
y cuestiones, cuánto, en cada campo se perderá y se olvidará. Puede que la mayor
parte sea de una calidad e innovación y creatividad y talento e ingeniosidad y
novedad muy modesta o relativa, o, apenas ninguna. Pero existe hoy, un Centro
Documental Biblioteca, que recoge películas familiares. Porque se ha visto, que
esa producción, que no tiene un alto nivel estético, puede decirnos mucho de
nosotros mismos. Me parece que es la Biblioteca Regional de Murcia, quién hace
este trabajo de colección, para posteriores estudios. ¿Quién le diría a usted,
que una colección, que denominan Ephemera o algo semejante, de la BNE
o, y del Centro Documental del Reina Sofía, es de las mas visitadas y buscadas
y valoradas, y, en esencia son prospectos de fundas de caramelos, de pequeños
pasquines, etc.?
Dicen, que en Islandia, con una
población de trescientos mil habitantes, por diversas razones y motivos, una de
cada diez personas, ha editado o autoeditado un libro, un libro personal y de
él/ella mismo/misma. Dicen que es la sociedad junto con la de Noriega que más
lee palabras y frases e ideas y conceptos e imaginaciones y realidades...
En definitiva, quizás en esos
territorios, las noches sean muy largas, y, su tradición ha sido contar y
narrar historias, al lado del fuego. Y, ese caballo de costumbres, de la
imaginación y del pensamiento haya ido atravesando generaciones. Quizás, eso es
lo mismo, lo que hacían los cromagnones, que somos nosotros, quizás, también
los neandertales, durante miles y decenas de miles de años –ahora se ha
descubierto que el primer homo de nuestra especie, surgió hace trescientos mil
años, y, se ha encontrado en el Magreb-. Ese contar historias es la base de
todo el saber posterior: literatura, arte plástico, arte narrativo,
protociencia, protoreligión…
¡¿Cuánta cultura o producción
cultural, se perderá hoy, realizada por cientos de miles de autores, de todas
las especialidades y temas, cuánto, aunque la mayor parte no tenga suficiente
importancia, cuánto se perderá, entre tanto, quien sabe si un tanto por ciento,
un uno por mil, al menos, pueda abrir nuevas puertas, pero se perderá en el
desaliento del tiempo…!?
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jmm caminero (18-22 junio 2022 cr).
Fin artículo
3.075º: “El calambre del autor/autora”.
E. 22 junio