Artículo Periodístico 3.170º: “Qué decir, qué no decir”.
El decir o hablar o escribir es
una forma de hacer. Porque el hablar es una manera de construir con palabras
cosas. Toda la existencia está llenas de discursos, sermones, arengas…
Todo
el mundo, en general, habla de libertad de expresión, que es reflejo de la
libertad de conciencia, que a su vez, es un eco de la libertad de culto y de
religión e ideológica –en tiempos actuales-. Pero, después
viene el problema, si yo escribo “la casa es verde con un pozo azul y con un
árbol marrón con hojas anaranjadas”. Vendrán unos, que dirán que no existe
árbol, otros que el pozo es negro, y que la casa es solo una casucha. Y, otros,
y, otros, y, otros, y, otros, con su forma de pensar y sentir y desear y sus
intereses… ¡Esta es la cuestión…! ¿Y, ya
la libertad de expresión-conciencia-culto se desdibuja…?
¿Qué queda entonces, cuándo hablamos
de la casa y el pozo y el árbol, dónde queda la libertad de culto, la libertad
de conciencia, la libertad de expresión…? ¿Dónde
queda, dígamelo usted, usted como escritor, editor, promotor de la industria
cultural, director de periódico, usted como columnista, usted como lector o
lectora…?
Hace unos meses, ya más de un
año, redacté un artículo o columna periodística literaria o de opinión o
personal –porque tantos nombres tiene, que uno, no sabe como denominarla-, con
el título Sobre la punta de un lápiz, o algo semejante. La redacté con la
intención, para mostrar y demostrar, que si sabía hacer un artículo
periodístico o columna de opinión sobre un tema tan simple y sencillo y pequeño
y rutinario, de la punta de un lápiz, podría redactar sobre cualquier tema. Y,
si no tomo otros temas, es porque mi voluntad y mi deseo y mis cojoncitos no
quieren hacerlo. Ocurrió que se perdió en la mar de la bodega del ordenador. Se
borró, por los accidentes de este artilugio.
Volví a los pocos días a redactar
otra, con el mismo título y la misma finalidad. Y, debo reconocer, que se
produjo una percepción y concepto difícil de sintetizar. Me dí, cuenta, que había escrito sobre el mismo tema, otra columna
distinta. Me dije a mi mismo, si vuelvo a redactar una columna, la tercera, que
no hice, sobre ese mismo tema, me saldría, si dejo pasar diez días, otro
artilugio compositivo y sintético y sintáctico y semántico y prosaico y
poemático…
Esta es la cuestión, una de las
principales y esenciales. Puedes
seleccionar un tema, o venido, de la actualidad o novedad que se indica esa
semana o día. Puedes seleccionar un
título, que no es lo mismo que un tema. Puedes seleccionar una entradilla… Puedes seleccionar las tesis principales o subtesis, ideas o subideas,
que nos diría Ruano,
sobre esa cuestión, tesis-ideas que no es lo mismo, que el título y el tema y
la entradiclla7entrante. Puedes
seleccionar unos datos y unos argumentos, que de alguna manera forman y
conforman toda la arquitectura poética/prosaica de ese artículo. Puedes seleccionar distintos
finales/conclusiones, en relación con los diversos
entrantes/entradillas/proemios…
Puedes
seleccionar distintas realidades constructivas lingüísticas y conceptuales,
pero si eres conscientes, el artículo te va dirigiendo, tu mente interior,
consciente y no. Y, solo en parte, tú, directamente diriges la
carreta de las palabras, en parte, te dirigen, desde el interior, según hayas
pasado la noche, o sientas vas a pasar el día. Esta es la realidad. No somos conscientes de todas las palabras,
ni totalmente inconscientes de todas las frases, este es el misterio de lo
humano, de la humanidad…¡¿Pero con las palabras se hacen cosas, las palabras
son cosas, si hubiese trabajado Marx en el
ferrocarril de Londres, quizás todas las teorías marcianas se habrían
matizado…!?
Llevo ya, más de un lustro, casi
ocho o diez años, intentando que un medio digital o en papel, un medio
nacional, quiera publicarme artículos o columnas. La realidad es que llevo mas
de cuarenta años, durante este tiempo, he probado muchas veces, y, la realidad,
cuándo solo existían palomas voladeras de papel mediático, nunca fue posible.
Ahora, desde hace unos ocho años,
se puede indicar, que los triunfos y las musas me permitieron ver reflejado en
tinta electrónica el primer artículo, y, después, han venido unas decenas de
cabeceras y títulos de nombres –al menos, una columna, o una decena en otros
casos, unas centenas en algunos…-. Pero debo indicarlo, intento que un
periódico digital/papel me quiera abrir un lugar, en una sección de opinión a
nivel nacional, -pero es un sueño que se aleja de mis ojos-, sea en artículos
de palabras o en artículos de viñetas. O, en un conjunto de periódicos
regionales, que llaman…Hasta ahora, todo son silencios en ese sentido.
Dicen,
que el periodismo está en crisis. Hay, demasiadas personas, que
piensan si va a terminar, si nació hace varios siglos y ahora, está tocando si,
no su final, si las campanas, de la reducción de su influencia. Yo, no sé lo
que va a suceder, yo solo sé, que creo puedo tener un pequeño papel en el
periodismo de opinión, de temas actuales, con un sesgo literario y filosófico.
Eso es lo que creo, aunque las canas hayan sembrado mi cabeza hace años…
Pero yo, pienso una cosa, que quizás, puedan los grandes promotores e
industriales del periodismo estudiarla y analizarla. Yo, por mi experiencia de años, aunque fuese
más propenso a un periódico, de vez en cuando compraba distintos. Leías distintos o trozos de periódicos de
distinto nombre, en biblioteca o en bares-tascar-tabernas. Porque así
pensaba era mejor. ¡Y, eso es lo que he hecho durante muchos, muchos años, con
intermedios de silencio informativo en palabras de papel, o solo algunas
páginas…!
Pienso
que ahora, muchos lectores, no se atreven a hacerse fijo de un periódico, por todo
lo que ese significa de definirse. No olviden, que esta sociedad tiene demasiada controversia
ideológica, a y, en todos los ámbitos. Pienso que la solución, es simple y llana, si un consorcio de periódicos, de
distinta ideología, se pusiesen de acuerdo, tres o cinco. Y, al hacerse
suscriptor de uno, tendría derecho a visitar y leer y besar los cuatro o cinco.
Entonces, pienso que el periodismo aumentaría su suscripción. Pienso que
esta es la clave. (Recuerdo que personas, no les gustaba que llevases una
cabecera u otra, diferencia de opiniones como ese espectáculo o fiesta de las
cinco de la tarde, espada y capote y mulillas y toro…).
Idea, que nadie va a leer, aunque
la publique, pero pienso que sería la
clave, para el aumento del periodismo en nuestra sociedad –al menos se podría
estudiar, o realizar un experimento, entrar en conversaciones distintos
periódicos nacionales y regionales, y, ofrecer, diríamos la posibilidad de
escoger el lector entre varios, de diez o doce, la lectora seleccione cinco-.
Del periodismo en la Web, suscriptor de Internet.
Yo,
personalmente, me haría suscriptor, y, pagaría, por este combinado, donde
estuviesen cuatro o cinco periódicos, algunos regionales, algunos, nacionales,
de distinta ideología. Pero yo, me pensaría mucho hacerme de
uno o de dos, de qué ideología o línea me haría. ¡Y, y, todo queda grabado, y,
todo se puede rastrear, y, ustedes están en los altos puestos de la sociedad,
pero yo, que me muevo, ahora menos, por la calle, por el exceso de calor, las
personas de la calle, que antes iban y compraban un periódico que era un acto,
semianónimo, no quedaba reflejado en ningún sitio, ahora, no lo hacen, porque
saben queda materializado, en el inmenso estelar de Internet!
¡Y, temen, se teme el futuro, se
teme que la corrida de toros, terminen toreando y toreándose no solo el torero
y el toro, sino el público empiece a torear y torearse entre sí…! ¡Por eso
pienso, que una parte de la población no se hace suscriptor, de ningún
periódico…! ¡Qué tanto por ciento, no lo sé…! ¡Cierto es, que quien realice esto, sería una concentración de
periodismo en la práctica, aunque cada uno, con su cabecera, por tanto, dense
prisa, porque tarde o temprano a alguien se le encenderá la luz, o la tomará de
estas palabras…! ¡¿Decir o no decir, esta es la cuestión…!?
http://www.facebook.com/cuadernossoliloquiosjmm © jmm caminero (22-31 agosto 2022 cr).
Fin
artículo 3.170º: “Qué decir, qué no decir”.
E.
31 agosto