Artículo Periodístico 3.199º: “Dar vueltas en la cama”.
De
todas las experiencias humanas, una, que es o parece ser, universal, es que
todo sujeto alguna vez en la vida, está acostado, quiere dormir, pero algo no
le deja dormir.
Suponemos
que según la edad, según las
circunstancias, según los estados personales, según las épocas e historia de su
tiempo, este fenómeno se producirá más o menos. Quizás, en la adolescencia
ocurra menos, que en la madurez, si se tienen cuestiones graves de tipo
afectivo, económico, político. Quizás, en la etapa de la tercera edad, por
diversidad de motivos y causas, se produzcan más.
La civilización nos
enseña muchas cosas, muchas aptitudes y actitudes y actos, pero con la enorme
cantidad de realidades existenciales y vivenciales en el mundo. No sé, si nos
enseñan, qué hacer, cuando un sujeto, por la razón que sea, se pasa, no una
noche esporádica, sino varias noches, durante algunas semanas, que a una hora, temprana del
amanecer, que desea dormir, que quiere dormir, que necesita dormir, en vez de
eso, se pone a dar vueltas en la cama, va al servicio, incluso, a la cocina,
toma algo o bebe algo, se vuelve a acostar, y, el sueño, como un pasajero
extraño no viene a visitarle.
Quizás,
en estos cientos de artículos que
estamos reescribiendo, en definitiva sobre la conciencia humana, en algunos de
sus aspectos y temáticas, quizás, este del no dormir, queriendo soñar en el
sueño del descanso, por la razón que sea no lo hacemos. Quizás, de tantas cosas
que la cultura reglada o no reglada nos enseña, quizás, esta, es una de la que menos importancia se le otorga. Quizás, como
esto, según el clasicismo del periodismo de la novedad, no se toca, pero
posiblemente, este tema, sea “ser o no
ser”, en la conciencia de muchas personas, cada noche, que teme no dormir
suficiente. Quizás, tanta ayuda médica farmacológica, tenga su raíz en esta
cuestión o causa o realidad...
Según
el máximo órgano de chinchorreo del mundo, Internet, indica que la OMS,
dice que existen ochenta y ocho trastornos del sueño diferentes. Y, el insomnio crónico, afecta al ocho/diez
por ciento de la población adulta, y, el insomnio transitorio, afecta al
cuarenta por ciento de la población en Occidente.
Nosotros,
el colectivo o manada o grupo de los articulistas/columnistas de opinión
literarios, seamos profesionales o seamos no profesionales, es decir, que nos o
no nos otorgan unas divisas por nuestros textos, tenemos la obligación de analizar-describir con verdad y realidad y
verdad y bondad y verdad y belleza realidades del mundo. Y, esta es una de
ellas. Existe una obsesión en el periodismo con la actualidad y la novedad y la
noticia y la información…
Pero díganme,
aunque este tema, no sea novedad, porque existe desde hace decenios, díganme,
si no merece, que el periodismo de información y literario, roce o bese o toque esta
cuestión, e, intente aportar algo,
quizás sosiego, quizás, recomendar que las personas vayan al sistema de salud de
España, que con sus matices, funciona bastante bien, que quizás, empiece a aprender y aprehender multitud de costumbres, que
pueden facilitar el sueño a esa persona…
En
párrafos anteriores, indicábamos, que los sistemas educativos reglados y
semireglados, quizás, no puedan enseñar tantas temáticas y cosas, como la vida
arrastra. Este tema, que hoy dedicamos este regimiento de hormigas de palabras,
es complejo y es real. Se pueden producir estas consecuencias por mil modos o
mil maneras. Diríamos, que cada uno, en
su conquista de su interior, en el conocimiento de su exterior, si se produce
esta realidad, debe buscar causas, pedir ayuda médica ortodoxa, sosegarse,
analizar el problema que le hace o piensa no le deja dormir, quizás, cambiar
algunas costumbres personales de día o de noche o antes de dormir… Quizás,
esté en un constante duermevela por la tarde o por la mañana, esas siestas
sentados que tanto se producen en climas cálidos y corazón frío/caliente…
A
veces, me pregunto, dudo si la literatura, seguirá teniendo alguna función de
las docenas que ha tenido, a lo largo de los caballos de siglos, de/en la
historia –aplicado también a las artes-. Me cuestiono esto, porque el conocimiento que las ciencias y
ciencias sociales, nos pueden otorgar, es más profundo y esencial, que la
opinión de un autor/a, sea con mas talento o con menos. Alguien que ha
practicado la literatura y el arte, durante todo su existir joven/adulto, con
pocos resultados de aceptación, que se haga esta pregunta, al menos
demuestra/muestra sinceridad. Pero, sea como sea la respuesta del/en el futuro.
Es claro y evidente, que quizás, una modesta columna no aporte nada decisivo,
en el análisis de una cuestión.
Pero,
debemos aceptar, que pocos leen manuales
de los distintos saberes. Por lo cual, diríamos,
que esta literatura de opinión, puede servir, para materializar en un papel
digital o papel de celulosa, una situación o una realidad humana. Y, por
tanto, servir de sosiego y acicate o de
ayuda, aunque sea pequeña. Un artículo es como una especie de tirita médica
que no cura mucho, pero que puede ayudar a que no entren nuevos virus en los
ríos de la sangre humana. Muchos hablan
de epidemia del no sueño/insomnio en Occidente.
¿Quizás,
hayamos dejado la gran moral de siglos, la gran espiritualidad de siglos, y,
ahí, estriba, una de las razones y causas del insomnio? ¿Porque quizás, esa
ética/moral de siglos, esa espiritualidad/religiosidad de siglos, nos enseñaba
a sufrir/superar los sufrimientos y angustias y penas y desalientos y muertes y
sacrificios y…, de una forma más racional, más humana, más humanística, más
eficiente –cierto con la ayuda médica ortodoxa…?
https://museovirtualcuadernosdelamancha.wordpress.com © jmm caminero (15-21 sept. 2022 cr).
Fin artículo 3.199º:
“Dar vueltas en la cama”.
E. 21 septiembre