Artículo Periodístico 3.187º: “Primavera y ponerse de acuerdo”.
Necesitamos
más armonía social, no solo que las personas por cualquier cosa se
rebelen/enojen, sino que exista una voluntad clara y firme de acuerdo social…
La antropología y la psicología y
la sociología nos ha dado multitud de interpretaciones de/sobre distintos
hechos y actos y conductas humanas, tanto individuales como colectivas o
sociales. Por lo cual, aunque se consideran las ciencias sociales y humanas, ciencias nuevas, de nuevas creación,
por lo general, como ciencias empíricas y científicas, disponen de dos siglos y
pico de existencia o nacimiento, más o menos. Porque comparadas con las ciencias matemáticas que ya estaban en el mundo
clásico, por ejemplo, en la Alejandría grecorromana…
Alfonso Paso Gil (Madrid, 1926-1978), dramaturgo, con
textos de tono social, redactó un artículo en El ABC, del 03 de marzo
de 1965, titulado Falta poco, que a raíz o metáfora o realidad de la primavera,
roza cuestiones de armonía y orden social, con/en relaciones de algunas
costumbres antropológicas de algunos pueblos en relación con el perdón y la
reconciliación…
Me siento extrañado, de un
fenómeno que ocurre, demasiado, a mi entender, en el suelo patrio, realidad
doble: por un lado, autores y autoras,
que durante un tiempo, tuvieron mucha página de fama y notoriedad y de valor y
ponderación, sus creaciones culturales, sea en el campo que sea, después,
fallecen, y pasan por el famoso “purgatorio de los escritores y creadores”.
Algunos reviven, algunos se duermen casi eternamente, aunque sigan siendo
citados en los manuales de bachillerato, o de la carrera específica.
El otro fenómeno, no nos
detendremos, es que solo uno de cada
mil, se les recuerda en vida, el resto, existen durante toda su existencia,
intentando ocupar un lugar bajo el sol de la cultura, pero solo se mojan
por el aire y sol de la primavera del éxito, en pequeñas cantidades. Pero de
este tema no tocaremos, ya lo hemos hecho muchas veces…
Indicaba lo anterior, porque puede ser que alguien no interprete, las
menciones que realizo a articulistas literarios de opinión del presente o del
pasado. No es un afán, en ningún caso de crítica negativa, creo que hasta
ahora en ningún caso lo he hecho, más bien, es una especie de homenaje, es también una especie de recuerdo, es una
especie de presentar que hemos tenido, cientos de columnistas que ahora, los
tenemos olvidados o semiolvidados desde hace dos siglos, es una especie de
mostrar, que la relectura de artículos del pasado, podrían convenir al
presente, es una especie de revalorización de la historia del articulismo en
este terruño-plaza de toros que es Hispania Ibérica, etcétera y etcétera, y etcétera.
El hombre necesita muchas
realidades, quizás, tengamos un cerebro
de un kilo y pico. Y, este órgano
como un enorme planeta siempre está funcionando-finalizando en deseos y
conceptos y actos e ideas y sonrisas y tristezas. Esta realidad de la que
estamos hechos, el sistema nervioso
central y periférico, entre otras muchas
realidades-funciones-finalidades-motivos-causas, necesita perdonarse a sí mismo,
perdonar a los otros, perdonar a la vida, perdonarse ante el Ser Trascendente.
Cierto, que dirán, unos necesitamos más que otros, unas cosas u otras…
En
todas las grandes religiones del mundo, en las medianas y pequeñas,
quizás, desde la prehistoria, quizás, desde las religiones-religaciones
totémicas y chamánicas, por algunos, denominadas religiones naturales, desde
hace miles de años, posiblemente, desde la prehistoria, existen ritos y formas y símbolos y maneras pautadas, para que el ser
humano se perdone a si mismo, perdone a otros, incluso, perdone a la
Naturaleza, se reconcilie con El Otro-Misterio-Infinito-Trascendente-Dios
–según como se le denomine…-.
Porque el autoperdón y el heteroperdón, el autoperdonarse y el
heteroperdonarse, es una forma de equilibrio-armonía-paz individual y social.
Pero también, ocurre, que a nivel social y sociopolítico y
socioeconómico, el ser humano, los
individuos, los colectivos, las sociedades, los Estados, tienen que perdonarse
y autoperdonarse, autoengañarse dirían algunos, no dar tanta importancia a
los errores que uno haya cometido, no dar tanta importancia a los errores que
otros hayan cometido…
Recuerdo
una sociedad-país-cultura-Estado, que hace unas cinco décadas, empezó a
plantearse, un proceso de hacia dónde ir y cómo ir y hacia dónde caminar y como
caminar en el futuro a medio plazo. Esa sociedad y ese país,
después, de muchos dolores de parto, llegaron a la conclusión, bajo la figura política, de diversas
amnistías, decidió perdonarse/autoperdonarse/heteroperdonarse. Decidió, que
unos y otros, se dijesen a sí mismos, solo tenemos una mesa, y de esa mesa
todos tenemos que comer y sentarnos y mirarnos a la cara… A nivel del orden jurídico supremo, se creó una Constitución, una
Constitución, de la cual, nadie estaba completamente contento, pero que tenía
más puntos en común y positivos que negativos… Porque esa/esta Constitución permitía la vida y el futuro. Y, nada hay, a
nivel de este mundo, más importante, que la vida y la revida y la paz y la
repaz…
Esa sociedad y ese país, salió
adelante. Todos se perdonaron/autoperdonaron/heteroperdonaron. Todos se
pusieron de acuerdo en mirar el fututo y no tanto el pasado, todos pensaron en
los nietos y biznietos que debían de venir, y no tanto en los abuelos y bisabuelos
y tatarabuelos que nos dejaron su vuelo... Todos siguieron adelante.
Ahora, supongo, estimado/a
lector/a, supongo que sabrá a qué país-sociedad-nación-Estado me refiero.
Ahora, supongo estimada/o lector/a sabrá que lo que estoy indicando es que ahora, necesitamos la misma fórmula,
autoperdonarnos y autoconocernos y autoentendernos y autodialogarnos y,
mirar/remirar/automirar/heteromirar al futuro con espera/esperanza
paciencia/templanza. No necesitamos blandir los palos y las espadas y las
bocas y las lenguas… ¡Paz y paz y pan y bien…!
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cr).
Fin artículo 3.187º:
“Primavera y ponerse de acuerdo”.
E. 14 septiembre