Artículo Periodístico 3.399º: “Paseando en/por la Mancha, Ciudad Real, I”.
Lo
cercano, lo que ya forma y conforma parte de tu ser y estar y habitar es lo más
difícil de describir o narrar o contar o esencializar o accidentalizar.
Es
como si muchos estratos o dimensiones se juntan y reúnen en una plaza, esquina,
calle. Muchos tiempos y situaciones psicológicas y morales y sociales y
económicas. Muchos recuerdos que se enfrentan y confrontan desde el
interior-exterior y exterior-interior, muchos sueños y visiones y realidades y
esperanzas y penas y alegrías. Muchos bípedos implumes semiracionales caminando
a tu lado y en tu lado. Muchas realidades que es imposible sintetizar, en
equidad y justicia y veracidad y bondad. Es mejor mirar al árbol, las hojas
buenas y ramas florecientes, y olvidar o semiolvidar los trozos de leñas
caídos.
El
motivo esencial y último o principal o fundamental o pilarizante es intentar
que tomemos autoconciencia de nuestras realidades, que nos estimemos y
autoestimemos más a nosotros mismos en el espejo del paisaje y del viaje
interior y de la tierra y del aire. Que levantemos ya el vuelo de la dormición
de siglos, y, que nosotros, dentro de las regiones de esta Hispania tan vieja,
de esta Europa tan vieja, nosotros también tengamos un lugar, ni seamos más que
nadie, ni seamos menos que nadie. Pero tenemos que despertar, tenemos que
romper nuestros lazos de ser y de estar y de sentir y de desear y de pensar de
forma más correcta. Tenemos que mirarnos en el laberinto del espejo de nosotros
mismos y del resto, y aprender y aprehender de nosotros mismos y de los demás.
Si en algún lugar se realiza alguna realidad material o intelectual o servicio
o práctica que es buena legalmente y buena moralmente, pues copiarla.
Fabricarla nosotros también aquí, aquí en la medida de lo posible. Irnos
adelantarnos en iniciativas, irnos detrás de otros, en lo bueno que hay por el
mundo… Que esta tierra no sea nada más que vientres para futuros migrantes…
Ciudad
Real o Villa-Real, siempre en medio de las Orden de Calatrava, siempre
intentando la Corona Real medieval tener un lugar. Cómo por estos territorios
de la Meseta Sur de Ibería, se extendieron las guerras y las contraguerras, las
órdenes militares, hicieron su campaña. De ahí, que hemos estado siempre bajo
esa mirada y perspectiva. De ahí, contrariamente a la Meseta Norte, llena y
rellena de monasterios de monjes de todas las órdenes religiosas, aquí en
nuestro lugar, apenas se instalaron. La Mancha es una tierra larga y ancha y
alta de luz y de sed y de calor y de frío, es un mar de paso para todos los que
han ido hacia el norte o hacia el sur. Que han sido todos, desde el padre de Aníbal
que recordamos, hasta el César histórico y todos los demás.
Como
los griegos antiguos y, en menor medida los romanos antiguos todo está dando
vueltas alrededor de la Plaza Mayor, la Plaza del Ayuntamiento. Por ese lugar
rectangular, con edificios de diversos estilos, quizás como retazos simbólicos
de lo que somos y resomos y estamos, somos trozos de distintas partes, no solo
exteriormente, sino en el significado simbólico del dentro. Este rectángulo
dónde todo lo que sucede pasa por estas piedras y retozos de historias.
Recordamos, cuándo eran dos calles con automóviles que se hundían en esta
geometría, hasta que en procesos diversos fueron pasando y paseándose en solo
para el viandante de ojos cansados o alegres.
En
la
Casa del Arco, indican que el primer ayuntamiento o al menos, uno de
los más viejos del lugar, ahora un reloj carillón, como no podía de ser de otro
modo y manera, con el eterno Quijote y el eterno Cervantes. Me he preguntado muchas veces, aunque
el Quijote hace referencia al vino de Ciudad Real, me digo a mi mismo,
estarían/pasearían sus huesos con sangre y neuronas, del inmortal escritor por
estos lares, pasaría/pasearía por Almodóvar, quién sabe si Puertollano atravesando
Sierra Morena de vuelta o de ida hacia la Andalucía. El misterio de un hombre y de un personaje doble Quijote-Sancho,
que simboliza y significa mucho de lo que somos, esos seres humanos que soñamos
despiertos y que despiertos soñamos, que olvidamos y recordamos, que estamos y
somos y que “reestamos” y resomos. Quién sabe los dolores y alegrías de cada
persona que bajo esta obra de teatro en figuras que se mueven, y que los niños
y niñas desean ver y hay que ponérselos frente a los ojos del corazón y de la
carne y del alma…
Tantas
veces, has caminado por un lugar, calle o espacio. Cuántos de generaciones
anteriores, por el mismo habitar y habitarse. Cada uno con sus penas y sus
alegrías, con sus esperanzas y sus esperas, con sus temores y pasados y
futuros. No somos conscientes, que por un espacio, que ha podido ir cambiando,
han modificado el exterior, pasarían tus antecedentes, una o mil veces. Quién
sabe hasta qué generación.
Atraviesas
la bodega rectangular de San Pedro, iglesia y símbolo, piedras
y aire, carne y espíritu mente y espíritu-alma. Cuántas personas, allá y allí
habrán atravesado sus muros enroscados de intemporalidad y de temporalidad,
cuántas alegrías y cuántas tristezas, como sedimentos se habrán ido quedando en
su interior, como una enorme instalación. Que son catedrales e iglesias y
ermitas sino enormes instalaciones, donde se combina lo sagrado y lo religioso,
pero también lo artístico, lo social, lo individual, lo colectivo, lo
filosófico, lo antropológico, lo histórico y mil otras variables y dimensiones…
Vamos pasando por los lugares, y los lugares van pasando sobre nosotros. Nos
vamos haciendo y rehaciendo y deshaciendo, hasta la hora final, en esta tierra.
Unos creen que hay Algo Más después y en Algo, otros, que solo lo que dejas de
bueno o menos bueno, en este sembrar de viñedos sin viñedos, de trigos sin
trigos, de avenas sin avenas… Miremos de otra forma, dónde somos y dónde
estamos. Quizás, para mirarnos a nosotros mismos, de otras maneras, más
esenciales y fundamentales y accidentales y… cariñosas con nosotros mismos.
https://museovirtualcuadernosdelamancha.wordpress.com © jmm caminero
(26 enero-01 febr. 23cr).
Fin artículo 3.399º:
“Paseando en/por la Mancha, Ciudad
Real, I”.
E.
01 febrero