Artículo Periodístico 3.421º: “El insulto, la cólera-ira, los paisanos y los poderes”.
Nos
tenemos que preguntar, si aquí en el suelo patrio, somos más propensos al
insulto, a la ira, al rencor, a la maledicencia, a la inquina que en otros
lugares de Europa.
Hace unas semanas leí, que no sé,
si es cierto, que en español o castellano es el idioma que hay más insultos del
mundo. No sé si es cierto, y, quizás, en vez de ser el mas, es uno de los tres
con más palabras. Pero ya sería significativo.
Tenemos
que aceptar que existe un enorme rencor social.
Podemos utilizar esa palabra, a semejanza que hay pueblos, y, pueblos son
pueblos, que en general, hay menos desempleo que otros, los que les rodean, y,
una explicación es que son lugares de habitabilidad, que hace cinco siglos,
había una comunidad judía más importante que otros, y, esa forma de ser, de no
perder la iniciativa personal, del emprendimiento, de no ser mal visto triunfar
en la vida y económicamente. Esa forma de ser y estar se ha ido transmitiendo
de generación en generación. Han sido en
ciertas costumbres criptojudios, se podría poner el ejemplo, de Bolaños en
Ciudad Real, Lucena en Córdoba, Villadiego en Castilla y León, y otros más.
Pues algo semejante, puede
suceder, quizás, la Edad Media, fue demasiado larga en este trozo de Europa, y,
estuvo llena de multitud de conflictos, y, quizás, eso nos ha hecho, siempre
más broncos y más roncos. Quizás, hemos
olvidado también los siete pecados capitales, a combatir, combatir a nivel
individual y colectivo y social. Quizás hayamos olvidado, en gran parte, las bases de la sociedad que es la moral,
una ética correcta, racional, mesurada, pero profunda y esencial, que sirva a
los hombres torear el gran sistema de la vida…
Cada uno, percibe y piensa y
siente su momento y su época de una manera. Ahora, yo mirando hacia atrás, que
yo que soy hijo, diríamos descendiente, de la generación siguiente que nació a
este mundo, unos lustros después de aquella incivil y cruel guerra civil, y, también hijo de los que nacieron
después de la segunda guerra mundial
que se produjo en Europa/Planeta. Surgimos en un tiempo, que el amanecer se
veía ya en el horizonte, pero todavía estábamos en situaciones del pasado. Pienso y pregunto si en este gran viñedo
que es Ibería, hay mucho rencor social, que se ha ido heredando de unos a otros,
de una generación en otra...
Un rencor social, por ponerle
este nombre, debido a cuestiones ideológicas, políticas, sociales, familiares,
económicas, religiosas, etc. Que se ha ido transmitiendo ronca y broncamente de
una generación a otra. Y, que quizás, ya
las actuales generaciones, ya que son la tercera, por poner un nombre después
de esos dos graves conflictos. Sufre esa forma de ser y de habitar y de estar
el mundo, aunque no sepa su origen…
El gran escritor Javier Marías
redactó un artículo en El País, el 16 de marzo de 1987, que
tituló: De la actual dificultad de insultar. No voy a expresar que esté
de acuerdo con todas las tesis del señor Javier Marías, JM, pero sitúa y pone el labio y
la lengua y los ojos en la llaga. Porque precisamente, ahora, que han pasado
treinta y cinco años de esa columna, uno
es consciente, que el clima social y político, incluso en el Parlamento se ha
agravado en estos últimos años. Hoy, no está ya solo enervada la calle.
Porque quizás, ustedes, intelectuales y pensadores y escritores y periodistas,
no han saboreado años de trabajo, siendo pueblo y estando con el pueblo. Si lo
hubiesen hecho, en empresas de cien trabajadores o más, se hubiesen dado
cuenta, que el pueblo o una parte del pueblo están embroncaneado, y así, lleva
demasiados lustros. Pero ahora, también están personas de las altas instancias
del poder político e ideológico…
No voy a citar casos y ejemplos,
hartos estamos cada semana, por no decir cada día, que en muchos medios de comunicación social, exista un motivo o causa o
razón o hecho o dato o argumento, para que nos cuenten la realidad con sarna e
inquina y rencor, con malas palabras, malas frases, malas imágenes y malos
conceptos. Pero este clima se ha extendido también, en la dialéctica de la conversación política, de la búsqueda del voto y
del poder, pero también, en algunos casos ha llegado al recinto sagrado de la
soberanía popular, las Máximas Cámaras de Representación Popular, por no
decir, en otras instancias del poder intermedio de la sociedad-Estado,
ayuntamientos, diputaciones, cámaras regionales, etc.
Hay personas, que dentro, incluso
de los recintos “casisagrados” de la representación social y política, de los
máximos órganos de la soberanía popular, no utilizan razones y datos y
argumentos, expresados con sosiego, sino que lanzan frases y palabras que
parece que muerden, que hieren, que ofenden, que producen angustia y
desaliento…
¿Qué va a ser de nosotros, qué va a suceder, si el clima social, sigue
deteriorándose, si caemos en el insulto y en la inquina y en el rencor y en
la maledicencia, qué va a suceder de
nosotros y con nosotros, si en las entidades e instituciones sociales y
políticas máximas e intermedias sucede lo mismo, qué va a suceder de
nosotros, si los medios de comunicación,
los grandes educadores de la sociedad hoy, junto a la Escuela, sucede lo mismo,
qué va a suceder de nosotros…? ¡Paz y paz y bien…!
http://articulosperiodisticosjmm.blogspot.com.es
© jmm caminero (29 enero-08 febr. 23 cr).
Fin artículo 3.421º:
“El insulto, la cólera-ira, los paisanos y los poderes”.
E. 08 febrero