Artículo Periodístico 3.405º: “Fiestas y sanfermines”.
El
ser humano necesita del trabajo, el que no trabaje que no coma, necesita del
descanso y la fiesta, el sábado/domingo será día de descanso y de fiesta a
Dios.
En
todas las culturas existen, realidades o festivales o días, de descanso y de
fiesta, es como el ritmo de la sociedad y de los Estados y de las culturas y de
las civilizaciones. Los humanos, a semejanza, que pasan del día a la noche, y,
de la noche al día, del verano al invierno y del otoño a la primavera. Llevamos
ritmos internos.
No
hay nada más que viajar por la noche, sea de una ciudad a otra, sea dentro de
una ciudad, y te encontrarás la ciudad y las carreteras y los caminos y, casi
los árboles en silencio. Todo está en el silencio de la noche. Es obvio, que
seguimos siendo primates, y, todos los primates y todos los simios por la noche
descansan, se silencian, se suben a los árboles y esperan al día siguiente.
Seguimos con esa herencia de decenas de millones de años. Ahora con la luz y un
sistema económico diverso y diferente, algún día, parte de la población horada
la noche y la puebla de fiestas y, quizás, de exageraciones…
En
este recorrido por el articulismo de la Iberia que estoy realizando, de estos
dos últimos siglos, voy de autor en autor, comentando algunas de sus prosas
como lenguas que se han insertado en un papel, en la historia. Ya, habré
realizado esta operación al menos cien veces, por tanto cien poemas de columnas
periodísticas, cien violines solos, como nos diría el gran Umbral, relatando cuestiones de los
actuales y de los precursores, de los presentes y de los antecedentes. Pero ya
me he dado cuenta, ya soy consciente, que no podré llegar a todos/as.
Es
imposible, existen cientos, miles de articulistas, cronistas, comentaristas,
columnistas, que todos esos nombres tienen y han tenido, en definitiva,
opinadores/opinantes con cierta literatura y estética, de realidades presentes
o impresentes, actuales o inactuales, cotidianas o eternas, novedosas o
históricas. Porque todas estas notas, emergen y se producen en una cuarteta de
una página, ahora de ese tamaño, de una columna. Por tanto, ya sé, que no
tendré tiempo suficiente, para comentar al menos, homenajear al menos, a todos
y cada uno de los miles de articulistas y columnistas de este suelo patrio
lleno de olivos y viñas y aguas y aires y mares y ríos y esperanzas y
desesperanzas…
El
eximio poeta y ensayista Ángel González Muñiz (Oviedo, 1925, Madrid, 2008)
redactó, me parece una serie de artículos sobre el tema de los Sanfermines, uno
de ellos o una de las partes, si lo he entendido bien, lo tituló: Romeros,
con fecha de publicación, el 08 de julio de 1989, en El Pais. Se pregunta
porqué y por qué, entre otras cosas, se llama en plural, porque los
Sanfermines. Quizás, me digo yo, que aunque he asistido a la ciudad varias
veces, mis huesos y carnes, con los de mi media naranja, y una vez, ya lejana
de uno de mis descendientes. Aunque no he asistido nunca a esta fiesta y feria
y descanso y religiosidad y espiritualidad con los huesos y nervios y neuronas.
Pero
si todos los que habitamos esta Piel de Toro o Celtiberia, todos hemos visto
por mil modos, realidades de estas fiestas, todos hemos asistido a distancia,
de cómo salen los toros, como se duermen en el vientre redondo de una plaza de
suelo amarillo clásico o albero. Y, todos hemos recorrido, mentalmente, las
correrías de los mozos y postmozos, demostrando mil cosas en su interior,
estando en el presente del presente, pero en unos minutos, volver a otra
dimensión, cuándo los flujos interiores neuronales funcionan de otro modo, por
la emoción de la carrera y el peligro. Y, todos, hemos sentido el dolor de un
pitón a una persona, y, también, la inmoralidad de algunos ejemplos, hacia
algunas mujeres, en algunas ocasiones últimas…
A
veces, pienso y siento, que la cultura y toda civilización, su finalidad
esencial, es intentar que la barbarie no se instale en los corazones, ni por
dentro, ni fluya fuera. Y, un mecanismo que tiene entre otros es la educación o
buena educación, la moral y la buena moral, la religiosidad y la buena religiosidad
y, uno más, es la fiesta. La fiesta colectiva, que tiene connotaciones y
ritmos, posiblemente, de miles y decenas de miles de años, parece ser que
incluso en la prehistoria, se realizaban festivales de encuentros, en primavera
y en el otoño, y, alrededor de algún ídolo, los humanos se juntaban, y, a la
fiesta religiosa siempre se le une lo metareligioso y lo postreligioso y lo
prereligioso y lo parareligioso. Siempre unimos lo profano y lo
sagrado-religioso, lo religioso lo hacemos un poco profano y lo profano un poco
religioso…
Como
entenderá usted, los Sanfermines es un símbolo y signo, en su caso será el de
la Virgen de la Carrasca o el del Cristo de la Buena Luz o el de San Pedro ad
vincula. Da lo mismo, todos tienen esos componentes, que los antropólogos y
psicólogos y sociólogos y filósofos y teólogos y…, nos muestran e intentan
descifrar...
Todos
nos enseñan que el ser humano no es solo carne, que es algo más, que no es solo
espíritu, sino que es algo más. Esa unidad de carne y mente y alma, que somos,
según diría el viejo Tomás de Aquino. Esa mezcla de irracionalidad y
racionalidad, y, que ambas tienen que besarse de forma adecuada. Esa mezcla de
individuo y colectivo. Ese hibrido de Sociedad y Cultura y Naturaleza y
Metafísica. Todo eso somos. Y, todo eso se muestra en los Sanfermines y en la
Fiesta de su Aldea o Pueblo o Comarca… La Fiesta es el origen de todo, porque
es el final de todo. La fiesta es el fuego del corazón. Termina la fiesta y
estamos esperando llegue el siguiente año…
https://museovirtualcuadernosdelamancha.wordpress.com © jmm caminero
(18 enero-01 feb 23 cr).
Fin artículo 3.405º:
“Fiestas y sanfermines”.
E. 01 febrero