Artículo Periodístico 3.422º: “Las tecnologías nos cambian y nos hacen”.
Las técnicas y las tecnologías
las inventamos los seres humanos, pero después de inventadas, si se producen
masivamente, estas a su vez nos cambian a nosotros.
Pero no solo nos cambian por
fuera, sino por dentro, no solo nos alargan los brazos o las piernas o nos
permiten caminar más deprisa, sino que, aunque no sepamos muy bien, nos
modifican el interior, las posibilidades neuronales y conceptuales y
psicológicas y antropológicas y sociales y culturales y religiosas. Quizás, muy
lenta y pausada y espaciosamente. Pero lo hacen.
Todos los cambios en movimiento o
movilidad, nos han permitido crear un nuevo mundo, desde la domesticación del
caballo hasta el avión, de sistemas de caza con la lanza hasta las grandes
redes lanzadas al mar, de sistemas de la información con la escritura en
arcilla hasta Internet. Todo nos modifica las posibilidades que un ser humano
puede ser y estar y realizar, tanto individual o colectivamente. El caso o
ejemplo que siempre se cita es Gutenberg. Pero los cambios son a miles, pequeños
y grandes, grupos de cambios, conjuntos de cambios…
Cada ser humano ocupa un lugar de
espacio y tiempo. Por tanto, se adapta a su mundo, en mayor o menor medida, en
mayor o menor escala. Se asienta y bebe y degusta ese tiempo, con todo lo que
en ese espacio-tiempo le ocurre, y, cuando nace, lo que el percibe ya es o ya
está. Por consecuencia lo adopta o se adapta a esa realidad. Después, se irán
modificando los utensilios, mercancías, conceptos, ideas, técnicas y
tecnologías, y, se irá acomodando lo mejor o peor que pueda. En unas
realidades-servicios-mercancías-técnicas-conceptos más que en otros…
Existen millones de seres
humanos, que su función o finalidad esencial, es descubrir o crear nuevos
conceptos e ideas, en todos los saberes posibles, y, millones de seres humanos
en inventar o descubrir nuevas técnicas y tecnologías. En la práctica se
producen una unión o besamiento, podríamos indicar entre la teoría y la
práctica, como un arado con dos bueyes, o entre la ciencias y las técnicas, a
eso le hemos denominado tecnociencia… Nunca se ha detenido, más despacio o más
veloz, siempre se han ido inventando y descubriendo y conceptualizando nuevas
ideas, y con ellas nuevas técnicas, y pariendo nuevas mercancías, servicios,
ideas…
La escritora y articulista Carmen Martín
Gaite, en un artículo titulado: TV = Tedium Vitae, publicado en El
Independiente del 15 de agosto de 1987, nos narra algunas pesquisas e
incidencia de la televisión en la vida de las personas. Cierto es que durante
milenios, el hogar del fuego y el fuego del hogar, era el centro, posiblemente,
de la vida en las cavernas, y ha seguido siendo y estando de la vida de las
familias, de una generación a otra. El calor y dentro del calor y fuera del
calor, los corazones y los cuerpos y las almas, se calentaban y se abrían a la
realidad, al pasado, al presente, al futuro. Se combatía el frío del invierno,
largos inviernos, de tardes y anocheceres y noches muy frías. Ahora nos
quejamos, por unas dos semanas de frío, pero durante siglos, según que lugar de
Europa, el frío era atroz, durante varios meses, sin contar las “pequeñas
glaciaciones”, dos que yo sepa, en estos diez últimos siglos. Causas y factores
y motivos, también con otros, de revoluciones sociopolíticas…
Ahora, ya no solo se ha
insertado-incrustado-introducido-injertado-infestado-inhestado la televisión en
el cuarto de estar de toda y cada una de las casas, sino el sistema de
teleinformática, en todas sus formas y maneras. No hay comida o cena o
desayuno, que si estás solo y en soledad o en grupo de amigos o en familia, no
suene ese aparato y alguien, a distancia de diez o mil kilómetros se inmiscuye
en el tiempo del plato/fogón/cazuela. Si está reunida una familia, suena el
timbre, sea mensaje de voz o de diálogo, y, la conversación de dos o tres o
cinco miembros de una casa, se ve interrumpida porque ha sonado la campana del
mundo moderno…
Sin entrar, en qué todo lo que
digas u oígas, todos los diálogos posibles, pueden quedar grabados, todas las
interrelaciones de personas también –aunque desconozco durante cuánto tiempo-,
todos los movimientos que hayas tenido en la ciudad quedan insertos en una
memoria, que no sabemos, ni dónde, ni cómo, ni cuándo, ni cuánto está y es...
Hoy, mañana, ayer y hoy, si el
máximo poder, o esa combinación de máximo poder de la sociedad y el Estado, en
todos sus niveles y áreas, sean los que sean, en cualquier sociedad o país o
cultura, si no desean que exista un gran cambio, hoy, no se podría producir,
porque hoy no será posible una Nueva Revolución Francesa, ni una Revolución de
Independencia Americana, ni una Revolución Parlamentaria Inglesa, ni una
Revolución Soviética… Hoy, no puede ser, al menos hoy, porque el poder/poderes
saben y conocen, potencialmente, lo que cada persona o individuo hace, con
quién habla, con quién se junta, con quién se besa. Hoy el poder conoce mejor
que nosotros nuestras debilidades-vulnerabilidades-limitaciones, a nivel de
individuos y colectivos y grupos...
Con lo cual, si se tira de un
hilo sale toda la madeja. Si se tira de mil hilos, salen a borbotones todo el
tapiz del cambio sociopolítico posible. Hoy, las nuevas tecnologías, al menos
de momento, si desean impiden/impedirán las revoluciones y los cambios
profundos sociopolíticos. Hoy, ya, ya hoy, las no-democracias es y será y son
muy difícil que caminen hacia democracia, si ellas, desde arriba no desean
hacerlo…
http://www.facebook.com/cuadernossoliloquiosjmm © jmm caminero (30 enero-08 febrero 2023 cr).
Fin
artículo 3.422º: “Las tecnologías nos cambian y nos hacen”.
E.
08 febrero