Artículo Periodístico 3.403º: “Citas en las entidades públicas y privadas”.
A
raíz de la epidemia que estamos sufriendo se ha extendido, en mayor o menor
número y cualidad, el sistema de citas, para multitud de realidades hay que
pedir cita por antelación.
No puedo negar que en la máxima
crisis de dicha pandemia, el sistema de citas, era el mal menor, pero no estoy
de acuerdo, que ahora y después, cuándo todo el mundo va a la playa cuándo
quiere y como quiere, va a los supermercados como quiere y desea, va a
restaurantes y bares cuándo le apetece y desea, va a fiestas populares en la
plaza del pueblo cuándo lo piensa y lo siente, etc. Es decir, casi toda la vida
normal y rutinaria, como no podía ser de otro modo, cada persona asiste a ese
acontecimiento o realidad comercial cuándo quiere y como quiere. A lo sumo si
hay muchas personas, pues tiene que esperar, como siempre se ha hecho en la
fila.
Cuándo en todas esas entidades
festivas y feriables y económicas y empresariales no hay cita previa. Alguien
se imagina que para ir a un hipermercado tuviésemos que tener cita, pedir cita.
Alguien en su sano juicio piensa en dicha posibilidad. Los trastornos que
produciría a una persona, a una familia, el tiempo gastado, la ineficiencia del
sistema económico y empresarial que se ralentizaría, quebrarían multitud de
unidades económicas, etc. Sería en la práctica, algo que se parecería a un
sistema de semicupo y de semiracionamiento. Pero en determinadas empresas
públicas y privadas si te obligan a citas. Esta es la paradoja y la
contradicción y la falacia… Lo que en la práctica está llevando a una
ralentización de la administración pública y de determinadas empresas privadas…
Puedo entender que las entidades,
dichas organizaciones públicas y privadas, busquen que la mayoría de personas,
realicen trámites por móvil o Internet, o semejante. Pero, parece que no
entienden y no comprenden, que hay una población importante, que los móviles de
última generación no los entienden o comprenden o manejan, en su totalidad de
sus posibilidades. O, lo que es lo mismo, no desean utilizarlos o no se fían o
mil otras razones. Con lo cual, entendemos y comprendemos que pueda abrirse una
posibilidad a través de Internet, pero esto debería ser no obligatorio, sino
dejarlo en libertad. No puede ser que para pedir un libro en una biblioteca
tengas que solicitarlo por Internet. Puede existir el doble sistema, por
Internet, y yendo a la biblioteca con el cuerpo y la carne y la mente y el
alma…
Por otro lado, la prueba, es que
incluso personas que trabajan en una Administración Pública, han intentado
solicitar una cita en otra Entidad de la Administración y les ha resultado casi
imposible de hacerlo. Además, con todos los sistemas de DNI informáticos o la
denominación que se dispone. Con lo cual, se produce una abertura y una
obertura muy difícil de resolver. En las entidades privadas suceden lo mismo,
éstas con más realismo, ya solo dejan unas horas para la presencia física sin
citas, muchas de ellas…
Podemos entender la reducción de
costes económicos. Pero no podemos comprender que se realice estos cambios de
forma tan brutal y dura y tan rápida y tan hiriente y dolorosa para muchas
personas y en muchos sentidos. Para personas, que o no tienen móvil, o no saben
manejar suficiente el ordenador, o no tienen todos los artilugios para “la
demostración de la privacidad”, o no tienen conocimientos suficientes, o por la
propia seguridad de esas personas, especialmente, a personas de tercera edad.
Se ha instalado en cierto modo y
en cierto sentido la irracionalidad. Nadie niega que la tecnología impone sus
reglas, pero si se va haciendo despacio y en silencio y de forma mesurada y
comedida, es más fácil para todos, más eficiente, y mejor para la economía.
Pondré un caso que es real. Hace
unos años, imaginemos que tenía que realizar tres o cuatro papeles en distintas
entidades de la administración y en alguna entidad privada. Sabía y conocía,
que posiblemente dedicaría dos o tres horas o una mañana. Pero empezaba,
organizaba según las necesidades específicas, iba a un lugar y a otro,
esperaba, me atendían lo resolvía, y en escalada, continuaba con otra pesquisa
o cuestión pública o privada. Si no había personas en la fila, lo resolvía y me atendían en el momento, si
existían esperaba con los números, hasta que me tocase. Y, por lo general, al
final de la mañana, podría irme a mi casa, quizás, quedaba algún papel por
entregar, que lo haría al día siguiente.
Pero ahora que sucede, tienes que
pedir cita previa, si es que la ofrecen y te la otorgan, y si es que sabes
realizarla. Un servicio administrativo, te lo otorgan para dentro de dos días,
a la nueve de la mañana, el otro que tienes que hacer, si tienes suerte, el
mismo día, a las doce de la mañana, el tercero, quizás dentro de tres días…
Esto es realidad. Lo que antes solucionabas en un día, si no surgía algún
problema, ahora tienes que esperar uno o dos o tres días o más, y resolverlo,
no solo en un día, sino en varios. Con lo cual, díganme ustedes, no se
ralentiza la administración, no es acaso menos eficiente la empresa privada y
pública… No sería mejor, utilizar el doble sistema, la persona que dicha
realidad pueda realizarla por Internet, lo hagan, la persona, que quiera pedir
cita, lo haga, pero la persona que se presente a dicha entidad, espere, que le
toque, sin horas previas, y, en un tiempo limitado, lo solucione…
Se imagina alguien, en su sano
juicio y racionalidad, que tuviésemos que pedir cita para ir al hipermercado de
la esquina… Y, que cuándo vuelvas a casa, te acuerdes que se te ha olvidado el
pan o la sal o cualquier cosa, absolutamente necesaria, y tuvieses que volver a
pedir cita, para el día siguiente o dentro de dos días…
¡Hace unas semanas, me acerco a
una parada de autobús, y habían quitado el poste con el número del autobús y
las paradas que estaban señaladas y escritas, y en su lugar habían puesto en la
marquesina correspondiente un código QR! ¡Pero por favor, quién no tenga móvil,
qué hace, quién no tenga móvil que permita dicha aplicación, qué hace, quién no
desee tener móvil en la ciudad de setenta mil habitantes que hace, quién tenga
una edad que no tenga conocimientos de Internet y todos estos aparatos que
hace… quién…! ¡No olviden que a menos eficiencia y racionalidad social y
económica, más desempleo, y a más desempleo más vulnerabilidad para el
individuo, las familias, la sociedad, el Estado y desde luego el sistema
económico general…!
¿Me pregunto es que hay fuerzas o
grupos o ideologías o colectivos, que han perdido la racionalidad eficiente y
lógica y de sentido común, o quieren paralizar esta sociedad o este país, o lo
que antes se tardaba una unidad de tiempo y de esfuerzo, ahora cueste tres o
cinco unidades de tiempo y esfuerzo…? ¡Nadie se ofenda, porque a nadie se
desea, se necesita, se quiere ofender, simplemente, que quién tenga autoridad
en entidades públicas y privadas piensen y tomen decisiones correctas…! ¡Que
siguiendo el lema, que estos meses ha corrido por los medios de comunicación
“somos viejos, pero no tontos…!
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jmm caminero (27 enero-01 febrero 2023 cr).
Fin artículo 3.403º:
“Citas en las entidades públicas y privadas”.
E.
01 febrero