Artículo Periodístico 4.079º: “Besando Ciudad Real, III”.
Castilla hizo España, España
deshizo Castilla. Dentro de Castilla es el antiguo Reino de Toledo, dentro del
Reino de Toledo, ahora la Mancha, está el rectángulo de Ciudad Real.
Tierra casi olvidada, por casi
todos, incluso por los que la habitan. Nadie se rasgue las vestiduras. Hace
tiempo, en una pequeña polémica y diatriba, se planteó esta tesis. Y, unos
expresaban que era un error, otros que era verdad, los mismos de la Mancha han
olvidado a la mancha de la Mancha. Después de razonamientos, en un lado y en
otro, se planteó la pregunta, en la ciudad de Ciudad Real, en la capital, que
ahora dispone de seis o siete museos, ¿cuántos de los ciudadanos que la
habitan, nacidos o residentes, han visitado, aunque solo sea una vez, todos los
museos, cuántos tres o cuatro veces, a lo largo de su vida…? ¡No contestaré a
la solución de este enigma sin misterio…!
Vegetales y animales, durante dos
años atravesé sus rincones, por un lado, de camino hacia un destino de trabajo,
aquellos años que mis labios besaron la enseñanza secundaria, como profesor.
Aquellos años que añoro de la enseñanza, ahora ya en la tercera edad. Cientos
de veces, atravesé el Parque de
Cabañeros camino de Gálvez, del
IES de Gálvez. Bosque mediterráneo, relleno y lleno de animales cuadrúpedos y
de animales con alas. Tenemos que esforzarnos en conocer lo cercano, para así
estimarlo y valorarlo y, así estimarnos y valorarnos más a nosotros mismos.
Somos paisaje, paisaje natural, paisaje de ciudades, paisajes de culturas,
paisajes de costumbres…
Se recorren las aguas y las aves
de las Tablas de Daimiel, siempre
con la lucha y el peligro de la sequía. En el centro de la Península un lugar,
como un hotel, de descanso, durante siglos y milenios para el movimiento de las
aves, que se trasladan del norte al sur, como ha sido también la historia de
esta península, también en los humanos, oleadas de civilizaciones del norte al
sur, y, otras veces, del sur al norte. Es la historia de esta dosela-provincia
de la Mancha, estar en medio, estar como lugar de paso… Parque Nacional,
singular en Hispania, singular, dicen en Europa. Es una metáfora de lo que es
el ser humano, esta agua, que nacen de la superficie, río, pero que también
emergen del fondo y de dentro. Como los humanos que somos una mezcla de lo
superficial y de lo interior. Como la historia humana, es una mezcla de
racionalidad y de irracionalidad, de dentro y de fuera, de lo consciente e
inconsciente…
Tenemos historia e Historia, no
todo empieza con Roma, antes de Roma hubo ciudades-Estado o aldeas-Estado,
quizás, no fuesen como las griegas, pero tuvieron su lugar y su espacio y su
tiempo. La Motilla de Azuer, imagino
una aldea-Estado, que dominaría un espacio y un terreno. Los historiadores y
los politólogos, se dividen, indicando si el Estado surgió casi en la Antigua
Roma, y, otros que surgió antes. No pudieron hacerse los imperios antiguos, no
solo romanos, ni solo macedónicos, ni solo del Antiguo Egipcio, ni el
cartaginés, ni los diversos de Mesopotamia –que es el origen de Europa junto
con el Antiguo Egipto y la Antigua Jerusalén-, antes de Roma y Grecia. Pero
antes de Roma y Grecia, aquí en estas tierras, debieron existir, aldeas-Estado.
Creo que el Estado o protoestado está desde el neolítico… -sin esa idea y
concepción, no pueden vivir cientos de personas en un lugar, se necesita un
protoestado…-.
Se dice que en Manzanares está la iglesia más grande
de la provincia de Ciudad Real. La he visitado varias veces, pero no soy
consciente si este dato es totalmente cierto o no. Ciudad Real no fue diócesis
hasta hace un siglo y pico, porque antes era y formaba parte del Arzobispado de
Toledo… Es una provincia que ha tenido, no demasiada suerte por los misterios
de la vida, primero, Toledo estaba lejos, segundo, las órdenes militares,
tenían sus intereses, además siempre tierra de paso, además siempre el temor de
la sequía en verano y malas cosechas, y siempre, el frío, antes elevado en invierno.
Todo eso ha ido haciendo a los humanos que la han habitado esperar y, de alguna
forma, vivir en casi dormición. Pero tenemos que despertar. Tenemos que
despertar, tenemos derecho a despertar. A veces, me digo, si en cada pueblo o
aldea pusiesen clases de comercio y de administración de empresas, títulos
reglados o sin reglar, para enseñar a tener iniciativas comerciales, enseñar al
pueblo, que mejore sus pequeñas granjas o tierras o ganaderías. Quizás, podría
ser un motivo para el despertar. Más con los tiempos que se avecinan, según los
pájaros indican…
En Manzanares, el Museo
del Queso, una de las fuentes de la economía de estas tierras. Un
manjar dado a los hombres por los dioses, o dados a los dioses por los hombres.
Un manjar que me digo, no podrían abrir una Web y pedir y sugerir, que las
personas de carne y hueso, sugieran nuevas recetas con el queso, nuevas maneras
de degustarlo, nuevas formas de materializarlos en las bocas y en los sabores
de los labios. Así de ese modo, como cuándo hubo mucho cereal en Norteamérica,
dicen que inventaron el desayuno con cereales. Nosotros inventemos nuevas
formas de degustar el queso de estas tierras. En Manzanares una fiesta
gastronómica del queso, un día al año. Después, quizás ya serían un fin de
semana, y, quién sabe se podría convertir en una Fiesta Gastronómica y
cultural, enseñando sus calles y sus piedras y sus vinos y sus rostros de
personas y sus museos…
En esa plaza mayor de Puerto Lápice, que tantas veces, me he
detenido para descansar un poco, y degustar algo, para pasar al servicio. Y,
continuar con el viaje. Ese entramado de maderas, como si fuese un barco
sediento de tierra y seco en una llanura. Esa madera de color rojo de toro, o
rojo de almagre, o rojo como los vítores de la catedral y universidad de
Salamanca, a los doctores y doctorandos. Los humanos somos una mezcla de
pasiones y deseos, y por otro lado, de racionalidad y libertad. Y, estamos
luchando toda la vida, en esos extremos, el Quijote nos lo enseña, porque el
Quijote pasó por estos lugares.
Venga usted unos días por estos
mares de tierra, cambiará el color, sea en verano o sea en otoño o sea en
invierno o sea en primavera, venga por este bosque de silencios, dónde se oye
el viento como va atravesando el alma. Mire usted esas largas miradas que no
tiene fin. Y, sin darse cuenta se estará mirando en su interior, esos
amaneceres o esos atardeceres, y, empezará a hablar con el Quijote y el Sancho
que lleva dentro. Venga unos días, venga unos días de vez en cuando, vaya de un
lugar a otro, despacio. Degustando el paso del tiempo, degustando los colores
de las tierras y casas, degustando el color de las comidas. Y, quizás, esa
herida que lleva dentro, ese dolor que está muy dentro, que lo arrastra desde
hace unos meses o décadas, quizás se le cure. Porque estará con otras personas,
pero estará solo y en soledad. No estará con miles de personas al mismo tiempo,
solo unas pocas o unas decenas, pero estará con personas por las calles y los
paisajes, pero también estará solo y en soledad. Podrá dormir y descansar y oír
en el amanecer, en algunos lugares, todavía el canto del gallo y el ladrido del
can de alguna raza sin raza o de alguna de pedigrí, porque todo se produce, y,
maullar algún gato en la noche por el ruido de la ventana. Y, quién sabe si
Dulcinea le hable al oído…
El trigo o la cebada o el cereal
necesita ser molido para hacer harinas, y con la harina panes de diversidad de
formas y materias. Según tiempos y según lluvias y según sequías, y según
número de personas en la familia. Todo eso se une y se combina y se recombina.
Vayan a museos, y encontrarán recipientes de piedras con un hondón y una piedra
redonda, ese era el molino del neolítico, después vinieron los molinos de agua
y de aire. Aquí en la Mancha, no diré como gigantes, que ya lo dijo el genial
Cervantes, yo para ser original diré que son ogros que con sus brazos quieren
atrapar aviones y vientos… y con ellos, triturar cereales, que después se hace
pan, pan para los hombres y pan para los presbíteros y sus ceremonias… pero siempre
pan, pan humano y pan religioso. Eso ha sido la Mancha, eso ha sido España, eso
ha sido Europa, durante siglos, ese símbolo, natural y sobrenatural, esa
realidad terráquea de pan y vino, humano en cada mesa. Divino en cada altar de
iglesia. Se dice que hubo más de un centenar en toda la Mancha, muchos en esta
provincia con nombre de rey, real, Ciudad Real. Camine al lado de algún molino,
en movimiento o callado y comprenderá algo de estas tierras, que parece se
mueven pero nunca se mueven, mueven los brazos, pero los molinos están en el
mismo sitio, van cambiando los caminos, hubo tiempos de tierra y de animales de
carga, ahora son de alquitrán y de vehículos a motor…
http://youtube.com/jmmcaminero © jmm caminero (20 enero-04 marzo 2024 cr).
Fin artículo 4.079º:
“Besando Ciudad Real, III”.
E.
04 marzo