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Artículo Periodístico 4.125º: “Gastrocultura y gastrosofía: Cocido Lebaniego”.

                         Artículo Periodístico 4.125º: “Gastrocultura y gastrosofía: Cocido Lebaniego”.

Los cocidos hispánicos salvo la excepción del madrileño, se presentan como platos únicos, el lebaniego típico del Valle del Liébana, Cantabria, también.

Formado y conformado y construido por los garbanzos de Potes, patatas, berza o repollo, y se añade la matanza del cerdo, compango en estos lares es la palabra, y, ya sabemos lo del cerdo, todo se aprovecha de este animal, que ha tenido y tiene de connotaciones religiosas y sociales y culturales evidentes, más en esta Península.

Del cerdo pues los chorizos, morcilla, hueso de jamón, tocino, también se inserta la ternera, res típica de los montes cántabros –cecina, zancarrón, que no sé exactamente lo que es-. Algunos también hablan de “relleno” que es una bola/pasta hecha con miga de pan y huevo y perejil… Siempre hay que añadir la sal como mineral, el agua, el fuego, y varios recipientes para realizar toda la preparación, para el cocimiento, y, para la presentación.

Una de las revoluciones producidas en el siglo veinte, son las formas variadas de presentar los alimentos ya hechos, en todas las variedades de platos y utensilios. Los cambios se van produciendo y no somos conscientes. No somos conscientes que en esta península, se comía antes de la incivil guerra civil, todos de un caldero o sartén o puchero, se acercaba la navaja más que el tenedor y se mojaba con pan. Todos del mismo caldero, y se ha ido pasando a platos individuales, después, dos o tres platos por comensal, y, al mismo tiempo, multitud de diseños de este utensilio, hasta en estas últimas décadas, algunos de estos recipientes parecen obras de arte.

Digo yo, que oiré, que en algún lugar de este planeta, alguna de esas empresas de comida de autor, de esas que buscan michelines, encargarán a alguno de los artistas plásticos de fama o de media fama, que les diseñen y hagan una cubertería realizada por ellos mismos. Supongo que ese día llegará, aunque yo no lo conozca/vea/oiga… cada plato único, cada recipiente único, adornado y pintado por un gran o mediano pintor de este planeta… -claro está, cuánto tendría que costar comer en un plato real hecho, firmado y diseñado y realizado, tenga un ejemplar o cinco, por Picasso, Miró, Tapies, Barceló, etc.-. En fin, estamos creando una nueva variedad de mercado en el arte plástico, digo yo, que lo agradecerán a este modesto artículo periodístico, esta sugerencia o esta idea, si es que no está ya hecho, si es que no hemos descubierto el Mediterráneo…

Aunque no lo creamos, ahora en estos tiempos, siempre se ha dicho que en muchas zonas de este país, hace décadas la comida del domingo y del día de fiesta o era el cocido o el pollo, en alguna de sus variedades. Siempre, por algunos analistas, se indica que el cocido era una comida substantiva y energética para los días largos de trabajo, sea al sol o sea al frío, y, si es verdad este enunciado. Pero también, un cocido era durante generaciones un lujo, porque si era posible llevaba muchos ingredientes cárnicos. Y, la carne no nos engañemos ha sido un bien escaso, en muchas zonas de este país y en muchos tiempos. Por eso las matanzas era una fiesta, entre otros motivos…

Se están buscando precedentes y precursores a esto de la gastronomía, y, entre otros, Grimond de La Reyniére, que algunos consideran el primer crítico sobre la comida, también se incluye a Brillat-Savarin. Dónde ya se menciona diversos aspectos de la comida y del alimento. No solo las recetas en sí, sino aspectos diversos, porque el fogón tiene realidades transversales, que hoy llaman, multidisciplinares, es una palabra más correcta. Todo saber puede decir algo de la comida, toda comida puede decirle algo a cualquier saber. Es un misterio que una realidad tan esencial para la especie humana, y, todas las especies vivientes, haya sido estudiada tan poco, salvo ya empezó a despegar en el siglo veinte…

La comida no solo vista como necesidad de supervivencia, sino como alegría del sabor, los gustos, los olores, los colores, la compañía, el descanso, la esperanza de ese día y de la vida. Siempre que sea decente y honesta la comida en sí, y, lo que se hace en ese acto de degustar alimentos. Hoy, que en la televisión existe en todas las cadenas programas de esta temática, de todos los colores y formas, incluso existen concursos de dicha realidad. Incluso búsqueda de nuevos talentos.

Y, que se ha clasificado a los creadores de comidas, los altos cocineros y altas cocineras, dándoles galardones. Que buscan nuevas recetas, aplicación de nuevos ingredientes del confín del mundo, que rebuscan nuevos sabores, nuevas armonías de ellos, en platos que disponen de muy poca cantidad en peso de alimentos. Pero que se consideran los Picassos y los Miró de hoy, los altos platos de la gran cocina de invención y de autor. El arte de vanguardia ha llegado a los fogones, en la segunda mitad del siglo veinte. Existe también un turismo de la alta cocina, en la que personas, de nivel alto económico, se pasean por las geografías del territorio buscando, entre otros, fogones de muchas estrellas o de muchos tenedores o de muchas menciones…

Yo, supongo e imagino, que los grandes chefs o maestros de la cocina, podrían depurar estos platos típicos/populares y presentarlos como grandes descubrimientos. Esos platos que en alimentos no tiene más de un puño de una persona, lo que cabe en él. Pero que se convierte en grandes piezas del alto gusto culinario.

Pero muchos de nosotros, que amamos la comida popular, seguimos pensando que los fogones típicos de siglos o de generaciones, es uno de los grandes descubrimientos, invenciones, diseños de la creatividad humana. Y, de la humanidad, palabra que no gusta en muchos mentideros filosóficos, pero que a mí, si me parece correcta, como abstracción general de todo lo bueno y aspiración a lo bueno del ser humano.

Por tanto sin menoscabo de la alta cocina, que alabo y estimo necesaria –pero que no creo haber probado-, sin menoscabo de los grandes chefs con muchas estrellas, sin menoscabo de todo ello, mi pequeño lugar en este mundo gastronómico, por el momento, es alabar la comida típica y popular de siglos, como el cocido lebaniego, una variedad de tantos cocidos existentes por este terruño ibérico…

http://twitter.com/jmmcaminero           © jmm caminero (21-25 marzo 2024 cr).

Fin artículo 4.125º: “Gastrocultura y gastrosofía: Cocido Lebaniego”.

E. 25 marzo 2024 a Diario Digital Luz Cultural.com. El Diario Alhaurin de la Torre.com.

Humor Gráfico de JMM publicado en periódicos digitales.

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