Artículo Periodístico 4.103º: “No sabemos/sabremos lo que (ha) sucede/sucedido”.
Plantee esta cuestión en
enunciativa o interrogativa, pero esa es la realidad, mientras que suceden los
acontecimientos y hechos, no sabemos exactamente las consecuencias que tendrán.
Después eso sí, unos meses o unos
años o unos lustros después, vendrán la historiografía y la fijación de los
hechos… que el toque de la campana de la libertad americana con respecto a
Inglaterra, ese simple toque o tirar los fardos de té, si mi memoria no me
falla. Un hecho concreto, y, hasta cierto punto, después tenga tantas
consecuencias. Que si Fernando el
Católico se volvió a casar oficial y legalmente después del fallecimiento
de la reina Isabel la Católica, y,
naciese un hijo. Y, mil otras realidades que ocurren en la historia, y, que no
sabemos en esos momentos las consecuencias que tendrán, al menos, para la
inmensa mayoría de mortales, salvo supongo que algunos que disponen de más
capacidad de percibir el futuro o disponen de más datos.
Luego es evidente, contarán los
relatos y narrativas de la historia del pasado. Algo que hace diez o cincuenta
años, apenas tuvo incidencia, aunque sí preocupación, se toma como fecha de tal
realidad. Y, se repiten en manuales de escuela y en conmemoraciones con bandera
o con discursos o conferencias. Así se ha ido entrañado la red de la historia.
Los acontecimientos, porque eventos me parece que es una palabra innecesaria,
todavía en/para esta lengua de tantos siglos. Los acontecimientos y hechos y
datos, después se interpretan y se argumentan. Y, un hecho equis, después, se
olvida o casi duerme en la nada, y, ese mismo hecho u otro, se eleva a la
categoría del Everest.
Por tanto, seamos sinceros, no
sabemos lo que sucede. Pero también ocurre, que miras hacia atrás, y, no sabes
muy bien lo que ha sucedido, aunque lo hayas padecido. Pero no ya
acontecimientos de hace dos siglos, qué ocurrió en la Corte Española y su
relación con Napoleón, qué sucedió
con el Rey legitimo y el hijo de dicho rey legítimo español y con la figura de
Napoleón, y qué con Godoy y qué con
la reina del rey oficial de España.
Es decir, todo está lleno de
misterios, porque ahora, se llaman por teléfono y no sabemos a quién y cómo y
cuándo y cuánto y qué, en los círculos de poder, pero antes, estaban las
conversaciones privadas y los legados y las cartas, que se han perdido, y las
intenciones y los planes de unos y de otros. Ni siquiera se sabe bien, lo que
sucede en una comunidad de vecinos en un proyecto en común, ni tampoco en las
familias, en sentido amplio, de varias familias con un tronco común. No
sabemos, esta es la realidad. Padecemos la historia, pero no sabemos lo que ha
sucedido totalmente, ni lo que hemos padecido, ni lo que hemos sufrido o el
porqué de ese sufrimiento o de esas alegrías… Ni siquiera las consecuencias de
nuestros actos presentes, después en el tiempo futuro…
Es triste, sí, es triste darse
cuenta, que en muchos acontecimientos que sufres y has sufrido, en el momento
presente o del pasado, no sabes lo que sucede del todo, no sabes las
consecuencias que tendrá, no sabes el porqué y el cómo, no conoces todos los
protagonistas y actores y actrices de esa obra real y realista. No sabes nada o
casi nada. Esta es la realidad… No sabes lo que como el perspectivismo de Ortega, no sabes lo que conocen unos y
lo que conocen otros, lo que hacen unos y lo que hacen otros, lo que ocultan
unos y lo que ocultan otros…
Me he esforzado siempre en
entender la realidad, la realidad histórica, y, por eso he utilizado los hechos
o acontecimientos, pero después buscar explicaciones, de diversos saberes de
ciencias sociales, de diversos protagonistas. Y, debo confesar, que después de
cuatro décadas y algo, no sé, no sé exactamente, el juego de lo que sucedió en
el
Puedes sentirte como un pequeño
títere en manos de otros. Pero te voy a indicar un secreto, que me temo, que
todos nos sentimos títeres y máscaras, puede que algunos muevan más hilos que
otros, puede que algunos sepan más parte del guión que otros, pueden que
algunos tengan un papel de más importancia en el teatro del mundo. Pero he
descubierto una cosa, que nadie maneja el guión completo de la historia, que no
hay un individuo, ni un colectivo que dirija totalmente la historia, aunque
unos sí tienen más influencias que otros, que no existe un guión claro de cómo
se va a desarrollar la historia. Eso si lo he aprendido y aprehendido, porque
lo he visto multitud de veces reflejado en la historia. Acaso cuándo Isabel envió las naves a lo que después
fue América, pensó las consecuencias que iba a tener esa realidad o ese hecho
para el planeta y para la historia. Incluso ahora, después de cinco siglos, somos
conscientes de todos los cambios que ha traído esa realidad… Lo sabía acaso Colón, el gran protagonista…
No sé, debo confesarlo, lo que
está sucediendo ahora, no lo sé. Las consecuencias que va a tener para usted y
para mí, ni las consecuencias para mis descendientes. No lo sé. Lo único que
puedo hacer, es atar mi cuerpo y mente a una ética y moral correcta, en la
teoría, y, en la medida que pueda en la práctica. Y, así subido en ese pequeño
barco ir atravesando los vericuetos de la historia, de este mar que denominamos
tiempo histórico. Es decir, de mi vida y de su vida. Solo podemos hacer esto, o
eso es lo único que se me ocurre a mí. Paz y bien.
http://www.facebook.com/cuadernossoliloquiosjmm © jmm caminero (03-11 marzo 2024 cr).
Fin
artículo 4.103º: “No sabemos/sabremos lo que (ha) sucede/sucedido”.
E.
11 marzo
E.
18 marzo