Artículo Periodístico 4.093º: “Las antologías, los antologados y los que quedan fuera…”.
Todo el mundo que se introduce en
el mundo de la cultura sabe que existen, se encuentran en cada campo con
docenas de antologías sean literarias sean de autores plásticos o…
Cuando se tiene un tiempo sobre
espaldas y manos, y, ya van doliendo huesos y articulaciones y músculos, uno
recuerda de vez en cuando, con antologías del pasado que le han influido mucho.
Tiene recuerdos lejanos que le influyeron mucho. Después, de esas han venido
otras.
Según temas, a unos de poesía,
otros de teatro, aquellos de filósofos, incluso de teólogos que no se mencionan
–siempre me ha sido una incógnita, que en los suplementos culturales de
periódicos, algunos de enorme fama e importancia, raramente citan libros de
teología, libros de ensayos sobre teología, porque al final los libros de
teología son libros de ensayo sobre su temática, igual que los libros de ensayo
sobre ciencia o literatura, a veces, se denominan de divulgación, aquí levanto
una bandera, para que recojan esta sugerencia y empiecen a insertar crónicas y
comentarios sobre libros de teología también…-.
Pero si seleccionamos el tema de
autores plásticos, novelistas o narradores, cuentistas o relatos, aforistas,
poetas y poemas… hemos podido confrontarnos con varias decenas de antologías, a
lo largo de treinta o cincuenta años, unas a nivel nacional, otras regional,
incluso provinciales. Unas, intentando abrir nuevos horizontes, otras
recogiendo nuevos autores, algunas nuevas tendencias, al final, que son las
generaciones, un intento de venta y de marketing, se reúnen varios autores o
autoras en nombre de un arte o un género, se reúnen diversas veces en un café,
plantean un manifiesto o tendencia, especialmente si son jóvenes, para hacerse
un hueco en el mercado. Algunas tuvieron un enorme éxito, la del noventa y ocho o la del
veintisiete. Otras, se van olvidando…
También hombres o mujeres de
importancia en el mundo cultural, con conexiones con editoriales y autores,
lanzan movimientos, que algunos quedan en libros y manuales de universidades y
de enseñanza… Recordemos, los “Novísimos”, de buena memoria y buen
recuerdo y que han ido quedando en las letras de molde y en las conferencias
académicas.
Otras antologías, en libro o en
exposiciones se van olvidando, por mil razones… Algunos, podrían indicar que
existen, como una nomenclatura en todo el mundo cultural, con pequeñas
diferencias, según el género, unas están los autores y autoras ya con sus
pedestales y nombres-apellidos, otras son y están las antologías de nombres
semiolvidados, y, otras son los que van por su soledad y en su soledad, con
distinta suerte y azar, y, por último, los del último pelotón, que están
olvidados en sus rincones, con algunos brillos momentáneos, y que han estado
haciendo mazapanes líricos o de colores, durante diez o cincuenta años, y,
saben que serán olvidados sus trabajos –al menos, si no cambia la situación de
la industria cultural…-.
Cuando sale una antología o
semejante, en el campo que sea, muchos miran a ver si sus obras han sido
incluidas, pueden ser los pintores de una provincia, los poetas de una
provincia, los narradores de una provincia, los ensayistas de una provincia,
los articulistas de una provincia… Si quieren, en vez de poner provincia,
pongan comarca o localidad o región o nación…
Hace mucho tiempo, leí, lo he
hecho varias veces, no recuerdo el nombre, de una antología sobre poesía
norteamericana, y, el antólogo indicaba con buen juicio y buen seso, que era
imposible hacer una antología, porque nadie podría leer todo lo que se produce
en la poesía norteamericana, en un periodo, por ejemplo, diez o treinta años.
Y, además las antologías de poetas, puede ser desde muchos puntos de vista, de
una zona, de una temática, de un estilo, de hombres o de mujeres, de una
tendencia estética o de otra, etc.
La persona que está llamando a
esta puerta y en esta puerta de la cultura. Está esperando que le incluyan en
alguna antología o en varias, o en una exposición antológica o en varias.
Quiere, quizás por fama, notoriedad, ambición, vanidad, soberbia que su nombre
vaya quedando y su obra, o, quizás, porque modestamente piensa, equivocado o
no, que puede aportar algo, que ha aportado algo nuevo e innovador o esencial o
conceptual. Quiere, que su trabajo tenga sentido, y, que los olivos y olivas de
sus palabras y de sus obras, puedan permanecer en el futuro…
Algunos, piensan de forma acertada
o errónea o equivocada o exagerada que pueden aportar algo a la humanidad,
aunque trabajen en oficios modestos –porque eso es otra realidad, a cuántos se
le han cerrado puertas por vivir de un oficio modesto y humilde y sin brillo,
e, incluso alejado de la cultura, a cuántos por inquinas y rencores personales,
a cuántos por maledicencias y calumnias que le han creado y criado otros, sobre
si mismos o sobre otras personas, siendo falsas…-. Si existe el Buen Dios y el
Juicio Particular creo que los hombres y mujeres de la cultura nos llevaremos
muchas sorpresas, porque veremos cosas que creíamos eran de una manera pero
fueron de otra, que quizás, pisamos a muchos sin razón y sin justicia y sin
equidad, y, que quizás, hicimos muchas injusticias y algunas justicias… Por
eso, quizás para/por muchos no desean y no quieren que exista Dios, ni exista
Tribunal Particular…
Hoy, sería tan fácil, que miles
de nombres y de pequeños curriculum quedasen para el futuro, con enlaces de sus
producciones en Internet. Sería un sueño tan sencillo y tan fácil hacerlo.
Hacer la antología de la antología, la macroantología, en la que quedarán todos
los nombres, todos los nombres de un territorio equis en la poesía o en el
teatro o en la fotografía o en el ensayo o en la teología o en el arte o en…
¡Hoy, sería tan fácil, pero hoy, por razones imposibles de entender por mí, eso
no se quiere hacer…!
http://youtube.com/jmmcaminero © jmm caminero (13 febrero-11 marzo 2024 cr).
Fin artículo 4.093º:
“Las antologías, los antologados
y los que quedan fuera…”.
E.
11 marzo