Artículo 5.214º: “Sobre tauromaquia: Vicente Zabala”.
Debo confesarlo no me atrevo a
hacer un artículo de opinión sobre los toros. Percibo una realidad tan
compleja, que debo indicarlo que supera mi inteligencia y mis conocimientos.
Por un lado, nadie se ofenda,
creo que matar a un toro de esa manera, no es la correcta y racional. Por
tanto, para que no desaparezca la tauromaquia la hagan evolucionar sin muerte.
Por otro lado, creo que hay una
acumulación cultural sobre este tema, cultura como interpretación de la
realidad, que es tan ingente que no sé, no sé dónde puede llegar. Por otro
lado, viven miles de familias de esta realidad, por tanto es una cuestión
económica importante. También no hay que olvidar que es una imagen de marca, de
una realidad que viene desde hace miles de años, el toro y su antecesor el uro
ha estado presente en el corazón del hombre, son animales totémicos o casi,
como el lobo en nuestras sociedades e historias, también el águila –casi todos
los Estados tienen un águila en sus emblemas… o lo han tenido-.
Pero un articulista de opinión,
como este escribano, por casi obligación, aunque no sea remunerado hay que
rozar todos los temas. Sé y existen los derechos de los animales, que supongo se
irán imponiendo más y más en todas las sociedades. Cómo será la tauromaquia
dentro de cincuenta o cien años. No lo sé. Qué puedo decir yo, yo, ahora,
tampoco lo sé exactamente, decía Anson
que Mingote siempre defendía al más
débil, por eso se oponía en sus dibujos a la fiesta del toro, o al menos, daba
una especie de humanización.
Hay que indicar que en la
realidad de la tauromaquia, caben distintas realidades, una cosa es las fiestas
de los pueblos, que sacan los toros por las calles y juegan con ellos, aunque a
veces, hay muerte, otras veces, pues es el foso o coso de un redondel ovoide o
circular, dónde es una especie de ceremonia o rito secular se concentra el
universo humano. Es algo más que una fiesta, algo más que un acontecimiento de
descanso, en el que se conmemoran quizás, realidades emocionales e irracionales
del inconsciente. Se dice, que a algún pueblo del Ártico se les prohibió cazar
aves, y, al cabo de unos meses se pusieron malos y se alcoholizaron. Me
pregunto, nadie se ofenda, si erradicar la realidad de la tauromaquia,
produciría consecuencias muy negativas, a nivel emocional y de la conducta de
una parte de la población hispánica...
Al morir el toro, también puede
morir el torero, al morir el toro y el torero se produce una especie de sinergía/catarsis,
de curación psicológica, algo así, como también dicen, lo producían las
películas del Oeste. La tauromaquia es una especie de curación de una
colectividad, quizás de autocontrolar la venganza y la violencia y la inquina y
el rencor y el dolor que cada individuo puede sufrir.
Una sociedad y país que en dos
siglos ha tenido cuatro inciviles guerras civiles, las tres carlistas o cuatro
–no recuerdo ahora cuántas-, y, la famosa del siglo veinte, quizás, la realidad
del toro, dónde el toro y el torero y el público-toreador, se produce como una
especie de sinergía colectiva, que quizás cura heridas profundas. Quizás, en el
inconsciente curaba heridas profundas, traumas profundas, heridas-traumas del
pasado –quizás el futbol, deporte o fiesta nacional, sea en cierto modo lo
mismo, nos cura de heridas profundas, pero sin sangre-.
He asistido de niño y en la
primera adolescencia a algunas corridas reales –entonces hace décadas era más
normal y no estaba mal visto, ni estaba prohibido, no seamos extemporáneos y
anacrónicos-. Por tanto, nadie puede decir de mi persona, aunque fuese
demasiado joven, que no he asistido. Cierto es que no entendía nada, no
comprendía nada. Quizás ahora tampoco. Quizás ahora, no me dejarían entrar por
edad. Por lo cual, ningún antitoreo o protoreo puede decir, que no sé nada,
aunque sé que no sé nada. Pero bueno es recordarlo… Este tema, como muchos
otros, casi todos, me parecen muy complejos y muy simples, en definitiva,
muestran y demuestran la división interna que sufren los humanos, unos más que
otros, en cualquier tema, sea político, social, cultural, religioso, ideológico… Es más escribes sobre una comida
real o imaginaria, y, puedes tener críticas a favor o en contra de diferente color
y calor. Y, te dices si sólo era una sugerencia, casi dicha en broma…
Si alguien lee algunas de mis
crónicas-comentarios, sabe que voy haciendo una pequeña microhistoria por el
articulismo de opinión, hoy, hoy me he encontrado con una columna, de uno de
los considerados mejores y mayores y más excelentes de los columnistas de
opinión de este tema, durante el siglo veinte. Justo y necesario es indicarlo y
decirlo y expresarlo: Vicente Zabala,
titulado: Y se pararon todos los relojes… Curro Romero realizó la mejor faena de
su vida. Publicado en ABC, 23 de junio de 1973. ¿Qué puedo
decir? ¡Qué puedo decir…! Recuerdo que un político español de gran prestigio y
poder, que no escribiré su nombre, en una entrevista le preguntaron:
- ¿Lee libros de su ideología…?
- No, leo a los contrarios,
porque de los míos ya conozco todas sus ideas – contestó-.
Recuerdo mucho esta frase que no
es literal, esta idea que si es literal, porque creo que nuestra sociedad
funcionaría mejor si oyésemos, no sólo a los nuestros, sino a los no-nuestros,
también a los contrarios.
La verdad es que esta sociedad
iría mejor, si no tuviésemos a los otros como contrarios, sino seres humanos
que tienen otra opinión sobre uno o cien temas, pero que no son ni adversarios,
menos enemigos, sino opinadores de otra manera y otra forma. ¿¡Pero verán mis
ojos este cambio de paradigma en mi sociedad…!?
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jmm caminero (08 noviembre 2025 cr).
Fin artículo 5.214º:
“Sobre tauromaquia: Vicente
Zabala”.
E.
23 nov.