Artículo 5.223º: “Alrededor de 150.000 personas fallecen cada día en el mundo”.
Según Internet ese número
aproximado muere cada día en el mundo, 1200 en España, aproximadamente… Pero,
aunque pocos quieren reflexionar un poco sobre este fenómeno.
Quizás,
un articulista-escribano como el presente, quizás si deba hacerlo. Recordar esa
cifra ya es por sí y en sí importante. Sabemos desde la edad temprana, que
nuestros abuelos fallecen, algunos tienen la desgracia de ver el mismo episodio
en algún hermano o hermana, incluso en uno de los padres. Por tanto, el
fallecer o el tránsito o la muerte es una realidad existencial y vivencial en
cada ser humano. En algunos casos ya han fallecido antes de ellos nacer, sus
abuelos antes de ellos o ellas respirar este aire, con lo cual, se criarán de
pequeños sin algún abuelo o abuela, o sin ninguno –porque las vicisitudes de la
vida, son complejas y son sencillas, al mismo tiempo-.
Pero
en estos días pasados he oído, un argumento sobre la ética-moral y la muerte,
que jamás había oído, o, no soy consciente de ello, y, que tampoco se me había
ocurrido o pensado mi cerebro-mente-consciencia-conciencia. Dicho argumento
indicaba que la moralidad aumentaría en la sociedad o la inmoralidad
disminuiría si el temor a la muerte se redujese. Que en el fondo, casi todos
los individuos temen la muerte, y, como creen que el mundo sólo van a estar
cincuenta u ochenta años, pues aprovechan ese tiempo para alcanzar el éxito, el
éxito casi a cualquier precio: sea el éxito en la cultura, en la fama o
notoriedad en algún campo, en el poder político o económico, en las
experiencias sensuales en algún campo, etc.
Venía
a decir, ese argumento, no sé si lleva mucha razón o poca, pero es original al
menos, a mí me lo parece, como tememos la muerte, pues hacemos muchas
tonterías, pensamos muchas tonterías, deseamos muchas tonterías… En definitiva,
unos, creen que el mundo sólo es éste, por tanto hay que aprovecharlo lo más
posible, y, el otro o la otra persona, es secundario para él o ella. Para
otros, este mundo es sólo una temporalidad, existe después una eternidad, pero
temen y tienen miedo no ir al Lado Bueno de la eternidad, y por tanto también
temen…
Quizás,
creo que todas las metafísicas filosóficas y metafísicas religiosas, hay
pequeñas diferencias entre estos dos grupos, y, después, cada una de ellas,
dentro de esas áreas. Han intentado dilucidar estas cuestiones, en definitiva,
son los famosos novísimos, que en la órbita occidental, serían el tema de la
muerte, el tema de la existencia o no existencia de Dios, el tema de la
eternidad individual de cada individuo, el tema del Juicio Particular, el tema
de la eternidad buena para cada individuo o la eternidad mala para cada
persona…
Cada
ser humano, una o varias veces, o decenas o cientos de veces, tiene que
enfrentarse a ese conjunto de cinco grupos de preguntas que antes hemos
indicado, cinco o seis, no tengo ganas contarlas ahora. Hágalo usted estimado
lector/a. Algunos creen que solucionando el segundo problema ya tienen resuelto
todo. Dicen, “no existe Dios”, pero así ya creen contestar el resto de
preguntas-áreas de cuestiones, sólo queda el paso o viaje del propio morir, que
en definitiva, sólo es unos minutos o unos meses… Y, ya se termina todo. Pero
la cuestión es más grave, que yo crea que no exista Dios, no quiere decir, que
no exista, que yo crea que exista Dios, no quiere decir que exista…
Hoy,
al reflexionar de y sobre la muerte, no vamos a hablar de teorías y conceptos
que se han producido a lo largo de los siglos, ante estos temas, por los
pensadores y filósofos y teólogos. Hoy, sólo le indicaré, que durante unos
meses reflexione y lea, medite, piense, se informe, sobre los Milagros
oficiales aprobados por/en Lourdes,
y, el famoso milagro de la multiplicación del arroz en Olivenza, hacia los años cincuenta del siglo anterior. Antes de
tomar una decisión mental sobre estos problemas y temas, reflexiones sobre
estos dos conjuntos de realidades, que son del siglo pasado… no estamos
hablando de la Edad Media…
Por
otro lado, todos tenemos que irnos preparándonos a la muerte. Es una realidad.
Y hacerlo con sosiego y prudencia y racionalidad y moralidad. Prepárese a la
muerte, en nuestro terruño ibérico, el conde y el vasallo más pobre, sabía que
esa asignatura era obligatoria para todos y en todos. Durante siglos, nos hemos
preparado a la muerte. Es decir, preparar el alma al encuentro del Ser Supremo.
Perdonarse y que se le perdonen las faltas, y, abrirse a la misericordia
infinita de Dios. Porque según el cristianismo, Dios es infinitamente misericordioso,
y, espera millones de veces, cada segundo, que usted y yo nos arrepintamos o
pidamos perdón o pidamos piedad… ¡Háganlo ustedes también…!
Iba
a escribir sobre la diversidad de tipos de muerte de las personas, los grandes
grupos y razones. También de las diferencias de las muertes humanas, algunas,
quizás rodeadas de hijos y nietos, algunas otras, solas y en soledad… Algunas
en camas de plata y madera de colección, otros quizás en casi tierra, algunos
sabiendo que sus hijos vivirán bien, otros con enormes angustias por lo que les
suceda a sus descendientes, algunos y algunas…
Hoy,
quería enviarle a usted conceptos e ideas y mensajes y metáforas sobre el
morir, y, sus situaciones, pero cómo suelen decir, el escritor empieza una
novela creyendo que irá por un camino, y, a las diez páginas se da cuenta que
irá por otros paisajes y autovías… ¡Paz y bien… que tanto necesitamos…!
https://muckrack.com/jmm-caminero-1 ©
jmm caminero (18 noviembre 2025 cr).
Fin artículo 5.223º:
“Alrededor de 150.000 personas fallecen
cada día en el mundo”.
E.
23 nov.