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                         Artículo Periodístico 3.772º: “Gastro: Morteruelo manchego”.

Se le denomina también ajo mataero, cuyo ingrediente esencial es el hígado de cerdo, y, si es posible se le añade otras carnes de caza, aves, pollo, gallina, lomo de cerdo, especias, pan rallado, aceite, ajo, pimentón, picatostes.

Hay autores que indican que existe documentación del siglo XI, pero con otro nombre. Se utiliza el cocimiento largo, y después se utiliza el mortero, para formar una especie de paté o de pasta…

Me he preguntado algunas veces, que se utilice hígado de cerdo como base, además de otras piezas o carnes de caza menor, si tendría algún significado simbólico y cultural y social y religioso –hay que recordar que el cerdo está prohibido en algunas religiones monoteístas occidentales-. Cierto es que en las casas y familias, el cerdo era un habitante más, porque servía de base para la alimentación, no solo se comía las sobras. Sino que del cerdo se aprovechaba todo. Ciertamente la carne de cordero o de vaca era más difícil de obtener…

Durante siglos, en las casas cristianas, siempre si se podía había un cerdo o varios, porque era la nevera para el invierno. Las fiestas de la matanza del cerdo, eran fiestas populares. Ya que del cerdo se aprovecha todo, desde el hocico hasta el rabo, según el eslogan popular…

La comida es la esperanza. La comida sosegada y moderada en cantidad y en forma y en manera y en bebida es la espera de la esperanza. Es decirse, a sí mismo, vivimos hoy, y, tenemos esperanza de vivir mañana. Me imagino que los prehistóricos, los de nuestra misma especie, y, de otras, cuando conseguían cazar una gran pieza, que les podría permitir vivir y sobrevivir varios días.

Posiblemente algunas veces, celebrarían una fiesta. Irían aprendiendo que tal pieza de esa caza mayor, se podría hacer/consumir/degustar/conservar de una manera o de otra. Un trozo era más fácil para los ancianos y más blando, otras más para los niños… Somos una especie de maratón histórico, nos vamos dando de generación en generación el testigo, vamos dejando algo del presente para el futuro, vamos olvidando algo del presente y del pasado que no dejamos para el futuro…

Estimado lector y lectora, debe usted saber, no quiero engañarle, ni que se engañe, no soy un gurmet, mis conocimientos de cocina y fogones es muy limitado. Pero si he apreciado, siempre la relación de la comida con multitud de áreas o interpretaciones. No tengo una capacidad olfativa y gustativa notable, sino más bien limitada. Por consecuencia, me acerco a los pucheros como alguien que sabe algo y desconoce más. Pienso que es la mirada, en general del pueblo.

El pueblo del que formo parte, le gustan y le agradan algunos sabores y olores y platos, y, otros menos. Pero intenta alegrarse de la comida de cada día. Intenta mirar un poco más lejos de esas aceitunas o de ese trozo de hígado, o en este caso, del morteruelo, que al final, como todo alimento humano, es transformar lo de siempre en otra manera y forma, para que parezca distinto lo que es igual. Y, en esa mezcla y combinación, somos capaces de inventar algo nuevo…

Siempre me digo a mi mismo, el invento de la rueda es esencial, pero también la persona que inventó la tortilla española, y, también el morteruelo. Personas desconocidas, pero que alguien tuvo que dar ese paso. Quizás, distintas personas, unos inventaron y se fue olvidando. Otros, lo retomaron y los cambiaron de otra manera y de otra forma. No somos agradecidos a las personas que inventan cosas, pequeñas realidades, que nos van cambiando la vida.

Nunca conoceremos sus nombres, no tendrán nombres de calles o plazas, ni monumentos, ni esculturas, ni saldrán en los libros. Pero agradezcamos esa invención popular de siglos, de cosas buenas, que nos han hecho la vida más fácil, con una pequeña sonrisa. Por ejemplo, este alimento-plato-comida, el morteruelo manchego… No conozco una plaza o monumento que sea al inventor y inventores anónimos, que no conocemos, desconocidos, pero que han hecho algo por y para la humanidad y que seguimos utilizando.

Las comidas y las cosas humildes y modestas, que parecen fáciles, encontrar su punto son difíciles, porque ha sido conseguida su perfección a lo largo de generaciones, por el método del ensayo y del error. Estoy con aquellos que piensan que las comidas tradicionales, encontrar el punto, es más difícil que las de vanguardia.

Porque las segundas, no hay tradición, nadie sabe y conoce el olor y el sabor tradicional, es algo nuevo. Pero una tortilla o un morteruelo, lleva muchas generaciones de evolución, de cambios según lugares, según familias, según tiempos, según momentos, y, por tanto, alguien sabe distinguir, como un cafetero sabe y conoce el buen café del mediano café, y, las bases de las semillas y de los procesos sucesivos con el que se va modificando y puntualizando sabor y color y manera y forma y…

Hay quienes piensan, que las personas y las familias, además de los condicionamientos económicos, sociales, culturales, religiosos, dentro de todo ese mundo, unas personas hablan de un modo y no de otro, actúan o hacen unas cosas y no otras, y, comen de una manera y no de otra, de unos alimentos y no de otros. No es que no puedan degustar otros alimentos, sino que de todos los posibles y probables que pueden, les gusta más unas realidades culinarias que otras. Diríamos que existen estratos en todo ello, también, unos gustos, unas formas de alimentarse, unas costumbres de los fogones, etc.

El morteruelo manchego es una especie de pasta que nos lleva y nos recuerda algo ancestral, algo que parece viene de los milenios anteriores, en ese tiempo, que todavía estábamos en las cuevas y primeros asentamientos, en esos tiempos que quizás, dejamos de pintar Altamira, y, estamos dando el paso a los primeros sedentarismos, las primeras aldeas de unas cuantas casas o chozas…

El morteruelo manchego como prueba, de que somos un misterio y enigma para nosotros mismos, y como prueba que la humanidad lleva aquí en este planeta, muchos cientos de miles de años, cientos de miles de años de evolución y cambios y búsquedas y encuentros y descubrimientos…

http://youtube.com/jmmcaminero        © jmm caminero (05-06 septiembre 2023 cr).

Fin artículo 3.772º: “Gastro: Morteruelo manchego”.

E. 06 septiembre 2023 a Rota al Dia.com. El Tambor Revista de la Gomera.es.

Humor 1826 a 1829 publicados en digitales.

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