Artículo Periodístico 3.781º: “Una deontología en/de la Cultura”.
Hoy, se necesita una ética
deontológica en las cultura y Cultura, en los oficios diversos de la cultura y
en todas las artes, saberes, ciencias, letras…
Un producto cultural equis, tiene
un autor o autora, pero alrededor y después, están multitud de oficios y
profesiones y vocaciones de y sobre la cultura. Un libro, un disco, una obra de
teatro, una exposición, una pintura, una sinfonía, una canción y todas las
artes y saberes, está formado y construido por el autor, pero también el
empresario o promotor, que según cada saber tiene un nombre, la crítica,
directores de revistas, directores de museos, profesores expertos en la rama,
articulistas de periódicos, comentaristas, coleccionistas, consumidores de ese
producto cultural, etc. Decenas de oficios, cientos de personas…
De ahí, aquella frase que se le
atribuye a Picasso, que todo cuadro
es firmado por el autor y por su tiempo-época-crítica-etc. Una obra de arte o
de un saber determinado, incluso, ciencia o filosofía o teología o gastronomía
o fotografía o pintura o libro o artículo periodístico su aceptación, es más su
publicación o darlo al público, está formado y conformado por la autoría, pero
después, condicionan esencialmente, decenas de oficios, y decenas o cientos de
personas.
Por eso, y de ahí, la necesidad,
de ser conscientes de esta realidad. Un libro, millones de libros, se quedan en
los cajones y así han dormido durante siglos. Acabando perdiéndose. Lo mismo
sucede, en el resto de productos culturales de artes, letras, ciencias, filosofías,
teologías, cultura en general, etc.
De ahí, pensamos y sentimos y
percibimos la necesidad, que una comisión o equipo interdisciplinario cree
códigos éticos o códigos deontológicos, en general, de la cultura, o, por ramas
o saberes o artes o letras, o cómo quieran hacerlo. El primer código
deontológico se le achaca a Hipócrates,
médico, maestro viejo de la medicina griega. Desde entonces se han ido creando
y criando a la luz de las circunstancias diversos códigos morales
profesionales, de diversos oficios y profesiones y vocaciones… Ahora, creo que
le llega al turno a los oficios de la cultura, a las profesiones y vocaciones
de la cultura. De la cultura en general, de cada una de las ramas…
Puede parecer que esto sería una
realidad sin importancia, pero debemos aceptar que quizás, muchos productos
culturales, no tienen pervivencia en el tiempo, no se les ofrece la importancia
que disponen, porque quizás, las personas que los juzgan, valoran, aquilatan,
pueden publicarlos o exponerlos, la crítica, los coleccionistas, etc., no
cumplen con algunas normas morales mínimas aplicadas a cualquier oficio o
profesión, y, en concreto a la creación o producción cultural…
Quizás, tengamos que pensar, que
muchas obras se queden dormidas y desaparecen, porque al final, las primeras
selecciones y las personas que lo hacen, no cumplen, con una normativa mínima
subjetiva de ética deontológica… Quizás, muchos autores y autoras con
potenciales elevados, se quedan en nada, porque nadie les ha apoyado, porque no
se han cumplido normas deontológicas mínimas…
Quizás, muchos autores y autoras,
de valía, que podrían desarrollar enormemente su trabajo, y llevarnos a todos,
cada uno en su oficio o profesión o vocación, a niveles importantes de
producción cultural, e, incluso de novedad e ingenio y calidad y maestría, no
llegarán nunca, porque no se les dio las posibilidades, no se les dejó entrar
en el juego de la cultura, y, sus producciones, no siempre se valoraron con
equidad, justicia, liberalidad, calidad, cantidad, etc.
Se ha dado una enorme importancia
al autor y autores de las producciones científica, que Copérnico y Galileo y Descartes son esenciales, pero si el
tiempo y su momento no les acogen, no les estudian, no les valoran las obras,
pues estas pueden quedar relegadas en el olvido, en el silencio, en el
ostracismo cultural, etc. Y, he puesto estos ejemplos, porque en parte sucedió
algo de esto. Pero evidentemente la ciencia, como diría Popper, dispone de la capacidad de verificación o de falsación.
Pero en los productos culturales
de humanidades en general, esto no ocurre de la misma manera como en las
ciencias, con lo cual, el juzgamiento y juicio de las personas que están
alrededor de ese producto cultural y de esa persona que produce cultura, son
esenciales, para dejar que haya personas que puedan correr la carrera cultural,
o se les cierra, puertas y portillos, que en la práctica, aunque continúen
produciendo. Su producción cultural, no llega a nadie o a casi nadie. Está
condenado al silencio, al vacío, al ostracismo cultural, al exilio interior…
Ahora, Internet, ha ofrecido un
aire de esperanza en la producción cultural, al menos, en la publicación o
exposición o enseñar a los demás. Pero, este fenómeno que hace unos lustros,
ofreció un aire de enorme esperanza a muchos autores y autoras, en todas las
ramas. Ya, ya muchos, se van dando cuenta, que es cierto, se pueden mostrar y
publicar y enseñar.
Pero también es cierto, que en
tal cantidad de producción cultural. Cientos de miles de blogs, páginas, webs,
redes sociales de una misma especialidad cultural. Pues difícilmente, llegan a
un público extenso. No hay tanto tiempo para consumir y percibir y pensar tanta
producción cultural. Dicen, nos dicen, les dicen… ¿¡Cuánta obra de notable
valía se quedará en los vientres de los ordenadores y perdidas y olvidadas y
destruidas en el misterio del tiempo y de la historia…!?
http://www.facebook.com/cuadernossoliloquiosjmm © jmm caminero (29 agosto-12 sept. 2023 cr).
Fin
artículo 3.781º: “Una deontología en/de la Cultura”.
E. 12 septiembre