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Artículo Periodístico 3.815º: “Dos tablas de medir”.

                         Artículo Periodístico 3.815º: “Dos tablas de medir”.

Hay que preguntarse si somos, a nivel individual y colectivo, muy propensos a tener dos o tres o cuatro tablas de medir. De medirnos y valorarnos a nosotros mismos y a los demás.

No sé, no sé porqué y por qué será, que utilizamos distintos valores para medir nuestros actos, los de los próximos, los de los otros, los de los supuestos contrarios. Quizás, eso se manifiesta en el deporte, el deporte nacional, antes también en el toreo. Siempre ha existido, cada uno es de su equipo y cada uno tenía unos toreros que consideraba mejores…

Y, opino, que en eso estamos, “sucede un fenómeno equis”, y, según quién lo realiza, así, se valora y se desvalora. Es muy famoso el caso, que se cuenta hace un siglo, que en un pueblo de Italia, la maestra joven y guapa y agraciada y bella, fue allí a dar clase, contratada por el señor alcalde –por darle el título de señor que no era señor-. Pues cuentan algunos libros o crónicas o entrevistas o comentarios, que aquel alcalde, que quizás, no sabía ni leer, se encaprichó de la joven chica.

La joven intentó negarse de todas las maneras y formas a los amores temporales y caprichosos y baladíes de la figura con el gorro y el bastón de la iniquidad. Y, así se quejó, a todas las fuerzas políticas de su momento. Y, esa queja le llegó a un mandatario, la historia no queda clara, si de alto nivel regional o de alto nivel nacional en esa Italia, de la primera mitad del veinte.

Y, el preboste de alto nivel, regional o nacional, “levantó su voz de tenor o de soprano hasta las estrellas, quejándose y lamentándose y enervándose, y dando mil razones y mil motivos y mil causas y mil maneras, de la injusticia social de su tiempo, de la injusticia contra las mujeres, de la injusticia de las clases sociales, y, mil otros improperios, que usted, puede añadir a esta historia, dicen con base real, pero que se ha podido ir adornando…”.

Y, el preboste y vicario del poder secular -regional o nacional-, junto con su camarilla, anduvieron los pasos y las formas y las maneras para resolver esta enorme injusticia, sin sentido y sin moralidad y sin prudencia. Y, cómo sabrán hace un siglo, las comunicaciones no eran como las de ahora, en tiempo, velocidad, profundidad, etc. Y, este mandatario prometió a la chica y joven y maestra que haría todo lo posible para erradicar esa historia, incluso castigar al sumo representante del poder local y municipal de aquel pequeño o mediano pueblo de algún rincón de la Italia profunda… Y, así lo hicieron anidaron y andaron las pesquisas posibles…

Pero a los pocos días, le y les llegó, una carta o misiva o llamada telefónica, porque todavía no existía Internet, “diciéndole, que la información de la joven es y era verdadera, que no había exagerado en nada, pero que el alcalde era de los suyos…”.

Dicen, las crónicas reales o imaginarias o inventadas, que el mandatario regional o nacional, y su camarilla se juntaron, quizás alrededor de un trozo de queso y algo de vino, quizás, en un atardecer y anochecer donde en el Mediterráneo se toman las decisiones, que después, a la luz y al amanecer aprobarán los otros, la mayoría de esa ideología o entidad o representación.

Decíamos se reunieron esa pequeña camarilla, de amigos entre sí, conocidos, y de una misma ideología representantes de los poderes de esa ideología, y se dijeron. “qué vamos a hacer, si este alcalde es de los nuestros, es de nuestra ideología, cómo vamos a montar un escándalo a nivel regional o nacional, ahora, que podemos estar tocando o estar a punto de tocar el poder…”. ¿Qué hacemos, y durante los siguientes minutos, otros decían, que durante unos cuartos de hora, otros alguna hora, se planteaban y se replanteaban qué hacer… y, qué debería hacer, según la eficiencia política, según la moralidad, según la conveniencia…?

Dicen que terminó la discusión, a altas horas de la noche, y, al día siguiente, uno de los que estuvieron en el contubernio, no de Munich, pero si de algún pueblo o aldea de la Italia profunda, quedó en llamar a la chica y joven y guapa maestra de algún lugar olvidado… y, le dijo: “Señorita equis, lamentamos no poder hacer nada por usted…”.

Me he preguntado, algunas veces, muchas veces, a lo largo de estos lustros, qué pasaría de aquella joven, qué pasaría de ella, con todos los vericuetos de aquella Italia profunda, muy parecida a la España profunda… Qué pasaría de esa vida humana, de ese corazón humano, de esa joven humana, qué pasaría de ella, qué sería de ella…

¡Sea lo que sea, a día de hoy, supongo que ya sabrá si existe Dios, ya sabrá si existe eternidad para cada ser humano, ya sabrá si existe eternidad buena o eternidad mala para cada ser humano…!

http://filosliterarte.blogspot.com.es      © jmm caminero (19-25 septiembre 2023 cr).

Fin artículo 3.815º: “Dos tablas de medir”.

E. 25 sept. 2023 a Rota al Dia.com. Xornal de Galicia.es.

Humor 2.331 a 2.336.

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