Artículo Periodístico 2.901º: “Examinar la propia muerte”.
Aunque
vivamos olvidados de esta realidad, al menos, hasta ahora, presente en este
mundo que conocemos, deberíamos con sosiego y mesura y racionalidad
enfrentarnos a esta cuestión.
Luca de
Tena (hijo) en
el ABC,
como no podría ser de otro modo, publicó un artículo titulado La
muerte de Zorrilla, el día 23
de enero de 1949, y nos narra, los últimos momentos de nuestro escritor, en
esas horas del 23 de enero de 1893.
Hasta ahora, todos
los seres vivientes de este planeta, morimos, se nos terminan los artilugios internos y
terminamos-finalizamos con nosotros mismos o en nosotros mismos, unos, ya
esperándolo, otros, temiéndolo. Bueno, hay que indicar, que algunos botánicos,
nos dicen, que un individuo de una especie vegetal, que está formada por miles
de árboles externos, pero solo es un individuo que existe en Norteamérica,
posiblemente, esté con nosotros, varios miles de años, o incluso, se van
muriendo partes, pero se va reproduciendo otras, con lo cual, no sé, si sería
justo y científico y verdadero indicar, que quizás, sea el individuo viviente
más longevo de este planeta, pero también, debió tener un principio, y tarde
más o menos, también, de momento, un final…
Aunque,
decíamos, todos los seres vivientes
fallecen –al menos que sepamos-,
en este y de este planeta, también hay
que indicar, no todos viven y vivimos del mismo modo, ni morimos de la misma
manera. Existen un arco iris enorme de posibilidades reales y materiales. Existen miles de modos de existencia, con
diferencias mayores o menores, miles de maneras de fallecer o morir, en ese
acto concreto, en esos minutos u horas o semanas o meses que lo preceden…
No
sé, como será mi fallecimiento-muerte-tránsito, no sé, cómo será el de usted.
Pero, solo puedo indicarle, que
viva-exista-respira con dignidad y moralidad y sosiego, y, fallezca del mismo
modo. Cierto es, que, me podrá indicar, no siempre vivimos como deseamos,
no siempre fallecemos, en las circunstancias que deseamos. Pero, al menos, viva y fallezca, con la máxima
moralidad con usted mismo y con el resto de la humanidad, y, con el Buen Dios
–no se rasgue la corbata, porque usted se diga a si mismo que es ateo o
agnóstico, porque quizás, en ese momento de ese viaje último, ya no sea tan
agnóstico, ni tan ateo-.
Uno,
no solo escribe artículos para lucirse, ni para sentirse superior a los demás,
ni por vanidad, ni soberbia, ni por mil otras razones, aunque, si somos
sinceros, de todo habrá, pero uno
escribe-redacta textos, porque no tiene otro remedio, esto es una pequeña
enfermedad-patología-síndrome, no solo es para que te quieran, como diría García Márquez, ni siquiera para cambiar el
mundo, porque quizás, las palabras algo cambian, algunas, mucho o demasiado.
Pero también, cada uno tiene la experiencia, de que habla con docenas de
personas o cientos o miles a lo largo de la existencia, y, no sabes la verdad
de ellas, ni la finalidad de ellas, ni su eficiencia…
Pero
uno desearía, además de todo lo
anterior, que sus columnas, sosegasen un poco las carnes y mente y alma de
algún interlocutor, uno, desearía, ya que no recibe ni flores-laureles ni
divisas-maravedíes por sus escritos, que al menos, sirviesen a otros, como
vasos con hielo en las tardes de agosto, y, uno tiene la vanidad-soberbia, que
fuesen, pequeñas esculturas de palabras y conceptos, que arrullasen el alma con
un poco de sosiego, y, porqué no decirlo, uno, intenta que sean pequeñas obras maestras de arte, cada artículo. Y,
que dentro de un siglo, alguien las pudiese leer, aunque estuviese existiendo
en una colonia en la Luna, palabras materializadas por este interlocutor, le
sirviesen de entretenimiento-juego-solaz, pero también de
comida-alimento-bebida y reflexión-meditación-análisis y…
No
conocemos nuestro interior totalmente, ni usted, ni yo, o, solo muy poco. Algunos/todos, buscan/buscamos e intentan/intentamos curar las profundas
heridas que la vida-existencia les ha ido arrastrando, por mil motivos,
también, las alegrías-felicidades-gozos que ha llovido sobre ellos. Cada
uno, en su interior-exterior, intenta comprender-entender y ser-estar en el
mundo. Sé que estoy en el trayecto final de mi existir, soy consciente de ello,
no sé cuántas bocanadas de aire todavía me restan de saborear. Pero sé, que
estoy al final, puede que este partido de futbol-tenis-toreo pueda
durar-permanecer-ser-existir, unos meses o unos lustros, pero soy consciente de
ello.
Durante
siglos, en este país, que ha tenido tantos nombres, todos y todas, a una cierta
edad, se empezaban a preparar para ese tránsito-muerte-fallecimiento, para que
fuese lo menos doloroso y agónico posible, para arreglar los papeles en todos
los sentidos, para preparar la propia conciencia y arrepentirse ante el Juicio y
Tribunal Particular ante el Buen Dios. Pero ahora, parece que se vive-existe de
espaldas a ese término de la vida individual. Ahora, parece que pocas personas,
cuándo llegan, al menos, a una edad, empiezan a hacer autoevaluación moral y
espiritual de su existencia, ahora parece, que pocos, racional y
conscientemente, empiezan a arrepentirse… Vivimos, dicen algunos, de espalda a
la muerte. Te encuentras conocidos y amistades y colegas, que se jubilan, y al
día, siguiente, se visten-peinan-hablan como si fuesen adolescentes, y, si
pueden cambiar de pareja-amor-deseo, en algunos casos…
Recuerdo
y recordemos una frase de C. P. Colardeau: “En el umbral de la muerte comienza
la igualdad”. Espero y deseo que exista Dios y que tengamos cada uno
eternidad, y espero, que si existen ambas realidades, al menos, en algún lugar
y algún tiempo, de verdad, conozcamos de verdad lo que hemos deseado y hecho y
pensado y sentido, y, de verdad, sintamos y percibamos, las consecuencias de
nuestros actos, y de verdad, conozcamos, la verdad-realidad de otros sujetos
humanos, y, de verdad, ellos sepan lo que nosotros hemos sido. Y, de verdad se
conozca la realidad y la verdad de cada corazón humano. Deseo fervientemente
que esta realidad se produzca. Lo deseo sin inquina y sin rencor y sin
maledicencia y sin venganza, pero deseo-anhelo de verdad, que exista en Algún
Lugar la Justicia del conocimiento verdadero.
Que
al menos, en algún lugar brille la verdad, y, que la personas que ha sido de
buena voluntad, con errores, pero de buena voluntad, se sepa que han sido, y la
personas, que no lo ha sido, se sepa que no han sido, aunque el primero, no
haya tenido éxito, ni aceptación en la vida, y, el segundo, haya tenido mucho,
el primero haya pasado como malo, y la segunda, como buena… Es el deseo de Kant,
planteado de otra manera, es una de las
demostraciones de Dios por parte del gran Kant, -no Khan o Kan o Jan-,
expresado de otra forma. Paz y bien.
http://soliloquios.blogia.com © jmm caminero (21 enero-15 febrero 2022 cr).
Fin artículo
2.901º: “Examinar la propia muerte”.
La Verdad de Ceuta.com. La Voz de la Palma.com.