Artículo Periodístico 2.891º: “Un artículo relleno de máximas”.
Pienso,
que el género del artículo, cabe en síntesis todo y todos los géneros. Solo es
cuestión de maestría y de recepción adecuada de los lectores.
Este
aserto se cumple, con Jacinto Benavente, en la columna que escribió el
22 de enero de 1948, titulado Hojas de Almanaque, y que publicó en
el ABC.
Este artículo está lleno de frases y máximas y refranes y sentencias populares
y menos populares.
La finalidad del
artículo, entre otras,
es que ahora, en cuatro o seis mil caracteres, antes en mil palabras, antes de
antes, en dos o tres páginas, unas tres mil palabras, se sintetice una realidad de la realidad real, sea interior o exterior,
casi siempre ese juego interior y exterior. Y, en este partido,
miniajedrez, se incluyan todas, gran parte de las reglas de juego de las
visiones humanas, de sus corazones y deseos y pasiones y emociones y conjuntos
de ideas e intereses…
Se
ha discutido en este último siglo, hasta la saciedad, la idiosincrasia y esencialidad del artículo periodístico, si está
dentro de la información o dentro de la literatura, o en ambos mundos, si
es analítico o es metafórico literario, o ambos mundos, si responde a la
situación actual, además de las servidumbres al medio que lo publica, o en
ambos mundos, o, si es libertad del autor o autora, o ambos mundos, o, si es
información de realidades concretas o es interpretación del sujeto escribiente,
o en ambos mundos...
En
este artículo de don Jacinto Benavente, como casi todos los
intelectuales-escritores-pensadores-artistas, de nuestro suelo patrio, aunque
tengan mucha fama-notoriedad-premios en vida, después, a todos y todas, los sometemos al desierto del purgatorio de
los escritores. Así, se denomina en la jerga de los intelectuales. Todo
creador, cuando fallece, pase el largo desierto en busca de Beatriz,
muchos no resucitan ya, al mundo cultural, algunos, solo con un título o
producción. ¿Por qué se produce esta
realidad en este suelo pentagonal de nuestra tierra-sociedad-civilización, es
como una muerte constante al padre-abuelo-bisabuelo…?
¡No
lo sé, existen excepciones de excepciones, pero no lo sé, no sé si será la competitividad de los nuevos que se quieren hacerse un
nombre, no sé si es, esa envidia que
lacera el corazón de este pueblo, no sé si será esa lucha y guerra ideológica, que se lleva casi al exterminio cultural y
conceptual, si se puede, del que se define, como potencial adversario de ideas…!
Pero si Benavente,
fue capaz de redactar un artículo con solo frases y epigramas y máximas y
sentencias y versículos bíblicos transformados y axiomas y… Es la demostración
clara y preclara, que con un artículo, es un avión-buque-cohete que nos puede
llevar a cualquier lugar, del corazón y de la realidad humana. Solo necesitamos, pienso que dos
realidades, primero, que se resuciten,
los cientos de miles de artículos que en estos tres siglos se han ido
publicando en las hojas y gacetas y gacetillas y periódicos y radios de
esta sociedad.
Segundo,
que los autores y autoras, tengan el
valor, de plantearse, que si alguien, ha obtenido el premio Nóbel de Literatura,
con novelas o con libros de poemas o de teatro, existe la posibilidad, que
alguien lo haga, con artículos periodísticos literarios. Que esa puerta
está por abrir, y, que esa habitación-palacio espera a la humanidad. Que la
humanidad se merece darse ese regalo, ese triunfo…
En
nuestra Piel de Toro, actualmente, se indica que existen, entre mil y mil trescientos medios periodísticos, la
mayoría, en digitales, algunos en papel y digitales, de todas las
audiencias, locales o regionales o provinciales o nacionales. Si ponemos una
media de cinco artículos o columnas publicadas cada día. Serían unas cinco mil
diarias, si multiplicamos por treinta días de un mes, serían ciento cincuenta
mil al mes. Si multiplicamos por doce meses, pongamos por bajo, un millón y
medio al mes.
Me
dirán, enseguida, es que algunos digitales, apenas publican en la sección de
opinión, dos o tres artículos cada día. Cierto es. Por eso, tomemos esa cifra
mínima. Nadie me negará, que al menos entre
setecientos mil y un millón de artículos se publican en esta sociedad o país,
cada año. O, si no, que tantas organizaciones de prensa provinciales,
tantas facultades de periodismo existentes, tantos doctorandos, que nos
indiquen una cifra real y más aproximada, teniendo en cuenta, los artículos que
se escriben, también en otras plataformas, webs, revistas de todas las ramas,
en radios y televisión, artículos hablados o con imagen, en blogs de
particulares…
Los
que, somos modestos articulistas, o los que sean profesionales con estipendio, nuestra obligación es intentar un producto
bueno y verídico y racional y moral. Ese es nuestro deber, igual que
esperamos que el pastelero nos surta de un buen pastel, y el jamonero de un
buen jamón. Es nuestra modesta y humilde
contribución a la sociedad. Nuestro lugar en esta enorme sinfonía de
multitud de voces e instrumentos y cantos que es la sociedad, en la que
habitamos y nos habita.
Recordemos
al polifacético ingenio y genio de Leonardo: “El
que poco piensa, mucho yerra”. Aunque. yo diría, al gran Leonardo, que el
que mucho piensa, también, mucho yerra, aunque es infinitamente mejor
analizar-pensar-estudiar-informarse-documentarse que lo contrario.
Volvamos
al saber ortodoxo, ciencia y filosofía esencialmente. Volvamos para beber agua,
lo más cristalina, más pura, lo más verídica, después, combinemos de forma
adecuada con el resto de saberes –teologías, culturas, artes, estética…-,
porque no solo somos solo carne, ni solo somos solo mente, sino también
alma-espíritu...
http://soliloquios.blogia.com © jmm caminero (11 enero-09 febrero 2022 cr).
Fin artículo
2.891º: “Un artículo relleno de máximas”.
La
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