Artículo Periodístico 2.895º: “¿Cómo evitar una guerra?”.
La irenología es el tratado que
estudia la paz y evitar los conflictos y conflictos armados. La polemología es
el estudio de los conflictos y de las guerras en todas las dimensiones.
¿Cómo evitar el conflicto armado,
la guerra, la guerra en general, y, una guerra posible o potencial en concreto?
Cualquier tratado de irenología,
cualquier artículo te indicará una veintena de soluciones o de caminos,
generales y más particulares: conversaciones de paz, una cultura de la paz, una
educación de la paz, resolver los conflictos en conferencias, congresos,
encuentros, sentarse los contendientes potenciales en una mesa, que exista una
Autoridad Mundial con suficiente fuerza, que los Organismos Internacionales
interpongan su poder, La vía diplomática, la buena voluntad de los
contendientes posibles, etc.
En la filosofía del cristianismo,
existe el concepto de “guerra justa”. En el cual se estudian las causas
imprescindibles, que la guerra se pueda producir, como último y radical último
recurso, pero antes se deben intentar todos los procedimientos para evirtar
dicho conflicto. Este estudio, dentro del seno del cristianismo, con una
historia de dos milenios, y, se le añade la historia del Antiguo Testamento, al
menos, otros dos mil, pues diríamos tiene la suficiente acumulación cultural de
contenidos y conceptos sobre esta cuestión.
Una legítima defensa, tiene que
reunir una serie de condiciones, según la filosofía del cristianismo, entre
otras: que el daño causado por e agresor a la nación sea duradero, grave, cierto”. “Que todos los
medios que se hayan puesto para evitar la guerra hayan sido
impracticables… Que ser reúnan las
condiciones serias de éxito. Que el empleo de las armas no causen más males que
l¡el mal que se pretende eliminar, que el que se defienda con la guerra justa,
nunca la inicie, la problemática del casus belli o causas legítimas para la
guerra… También se indica que si estalla el conflicto no todo le está permitido
a los contendientes, está el derecho del soldado, los derechos de la población
civil, etc.
El actual Pontífice, en octubre
del 2020, planteó que hoy, es muy difícil, aceptar los conceptos que durante
siglos se ha conceptualizado sobre la guerra justa. Supongo que entre otros
motivos, de fondo, que no sé, si el Papa Francisco I, indicó, es que hoy, como
durante siglos, se sabe cuándo empieza un conflicto, pero nunca cómo se termina
y cuándo se terminará; las consecuencias de los conflictos armados son
impredecibles, y permanecen, durante generaciones, mueren cientos o millones de
personas según los conflictos, en ellos se saltan, demasiadas veces, todas las
leyes mínimas de la moralidad universal, hoy, con la tecnología y el poder que
la humanidad ha alcanzado, podría terminar en un conflicto NBQ, por el cual,
cientos de millones de personas no solo podrían morir, sino todas las lacras
que quedan de una guerra, etc.
Dentro del seno del cristianismo
y del judeocristianismo, existe un conflicto teórico, enormemente grave, que
durante siglos ha ido cabalgando las olas de los tiempos, por un lado, existe,
el concepto-mandato-mandamiento-norma de “no matarás”, pero también existe el
concepto de “no robarás”. Cuando una entidad sociopolítica (sea tribu, nación,
sociedad, Estado) invade a otro, en el fondo quiere apropiarse de un territorio
equis y sus recursos que existen dentro, las cabezas y almas de los habitantes,
e imponerles, otro orden de realidades sociales o políticas o culturales o
económicas o espirituales o, todo junto. Por lo cual, tenemos en el fondo de
las realidades humanas, estas dos grandes conceptos, por un lado el de “no
matarás”, y, todas sus consecuciones y concreciones y, por otro lado, el no
robarás. Entre ambos se inserta el sentido de la defensa de un individuo o
colectivo o sociedad frente a la maldad del otro. De ahí, el eterno problema de
la guerra y defensa justa…
Hay algún historiador, que
indica, que en Europa hemos tenido en estos dos últimos milenios, cerca de mil
conflictos armados, de mayor grado o de menor. Desconozco si esta cifra es
cierta o es aproximada o es exagerada. Pero desde luego, Europa, que es dónde
existimos y vivimos, sabemos que siglo tras siglo, en algún lugar de Europa,
siempre ha existido un conflicto armado, de mayor cuantía o de menor. Quizás,
el siglo veinte, donde se desarrollaron y crearon los dos conflictos armados,
más graves, de todos los tiempos, haya tenido unos lustros de paz, en todo el
continente, pero no sin el fenómeno de la guerra asimétrica o la guerra
irregular o la guerra del terrorismo –que es una clase o tipo de guerra-. Por
tanto, no parece un suelo imaginario e impresentable e innecesario, pensar-sentir-desear,
que los europeos, nos merecemos darnos a nosotros mismos, un milenio de paz, o,
al menos, en ninguna década, comience otro conflicto armado, sea de un tipo o
sea de otro. Parece que nosotros nos merecemos a nosotros mismos, darnos y
otórganos la paz… O, dicho de otro modo, que los ejércitos vuelvan a los
cuarteles, y que las posaderas de los grandes diplomáticos se sienten en mesas
redondas, con caviar o sin él, pero al menos, con un poco vino de la Mancha,
para ver, si encuentran soluciones, si no este mes, al mes siguiente, y, si no
al siguiente, y, si no al año siguiente, pero siempre con las armas metidas en
los arsenales, no paseando por los campos…
Releyendo algunas declaraciones,
sobre el Padre Gabriel Amorth (1925-2016), exorcista oficial de la ciudad de
Roma, durante varios lustros, en uno de los exorcismos uno de los seres
malignos, en un conflicto de África, me parece que el de Ruanda, “disfrutaba al
ver la sangre como corría por lo campos…”.
Solo quien no sepa y conozca lo
que es la guerra, puede saber lo que es la guerra. Solo quién la haya visto,
tanto las guerras del pasado como las del siglo veinte, sabe lo que es la
guerra, y, como es un monstruo, que después, es casi imposible de detener
cuándo empieza… Puede que usted y yo, no hayamos asistido a una guerra real,
con nuestros ojos y nuestra experiencia y en nuestras carnes, pero si podemos
conocer-saber-entender, analizando y estudiando cientos de guerras que se han
producido durante siglos, que las consecuencias son imprevisibles,
impredecibles, imposibles de calcular, pero todas siempre llenas de muertes,
sufrimientos, vejaciones, saltarse los derechos humanos, y, quién, sabe, si el
aumento exponencial, de personas que terminan en el infierno, comparadas con
tiempos de paz. Paz y bien, que es el lema de un tal Francisco de Asís, santo…
(¿Qué puedo expresar a un
posible-potencial-previsible-predecible, diagnosticado conflicto, que dicen que
falta un día en producirse, unas horas en estallar. Qué puedo expresar, para
dar luz, para que esto no se produzca, alguien como yo, que no soy nadie, en el
panorama de la realidad humana…).
http://youtube.com/jmmcaminero ©
jmm caminero (14-15 febrero 2022 cr).
Fin artículo 2.895º: “¿Cómo evitar una guerra?”.
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