Artículo Periodístico 2.878º: “La descendiente”.
En
estas semanas últimas, meses últimos, tomamos-bebemos-materializamos el
carrillo y el ser que no llega a dos años, ambos, abuelo y nieta, recorremos la
ciudad.
Existen ciudades y
provincias y comarcas,
que para desarrollar-incentivar-promocionar el turismo, enbuenahora, enbuendía,
enbuenasemana, enbuenmes, se les ha
ocurrido, crear concursos periodísticos, de artículos casi siempre, y, distintas
instancias Asociaciones de Prensa Provinciales, Diputaciones, Ayuntamientos
y otras entidades, preconizan un concurso-premio, sobre su temática particular.
Y, allí, multitud, muchos o pocos, de escribientes-polígrafos-observantes cada
año van dirigiendo sus palabras, para concurrir a esa finalidad.
Pienso
que dicha idea-sugerencia-concepto es
pertinente, especialmente, para multitud de
ciudades/comarcas/provincias/regiones que están/estamos fuera de los circuitos
turísticos masivos, y, también, tenemos-debemos respirar algo de ese aire,
en forma de economía y autovaloración. Aquí, dejo, aunque las sugerencias
siempre las describo al final, hoy, hoy, estarán en el intermedio de la
columna-artículo-crónica-comentario de/sobre/en/para/desde/con la realidad de
esta ciudad que nos habita-cobija y habitamos-cobijamos. Existen, al menos, una treintena de ciudades en este mar de tierra y
cielo, denominados Mancha, que podrían promocionar sus lugares, de esta manera
y forma. Artilugio asequible de marketing, con un precio-coste pequeño, ya
que el laurel, pueden fijarlo cada entidad organizativa en distinta cantidad de
maravedíes.
Paseando,
los dos, una con/en carrito, otro con los pies ya cansados, hemos ido
recorriendo esta ciudad –también, realiza la descendiente, otros viajes, ya con
otros miembros de la familia, cada uno con sus finalidades, acompañando a las
compras, de camino a la guardería-escuela infantil, recorriendo algún rato de
descanso con los progenitores, con los abuelos-abuelas-padre-madre-tio-tía en
esos tiempos de los ecos del mundo-.
Paseamos/paseando,
en concreto, con este abuelo/nieta, rellenando un tiempo, para que después, de
esta cueva-gruta-caverna, de Platón, que hemos sufrido, por esta enorme
epidemia mundial –que deberíamos ser conscientes, que de haberse sufrido hace
un siglo o hace diez, la población se habría restringido, posiblemente entre un
diez o treinta por ciento, a nivel mundial, y, que de esta manera y forma, la
tecnociencia y otros cambios/recambios sociales, parece, que sin negar el
dramatismo, nosotros que la hemos padecido, de multitud de formas, pues parece
que se va controlando-.
Hemos
recorrido como pájaros a vuela pluma, palomas entradas en el paisaje humano,
los monumentos que se han unido a la ciudad desde hace décadas o siglos, y, que
han ido evolucionando en obras y en funciones a lo largo de décadas. Un viaje
por la ciudad en carrito de bebé o niño/a pequeño/a: Museo de la Merced, Museo del Prado, El quijote que emerge de su
guardia en la Plaza del Ayuntamiento, Iglesia de los Jesuitas, Museo del
Quijote, Museo Diocesano –que de paso, recuerdo que existe, y que me temo,
que la mayoría de la población autóctona que deja cada día su sombra entre
estas paredes/alquitrán, todavía no conoce que existe-, y, el resto de monumentos
o realidades, para no mencionarlos todos, y, algunos que faltan, se recorrerán
en los días/semanas/meses siguientes-.
Me
pregunto como concibe y se concibe en un cerebro-mente-conciencia infantil,
todo ese conjunto de realidades sociales-culturales-naturales-humanas
simbólicas-reales-materiales-culturales, llenas de formas y maneras, que
recorren los tiempos, -porque al final, cuántas generaciones de humanos habrán
pasado por la Iglesia de San Pedro, a lo largo de los siglos, cuántos epidemias
grandes y pequeñas, ese templo, que se ha ido reformando a lo largo de siglos,
ha soportado, cuántos cientos de miles, millones de personas, a lo largo de
años bisiestos que se rodean a sí mismos, han ido atravesando sus puertas,
llegando a esos buques del espíritu y la cultura, que son las iglesias, para
pedir-rogar-agradecer-alegrarse de multitud de acontecimientos personales y
colectivos-.
Decíamos,
para intentar superar realidades concretas, para superar la vida. Me digo, a mi
mismo, puede que no conozca apenas nada de mis abuelos, bisabuelos,
tatarabuelos…, pero algunos/as de ellos/ellas alguna vez, pasearon por estas
calles, que serían de piedra o tierra, con sus alegrías y sus penas, algunos,
alguna vez, pasaría por estos lugares-edificios, en tiempos de paz-fiestas-guerras-crisis-hambres.
Nosotros, que hasta donde sabemos, la mayoría de los ascendientes de una línea
de dos, habitamos/habitaron esta
Comarca-Campo de Calatrava, desde hace varias generaciones en el tiempo-espacio…
El
misterio de los niños/as pequeños/as, siempre, salvo por alguna discontinuidad
en el tiempo-espacio, siempre con la alegría-sonrisa permanente, bien, nos
recordó el Maestro
de Nazaret, “dejad que los niños se acerquen a mí”, y “quienes
escandalicen a uno de estos pequeñuelos…”. Y, el abuelo/nieta vuelven a su
cobijo-casa-hogar, para seguir-volver con el existir diario-rutinario-necesario
para vivir-existir-vida-realidad. Dentro de ocho décadas, pequeña, quizás,
quede alguna fotografía de estos viajes-turismo-conocimiento que hemos ideo
realizando por una ciudad y por tu cerebro, que se está formando. El Buen Dios
tenga misericordia y piedad y te cobije bajo sus alas, durante toda tu
existencia. Paz y bien.
http://personal.cim.es/filosofia © jmm caminero (29 enero 2022 cr).
Fin artículo
2.878º: “La descendiente”.