Artículo Periodístico 3.020º: “Con Feijoo en Oviedo”[1].
Cunqueiro en un artículo, con
este mismo nombre o titular, como siempre, nos habla de todo, porque en
definitiva que es una columna periodística sino un espejo del alma humana.
Cunqueiro publicó un artículo titulado Con
Feijoo en Oviedo, el 09 de marzo de 1974, en Destino, número 1901.
Pienso y opino y siento y percibo, que en España, no se ha valorado los
suficiente a Feijoo, pero me temo que eso hacemos con casi todas las personas,
las que viven alrededor de nuestras orejas, y, también, los que se dedican a
cultivar alguna actividad, sea profesional o laboral o vocacional, también, las
literarias y culturales.
Feijoo si
fuese francés o inglés o alemán o italiano, no solo estaría en la etapa de la
ilustración de su tiempo, años antes o años después, sino que lo levantarían
como una enorme bandera. Pero aquí en nuestro terruño, no somos muy acordes
a los homenajes sinceros y profundos, porque siempre tenemos o ponemos pegas y
crisis y dudas. Si no es, debido a sus ideas, algunas o muchas, es a su
biografía, o si no, a su estado de vida. En el caso nuestro que comentamos, Feijoo, era un fraile, y, hasta donde
sabemos era buen fraile, quizás, no perfecto, quizás no santo de los altares,
pero suficiente moral y espiritualmente, hasta dónde sé, nunca tuvieron que
llamarlo a capítulo por ningún tema de su moralidad biográfica...
Es más, sus dineros que ganó con
sus libros o su gran libro, no lo empleó en cosas malas, sino en
realizar-construir-edificar una iglesia, y, en otros fines y modos y medios
loables para todos. Por tanto, es un
candidato que no se pueden rebuscar historias obscuras o matizadas, con esa
frase, que se suele decir, “es que al final, era un hombre, con las debilidades
de los hombres o de los humanos o de la humanidad” –según el cultivo de la
cultura de quién la expresa…
Pienso y percibo y opino y siento que los miles de artículos
de Cunqueiro, Alcántara, Umbral, y, otras
decenas de docenas de articulistas de nuestro territorio, en diversas lenguas,
no se valoran lo suficiente. No se vuelve a beber de sus aguas y de sus
cocidos, que nos pueden aclarar, no solo aspectos de la historia del pasado,
sino del pasado sobre el presente. En los grandes libros, olvidamos que en las
novelas, teatro, poemarios, ensayos se toman-tratan-tocan temas de una enorme
diversidad de temáticas, todas esenciales. Pero
la vida, la vida fluye y refluye y rezuma y se irradia en los artículos
periodísticos, esa mezcla de hechos de la realidad, de datos, de análisis, de literatura,
de pensamiento, de filosofía, de circunstancia y de opinión del
escribiente.
Una
columna periodística se tarde diez minutos en leerse-releerse, siempre, si es
de un tamaño medio. Pero nos aportan conocimientos e interpretaciones, que
siempre serán erróneos, por deficiencia o por exceso, de imaginaciones o de
falta de datos o de argumentaciones, pero nos sitúan un estado del caso, un
estado de conciencia, un estado de la realidad, un
estado del pensamiento, un aire de familia, nos diría, el viejo maestro Wittgenstein.
Es
un comentario que se produce en un proceso de movimiento de una realidad, de
una temática del presente, o, una cuestión eterna, que
siempre vuelve y revuelve, un tema actual, siempre eterno, es los cambios de
gobierno; en España, un tema eterno, es siempre ir contra los curas, de una
manera o de otra; un tema, también eterno, pero parece no actual, es sobre la
tortilla. Como ejemplo, que indico-repito-reitero, parece que no es actual, la
tortilla, pero es esencial y lo más actual, mil aspectos de la rutina diaria,
que son los que no hacen hombres y mujeres, nos hacen humanidad.
En un artículo, sin entrar en los
dos grandes sectores, artículos de análisis o artículos de opinión personal o
literarios. En la realidad, casi siempre se mezclan estas dos grandes
botellas-bodegas-almazaras, porque no todo es análisis, mucho es prejuicio y
sentimiento, no todo es percepción del deseo, sino que hay que rodearlo de
caramelos de análisis…
Al hablarnos los
artículos-columnas-comentarios-crónicas, de multitud de temas, aunque dentro de
una pregunta dominante, al final, nos van indicando, diversas percepciones y
datos y argumentos y razones y frases y enunciados y conceptos y máximas y
sentencias y posibilidades. Quizás, en
los artículos no busquemos la sabiduría, quizás, los escribientes de este
género, tampoco quieran pontificar y encontrar la suma verdad, al final, un
artículo, tomado en parte del concepto de Tomás de Aquino, la Summa Theológica, formada
por cuatro mil artículos.
Al final, decía, un artículo, nos presenta, muchos aspectos
de la realidad, para que un lector/a, al acercarse a ellos, a ese en
concreto, puede que no esté de acuerdo en nada, pero quizás, en cincuenta
líneas, esa columna, le ofrezca un simple dato u observación o concepto o idea
o pregunta. Que ese sí, ese le puede
servir para entenderse y comprenderse y preguntarse mejor. Esa
idea-enunciado-noticia-dato-pregunta, le puede servir, mientras va en autobús o
metro o andando o nadando o en avión o en barco o remando o besando, se diga a
sí mismo, quizás, halla que perfeccionar este tema, con esta nueva idea. Quizás, deba repensar algo, algo sobre esta
cuestión.
E,
igual que se peina cada mañana y cada tarde, un artículo le sirva para peinarse
y repeinsarse un poco mejor el corazón/carne/mente/alma, o, al menos, con más
racionalidad.
http://youtube.com/jmmcaminero ©
jmm caminero (06-17 mayo 2022 cr).
Fin artículo
3.020º: “Con
Feijoo en Oviedo”.