Artículo Periodístico 3.735º: “Sobre el calor tórrido de este verano”.
Si
el hielo de los polos se va deshaciendo de año en año, me temo que las
temperaturas en España seguirán aumentando de año en año.
No soy un científico, no soy un
experto en estos temas, quizás, en ninguno. Pero con mis nociones modestas
sobre geografía y climatología, es fácil pensar, que a menos hielo en los
polos, irá aumentando las temperaturas de mares y de tierras, irá cambiando el
clima hacia otras situaciones mundiales, y, lo más lógico, de seguir el mismo
modelo que hasta ahora, que podría cambiar, es que en Europa, bajará menos el
aire frío y helado, y, habrá menos lluvias, menos frío, y más calor.
Ciertamente, no sé como se repartirá dichas realidades. A menos frío del polo,
más calor del desierto de África…
Pueden cambiar los ríos o
corrientes marinas, pueden cambiar las temperaturas de los mares, pueden
ascender la altura de las aguas del mar, pueden ocurrir mil cosas, porque
diríamos ahora estamos en una situación intermedia entre “un modelo climático
de hace unas décadas”, pongamos por caso la mitad del siglo veinte, a un nuevo
“modelo climático que puede situarse o estabilizarse, sea el que sea, dentro de
diez o veinte o treinta años…”.
En otros tiempos, en nuestra
Península, ante cambios climáticos negativos hacia el campo español, en
definitiva, hacia millones de personas que era su modo de vivir y existir. Ante
esa situación hacían rogativas y oraciones y sacaban de peregrinación por las
calles del pueblo y la aldea al santo o Cristo particular. Pero hasta en eso ha
ido cambiando la vida social y humana, en este rincón de Europa.
Ahora estamos en una oleada tras
otra, ya se ha quedado la imagen en el inconsciente, del calor y sobre el
calor. Desde ahora, opino que cuando existan catástrofes o cosas negativas para
el ser humano, las explicaremos como sucesivas oleadas de olas tratando ese
tema, sea la pandemia, sea el calor asfixiante, sea…
La investigadora Ana Terra Amorim-Maia ha publicado en The
Conversation, un artículo con fecha del 07 de agosto del 2023,
titulado: Las piscinas como refugio frente al calor. Que con su sabiduría
nos narra el problema que tenemos, y que desde luego la piscina es el refugio
para las personas, para combatir el calor. Supongo yo, porque nadie que todavía
esté en edad laboral, pueda irse tres meses a la playa, y, porque diríamos,
sería un coste moderado entre relación calor y precio y salud y bienestar.
Decían los antiguos griegos, que
no sirve ninguna filosofía que no sirva para curar alguna enfermedad. Frase que
he repetido muchas veces, en los artículos que firmo. Y, que reitero aquí. No
puedo hacer un análisis científico sobre el fenómeno que ahora estudiamos, no
tengo capacidades culturales y conceptuales sobre el tema. No quiero hacer un
ejercicio solo de vanidad o de soberbia intelectual o literaria. Y, de alguna
manera, como en todas las columnas que redacto, intento no hacer perder el
tiempo.
En este tema, aunque supongo que
no a todo el mundo gustará, diríamos, que deberíamos pensar algunas medidas que
quizás, sean simples y modestas, pero que quizás servirían:
Crear la moda de que todo el
mundo en esta Celtiberia, todo el que quisiese, pudiese llevar sombreros, de
diseño o más toscos, para reducir la temperatura en la cabeza. Los diseñadores
podrían crear un comercio enorme para todos los gustos y situaciones. Si ellos,
los ponen de moda, nos harían un gran favor. Quizás, se reducirían las muertes
por golpes de calor, tanto en los trabajos y en los viandantes…
Volver en todas las plazas de
todas las ciudades, al menos, en una de cada dos, un grifo público, sin coste.
Que salga de sus entrañas agua, que no se derroche, agua no para beber, pero si
para refrescarse…
Estudiar ir poniendo toldos en
todos los lugares de esta Iberia, que el calor, ya no permanece tres meses,
sino cinco meses al año. Sería una forma de reducir muertes por golpe de calor
y hacer la vida más vivible y existenciable…
Me pregunto, situar pequeñas
duchas, sin derroche de agua, en algunas plazas de las ciudades, así, de alguna
manera, las personas se podrían refrescar. De coste cero o con un mínimo
precio, y, que podrían ser una ayuda ante estas franjas de calor. Me pregunto,
en el interior de la península de agua dulce. En lugares cercanos al mar,
duchas a orillas del agua, tomando agua del mar, para que el coste se redujese…
Poner alcachofas con chorritos en
todos los grifos del país, en cada vivienda, en cada restaurante, en cada
entidad pública o privada. Grifos con alcachofa, que se reduzcan la cantidad de
agua que sale de ellos. De tal forma se podría ahorrar una cantidad de agua,
que necesitamos para otros fines, como la industria y par el campo y para el
beber…
Y, por último, una sugerencia o
idea loca. Que deberían los expertos estudiar, si es que no es mala o negativa
para la salud. Reitero, que la estudien los departamentos de salud. Me digo a
mi mismo, si yo o usted metemos una camiseta, de las que nos ponemos en la
calle, la insertamos durante una hora o varias horas en el frigorífico, con
todas las medidas de salud, evidentemente, entonces se pondría fresca. Después
a la hora de salir a la calle, cuánto tiempo ese frescor nos mantendría en el
cuerpo, diez o treinta o cincuenta minutos…
Y, si esa camiseta que la hemos
introducido en el frigorífico, estuviese empapada de agua, cuánto tiempo, nos
podría dar el agua y el agua semicongelada o muy enfriada, nos daría frescor
por la calle o en la misma casa, en un clima de cuarenta grados… Esto
perfeccionado, podría tener sentido. Claro está la ropa estaría un poco
arrugada… pero la arruga es bella, decían, los eslóganes de moda, hacia los
años ochenta… ¿Invito que ustedes abajo en los comentarios se les ocurran otras
ideas y sugerencias y que los expertos las analicen…!
http://twitter.com/jmmcaminero © jmm caminero (14-16 agosto 2023 cr).
Fin artículo 3.735º:
“Sobre el calor tórrido de este verano”.
E. 16 agosto