Artículo Periodístico 3.708º: “El imperio de la voluntad y la política y Política”.
El
siglo veinte ha dejado grandes luces y grandes obscuridades, una de ellas, es
lo que podríamos denominar el imperio de la voluntad del líder o del ente que
gobierna en las alturas.
La voluntad y la voluntad de
poder son términos que se hicieron enormemente famosos, en el siglo diecinueve
y después se proyectaron en el veinte, con Schopenhauer
y con Nietzsche. Que unidos a otros
conceptos o ideas o enunciados, quizás, hayan tenido demasiadas sombras y
negruras en el siglo veinte.
La voluntad, sin entrar en
precisiones psicológicas, ni demasiado filosóficas, se admite como una realidad
humana, potencia-facultad, la voluntad y el querer, que se debe armonizar y
compatibilizar con la racionalidad-inteligencia-conocimiento ortodoxo, y con
los niveles, que llaman y denominamos irracionales: afectos, sentimientos,
pasiones, deseos, libidos, etc.
En definitiva, combinar el mayor
grado de verdad, con el mayor grado de voluntad-querer verdadero, y con la
dimensión de la afectividad-afectos equilibrando los tres niveles y dimensiones
y áreas de la realidad humana… En otras palabras, armonizar en verdad y bien y
bienes útiles y bien moral y bondad y belleza y racionalidad y prudencia y
sentido común…
Considero que este siglo habrá
dos grandes áreas de descubrimientos, que se interrelacionarán entre ellas: los
ordenadores cuánticos y el descubrimiento del cerebro. Con ambas
interrelaciones se nos abrirán, o se les abrirán enormes puertas de
conocimiento a los humanos de dentro de unas décadas. Comprenderán y entenderán
mejor ese magma de ideas, enunciados, conceptos, afectos, deseos, finalidades,
pulsiones, etc., que los humanos sufrimos individual y colectivamente…
Descubrirán muchas verdades y muchas nuevas preguntas…
Una de ellas, es todo el
entramado y complejo y árbol de la voluntad-querer que se combina, como hemos
indicado con la razón-racionalidad-entendimiento, y con los
afectos-deseos-pulsiones… Todo ese bosque debe estar organizado y equilibrado y
mesurado, porque de lo contrario se pueden avecinar enormes desavenencias en la
persona individual consigo misma, en la persona individual como representante
de un ente o entidad –sea una familia, sea una empresa-, o del ente individual
como representante del Poder, o de los grandes poderes.
Porque la historia y la Historia
han mostrado y demostrado hasta la saciedad, que si la voluntad y los deseos no
se equilibran con la racionalidad y el justo y equitativo saber, nos podemos y
podremos encontrar con situaciones enormemente complejas… El poder equis, de un
padre de familia, puede pasar sin darse cuenta, de ser un amor con autoridad
moral, a ser y tener ribetes de autocracias familiares, pequeñas dictaduras
familiares. Lo mismo sucede o puede suceder en empresas, sean grandes o
medianas, sin dejar de tener la autoridad legítima y legal y moral, hay que
tener muchas matizaciones y muchas mesuras, por el bien de la propia empresa,
sea pequeña o macro.
Pero el grave problema está,
cuándo las Autoridades Máximas Políticas o Sociopolítica o Econopolíticas están
regidas por personas que no entienden o no comprenden, que la voluntad, es
importante, pero que ésta tiene que estar equilibrada con la justa racionalidad
y la justa afectividad. Que al menos, estas tres dimensiones de la realidad
humana y social y moral se tienen que interrelacionar de forma correcta…
Que puede ser justo y racional y
equitativo que en el deporte, exista la voluntad de ganar, pero incluso en el
deporte hay que desear el ganar, pero siguiendo las reglas. Y, que si se pierde
hay que hacerlo con deportividad… Que esa enorme voluntad de ganar en el
deporte, hay que tener mucho cuidado si después se pasa o se traspasa,
consciente o no, a otras esferas de la vida, sea la familiar, la empresarial, la
social, la cultural, la económica, y, la política…
Existe una pregunta, enormemente
compleja, en filosofía política, que indica, con muchos matices y formas y
maneras, si se puede pasar de sistemas democráticos a sistemas autocráticos,
con ribetes más o menos democráticos. Si existe, la tentación, desde sistemas
democráticos pasar a sistemas semidemocráticos o semiautocráticos respetando la
arquitectura de la democracia. Pasar de la Ley a la Ley, pero quizás, con
sistemas no totalmente democráticos, sino con ribetes de autocracias. Porque no
es lo mismo pasar de la Ley a la Ley, desde un sistema autocrático a uno
democrático, que pasar desde la Ley a la Ley, desde un sistema democrático a
otro semidemocrático…
El hombre es voluntad, siglos de
evolución del pensamiento nos lo han demostrado, pero también, que la
voluntad-querer tiene que compaginarse de forma racional con la libertad de la
inteligencia y la libertad del entendimiento, de la afectividad armoniosa y
armonizada, en definitiva, siempre el eterno problema de equilibrar el interior
con el exterior, lo interior con la realidad y lo real, y, ésta con verdad,
bien, bienes, bondad, belleza, racionalidad, prudencia…
El error de Nietzsche es creer que la voluntad y la voluntad de poder, es la
autoridad máxima que debe legislar el cosmos, y, es solo una parte. Es el error
de Schopenhauer y de Nietzsche y de Sartre y de Heidegger y
de Marx y de Freud y de tantos otros, que han tomado ese concepto haciéndole
modificaciones y variaciones… Es pensar que la propia voluntad –individual o
colectiva- tiene que regir el universo, sin darse cuenta, que la propia
voluntad es necesaria pero siempre que sea racional y bondadosa y…
¿¡Comprende y entiende usted de
lo que estamos hablando…!? ¡Vuelva usted a leer el artículo! ¡Paz y bien…!
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jmm caminero (25 julio-01 agosto 2023 cr).
Fin artículo 3.708º:
“El imperio de la voluntad y la política y Política”.
E. 01 agosto