Artículo Periodístico 3.715º: “Los usos y costumbres y Carmen Seguí”.
Para
mí, que llevo veinticuatro mil días de respirar este aire y de pisar esta
tierra, muchas costumbres y hábitos y usos individuales y colectivos me
resultan difíciles de entender.
No estoy en contra de usos y
costumbres y hábitos individuales y colectivos y sociales, que sean legales y
sean morales. Dicho esto, no cabe duda, de que son para mí, un misterio y un
enigma como unas costumbres o hábitos se van transformando en otras, unas
tienen un gran predicamento en un tiempo y, después, se caen y se nublan en el
atardecer del tiempo. Hoy, son usos minoritarios, mañana son mayoritarios,
pasado mañana son otra vez minoritarios…
Uno, ha pensado y leído y
meditado algo de ciencias sociales, en este caso antropología, psicología,
sociología y afines, para intentar entender y comprender el lugar del hombre
–no tengo que decir, también de la mujer-, sino del hombre y del Hombre como
humanidad y como especie y como conjunto de culturales, para intentar entender
y comprender de la pasta y cemento y piedras de la que estamos hechos –aquello
de las diferencias emic y etic, es decir, cómo interpretas tú y desde el
colectivo de dentro, lo que haces y tus costumbres, y, cómo interpretan desde
fuera, esas mismas actividades-.
Soy, la mayoría de nosotros,
somos modestos columnistas de opinión. Hoy, en la misma España se publicarán
varios miles de artículos de opinión, firmados por al menos, unos cientos de
articulistas. No exagero si expreso varios miles, porque existen mas de mil
periódicos digitales, y, casi todos tienen sección de opinión. Sin contar las
columnas en las radios, sin contar las columnas en la televisión, sin contar
las columnas en Webs y redes particulares…
Carmen
de Burgos Seguí, publicó en El ABC del 09 de abril de 1903 una
columna titulada: La mantilla. En las que nos narra las costumbres en aquella
España de la mantilla en algunas fiestas y acontecimientos socioreligiosos.
Desde hace mucho tiempo he
pensado que los humanos inventan o descubren o aplican usos y costumbres y
actos y actividades y hábitos que les interesan y les convienen, a veces,
predomina la carne, otras la psique, a veces, el espíritu-alma, casi siempre
todo es una combinación de todo, todo tiene algo de sensualidad-carne, algo de
psique-inteligencia, algo de cultura-sociedad, algo de
espíritu-alma-religiosidad… La mantilla es el ejemplo perfecto. Porque si nos
fijamos bien, tiene algo de destacar la figura y las formas, algo de valorar el
bolsillo de la persona que la llevaba, algo de estratos sociales y clasismos,
algo de costumbres sociales, algo de respeto a la Trascendencia…
Una, pregunta es cómo van
cambiando las costumbres, y, existen multitud de razones, pueden ser que grupos
o colectivos, en principio minoritarios, sean capaces de imponer un uso o
costumbre, si no a toda la sociedad, a una parte importante de ella. Puede ser,
que se realice desde alguno de los grandes poderes, sean sociopolíticos, del
Estado, de la cultura, de los medios de comunicación; también, a veces, por la
imitación de la vecina del décimo, puede ser por enseñanza o educación; ocurre,
a veces, que existe un grupo importante económico, el consumo, para crear
trabajo y por tanto, hay que tener demanda, y, se gasta más yendo a la playa
que quedándose en casa. La rueda o espiral del trabajo-consumo y
consumo-trabajo…
Si uno mira con cierta
profundidad, muchos usos y costumbres, le parecen perplejos y difíciles de
entender y comprender, porque no son racionales, porque no disponen de
suficiente moralidad o suficiente espiritualidad, les falta sentido común y
prudencia, y, no están ajustados al saber o saberes ortodoxos. Pero en fin, la
tolerancia es ese mandato que los humanos se han dado, que aunque una costumbre
no sea buena, no sea buena ni social, ni económica, ni sanitariamente, pero se
tolera. No se percibe bien la ebriedad, es el ejemplo que siempre dispongo,
pero se tolera. Y, así mil modos y mil maneras…
El refrán o máxima que hemos
heredado de los musulmanes, que quizás, venga del pasado más remoto, es aquella
que indica, que un hijo se parece más a su tiempo que a su padre. Opino, que
esta máxima es acertada. Cada uno va imitando más su tiempo y sus costumbres, que
las normas o reglas que pueden ser más racionales, heredadas de siglos,
incluso, que nos dice el saber ortodoxo…
Pero siempre es un misterio, dos
mares y océanos culturales, que tengan costumbres distintas, no en un aspecto
de la realidad, sino en docenas, con lo cuales decenas de usos y actos y
actividades sean distintos, cómo puede y podrá ser su interrelación social…
Porque no importa que un colectivo deguste arroz con pollo y otro arroz con
aceitunas, sino que existen cientos de campos de usos y costumbres dónde pueden
existir diferencias apreciables o que se creen apreciables…
Quizás, algo parecido a un enorme
río, Amazonas se une y besa y ama con un enorme mar-océano de gotas, el
Atlántico, en medio, hay una masa de agua, que no es dulce del todo, ni salada
del todo…
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jmm caminero (28 julio-09 agosto 2023 cr).
Fin artículo 3.715º:
“Los usos y costumbres y Carmen Seguí”.
E. 09 agosto