Artículo Periodístico 4.054º: “Antonio Machado y Enrique Diez-Canedo”.
Opino y pienso que la literatura
es una especie de vasos comunicantes, unos autores se basan en otros, otros
beben de otros, todos se interrelacionan aunque a veces, no lo expresan.
En este viaje por el columnismo y
el articulismo que modestamente estoy haciendo, me he encontrado en estos días
últimos con dos datos o conjuntos de datos: uno, una lista en Wikipedia de
periodistas del siglo diecinueve.
He ido entresacando nombres,
varias decenas, y, me he dado cuenta, que algunos nacieron en el siglo
dieciocho, que la mayoría fueron periodistas, pero también escritores, que un
grupo importante de ellos, también hicieron crónicas, comentarios, artículos de
costumbres o políticos, y, que la mayoría están olvidados.
Lanzo aquí una flecha láser para
que los departamentos de Historia, Ciencias de la Comunicación, Artes, Bellas
Artes, Filologías intenten recuperar a tantos nombres que han ido pasando y se
nos van olvidando. No olvidemos que en sus tiempos, muchos eran conocidos, con
fama, notoriedad, con mayor o menor influencia, en ese juego doble de la rex
pública y la rex de las letras, de la política y de las palabras escritas.
También me he encontrado con un
artículo de Enrique Diez-Canedo, que
nos comenta los últimos minutos y momentos y horas de la vida y fallecimiento
de Antonio Machado, titulado: Antonio
Machado, poeta español, publicado en Taller, mayo de 1939.
Añoro que las Fundaciones o Museos sobre Antonio Machado y otros autores,
recojan y vayan coleccionando todos los artículos y referencias que se han ido
haciendo sobre ellos, y, vayan mostrándolas, aunque solo como títulos, en sus
Webs Virtuales –sería un salto de gigante en el aumento cultural de nuestra
sociedad, de la comprensión de lo que somos y hemos sido…-.
No somos conscientes muchas
veces, de una simpleza y una casi boutade, para que un gran cocinero-chef, le
otorguen una estrella Michelín, existe alrededor, dentro y
fuera, multitud de personas con distintos oficios, que permiten esa variedad y
esa causalidad para que se cree ese efecto, la gran comida para paladares
exquisitos, -debo reconocer que los míos son del pueblo y populares, no
distingo tantas cosas de sabores, bastante ya tengo si distinto palabras y
matices de palabras y adjetivos y metáforas y símbolos-. Existen otros
cocineros alrededor, existen los proveedores que les traen el género, existen
los agricultores que los crían y recrían…
Pues lo mismo sucede en el
terreno de la cultura, los genios o genialidades, pongamos por caso Antonio Machado, Lorca, Neruda, Aleixandre,
Miguel Hernández y otras decenas de la
generación del 98, 27, 14, 50 y los que se vayan instalando como genios de la
generación de 1975-80 o de la Transición, y, la que está emergiendo de la
generación del 2.000 o cambios de siglo. Todos ellos están rodeados de un
magma cultural, de una sociedad que en mayor o menor medida aprecia y valora la
cultura, pero también, de cientos de otros nombres, que pueden ser considerados
de segunda, de quinta o décima fila. A esos y a esas también hay que otorgarles
justicia y equidad y liberalidad y valoración. No debemos dejar que todo se
olvide.
Comentó Pío Baroja, al ver pasar varios destacamentos de soldados, allá en
el Norte de su tierra, en aquel año de 1936, que los odios continuarían durante
cien años. Aquella frase y enunciado fue enormemente cierto y profético. Los
sufrimientos y penas y angustias y traumas siguen siendo y estando, cosa que
yo, en mi ingenuidad pensé que con la Transición todo se olvidaría, que habría
voluntad de olvido y de reconciliación. Pero me temo que me he equivocado. Han
seguido siendo y estando esas heridas y traumas profundos, incluso han ido
evolucionando y cambiando en parte, según momentos e intereses.
Con Machado es un ejemplo y es un caso. No hemos superado. Quizás, Machado o los dos Machados, hagamos
justicia a ambos, nos dirían, ya dejarnos tranquilos en nuestras cenizas, no
sigáis utilizándonos para enervar conciencias, para recordar males pasados y
malas pasadas. Olvidar ya esos acontecimientos, como nosotros intentamos
superar las tres guerras carlistas del siglo anterior…
No podemos obviar y ser justos,
que muchos pasaron y llegaron a la frontera exiliados a pie y andando, que
otros llegaron hasta la frontera en ambulancia. Siempre hay diferencias. Si
hacemos justicia a todos los corazones, hay que indicar también las
diferencias. No podemos entender España, esta Península Ibérica, esta
Celtiberia, esta Piel de Toro o esta Tierra de Conejos, sin Antonio Machado, no podemos entenderla
sin las genialidades de la cultura, pero también debemos pensar y valorar, a
los autores y autoras, que en aquellos tiempos, también batieron el cobre y el
hierro y el bronces, que en aquellos tiempos, fueron considerados de segunda o
quinta fila, pero que también crearon regimientos de palabras para crear la
belleza literaria y la realidad del contenido de la profundidad. Esos autores,
que duermen en los anaqueles…
Uno, uno de ellos, es Enrique Diez-Canedo. Empecemos a
recuperar nombres y obras, empecemos a recuperarlos con TFG y Tesis doctorales
y con trabajos académicos y con artículos periodísticos. Aquí, mi pequeña
aportación, independientemente del color de su corazón o de su cerebro o de su
alma o de su carne… Démonos la paz a nosotros mismos, cosa que creo Pío Baroja y Unamuno y Ortega y Gasset y Antonio
Machado y Lorca y M. Hernández y… agradecerían…
http://youtube.com/jmmcaminero ©
jmm caminero (07-12 febrero 2024 cr).
Fin artículo 4.054º:
“Antonio Machado y Enrique
Diez-Canedo”.
E.
12 febrero