Artículo Periodístico 3.126º: “Los tomates y los escritores”.
Todos consumimos energía en forma
de alimentos, pero todos son perecederos, sea terminando en el estómago, sea en
la fábrica o en el campo. Pero la Cultura es imperecedera.
Digo Cultura, para abarcar todo.
Diez páginas escritas, sean de filosofía o literatura o arte o ciencia o
matemáticas o ensayo o diseño o, el tema que sea. Un poema puede permanecer
durante siglos y milenios, si los humanos así los conservan, así lo desean, si
el azar y mil otras razones, ayuda a esa finalidad y funcionalidad…
Aquí estriba el enorme problema
de la Cultura y de la cultura, que no sucede como el bistec o la manzana o el
coche o mil otros modos, que todo tiene un tiempo, y, después se termina o
fenece o fallece. Hay que criar otros tomates y otras tortillas y otros huevos
y otras patatas y otros camiones y otros vestidos… Pero en Cultura, en la rama
que sea, un producto si se cuida, puede estar en el tiempo siglos y milenios.
Y, este es el drama de la
cultura. Demasiados no quieren, que otros productos culturales, les hagan
sombra. Desde que una persona va a la plaza del foro o pueblo o aldea, y, se
dice, deseo ser escritor o pensador o filósofo o científico o metafísico o
diseñador o… Entra en competencia o en contacto o en relación, no solo con los
que existen en el presente, sino los que les han precedido, incluso, aunque no
los conozca y, con todos los que vendrán después. Es la competitividad desde
todos los lugares del mundo. Recordar aquello del poeta y el burgués de Paris y
la pedida de mano de la hija del burgués –si no lo sabe, en otro artículo lo he
contado…-.
Por eso, aunque nadie lo indica,
se destrozan, cada año, cada diez años, cada generación, cada siglo, millones
de obras de creación cultural, en todos los campos. Cierto, que en unos más que
en otros. Pero en las artes, a mansalva, a decenas de millares. Nadie te lo
dice, cuándo empiezas con toda la ilusión. Pero este oficio de la cultura, es
de enterradores, enterradores de cultura y Cultura. Se entierran, a los del
pasado, se entierra a los del presente, se entierra a los del futuro que
todavía no han empezado a sembrar de ideas y palabras o colores el mundo…
Existe una hiperinflación de la
competitividad, por eso, el Siglo de Oro, lo mostró hasta la saciedad, tantas
inquinas y rencores y maledicencias, también, hay amistades. El otro, en el
fondo, es tu competidor. Y, quién no piensa o siente así, parece que estorba…
No es mi caso, quizás, por eso,
no existo en ninguna lista o directorio, ni siquiera provincial, ni de arte
plástico, ni de literatura, ni de filosofía, ni del ensayo, ni del articulismo…
No es mi caso, lo puedo decir alto y claro.
Por eso, hasta la saciedad,
indico la necesidad de crear Archivos o Centros Documentales, ahora virtuales,
de la cultura o en la cultura, por especialidades. Y ahí, ahí, meter a todos,
todos los nombres, sean famosos o famosillos, sean importantes o no lo sean,
nos parezcan genios o, la palabra, que ahora se repite como sinfonía hasta las
nubes, sean mediocres… A todos y todas. Y, después, las generaciones presentes
y futuras, juzguen. Por eso, la necesidad de buscar formas de que todo
permanezca. Porque es la riqueza cultural presente, mejor o peor, de una aldea
o un barrio o una comarca o una provincia, o una región…
También, pienso, que cada
presente, tiene una sensibilidad, y, esa es la que se aprecia, sensibilidad
estética o literaria o plástica o cultural. Pero, pueden existir obras y
personas, con otra sensibilidad y percepción de lo real y realidad. Y, hoy, no
se valora, pero si queda lo suficiente para el futuro, pueda
recogerse-recuperarse-revaluarse-revalorizarse, se tome como más valor en el
futuro, que en el presente. Eso es lo que siempre he pensado. ¿Alguien conoce
los problemas y retos del futuro, a cincuenta o cien o trescientos años…?
Por otro lado, todos los
departamentos de investigación, sean universitarios, personas interesadas por
estas temáticas, y, todos los gestores del mundo de la Cultura. Deberían tener
un lugar donde buscar/rebuscar/encontrar, por eso lo que hemos ido diciendo, lo
de los Archivos, para que en poco tiempo y de forma simple y sencilla, puedan a
nivel regional o provincial o local o comarcal, ver y entrever, todo lo que
existe o ha existido sea en una rama o en varias. Y, desde esas bodegas de
nombres y referencias de obras, de enlaces a páginas Internet y bibliotecas y
documentos, y mil otros modos, intentar buscar y bucear, en lo existente. Ser
más equitativos y más justos.
Quizás, la persona que está
investigando matemáticas, está en su despacho, rompiéndose años y años su
memoria y cabeza, para buscar nuevos algoritmos. Quizás, esa persona o esas
personas, no está en todas las fiestas culturales. Pero quizás, esa persona, ha
contribuido con algo, en ese oficio o especialidad. Si existe, un Archivo,
donde se encuentra, referencias a su trabajo, quizás, cuándo venga un
doctorando analizando el trabajo realizado en matemáticas en esa región,
quizás, entonces, sea fácil encontrarlo. ¡Y, si no se olvidará en la memoria
del olvido…!
Creo, nadie se rasgue y rompa sus
pantalones, en los terrenos de la cultura, estamos/somos, como los proletarios
del siglo diecinueve, creo que hay poca justicia y poca equidad y poca
misericordia y poca benevolencia y... Este es el problema de fondo y de
superficie, del medio y del arriba y del abajo... ¡Paz y bien…!
http://youtube.com/jmmcaminero © jmm caminero (11 junio-03 agosto 2022 cr).
Fin artículo
3.126º: “Los
tomates y los escritores”.
E. 03 agosto