Artículo Periodístico 3.127º: “Un corazón siempre buscando”.
Un
corazón siempre buscando la paz, un corazón siempre buscando verdades, un
corazón siempre buscando la bondad, un corazón siempre buscando la racionalidad…
Un corazón deseante de
comprender, un corazón paciente para pensar, un corazón que mira con ojos
sosegados tranquilos, un corazón que espera que exista la eternidad, porque
será el único lugar de verdad y de equidad y de bondad, un corazón dónde exista
la realidad y no tanto el autoengaño y la mentira, un corazón que alguna vez,
algo y alguien, le diga la realidad, la realidad de sus verdaderas intenciones
y deseos y de sus actos, un corazón, aunque tema saber las consecuencias de sus
actos, alguna vez, conozca todas ellas, un corazón que espere en el Buen Dios y
espere el perdón del Buen Dios…
Un corazón que aprecie y valore
una sinfonía pero también un buen cocido, un corazón que valore una sonrisa y
un buen acto moral, un corazón que sea capaz de ser tolerante, pero sin olvidar
que no todas las opiniones son igualmente verdaderas, un corazón que no pierda
la espera y esperanza en sí mismo, ni en el hombre, ni en la humanidad, un
corazón que sea capaz de creer, que el futuro, siempre será mejor, un corazón
que sea consciente que se ha avanzado en cien años una barbaridad, que ahora,
con enormes problemas vivimos y existimos en pequeños paraísos, aunque no lo
creamos, comparados con hace diez generaciones…
Un corazón que sepa que existe la
noche y el dolor, pero también la mañana y la alegría, un corazón que sea capaz
de sentir y percibir en verdad, un corazón que haya autogestionado en verdad y
bondad ese enorme mar de pasiones y deseos y pulsiones y libidos que arrastra,
un corazón que no obligue a nadie, a hacer lo que no quiera hacer, un corazón
que comprenda que el otro ser humano tiene dignidad y derechos, semejantes a
los tuyos, iguales a los suyos, sea mujer o sea niño o sea anciana, un corazón
que sepa que existe algo esencial e idéntico a todo ser humano, un corazón que
conozca que la gran batalla que tiene que realizar cada día, es el
autoconocimiento y el autocontrol en verdad y en una moralidad correcta…
Un corazón que no tiene inquina y
rencor a sí mismo, ni a los otros, ni a la humanidad, un corazón que ha
intentado siempre vivir en dignidad y honestidad, un corazón que arrastra
dolores y alegrías, y que espera que los humanos sean mejores mañana que hoy,
y, hoy mejores que ayer, un corazón que tiembla y tiene temor a las guerras y
contraguerras y las revoluciones y contrarrevoluciones, un corazón que pueda
disfrutar en paz y sosiego de la tranquilidad de degustar un buen café o una
buena naranjada, un corazón que no se siente superior a nadie, ni inferior a
nadie, que sabe que en algunas materias está por encima de la media y en otras
por debajo…
Un corazón que actúe sin
superioridad sobre los demás, ni inferioridad sobre los demás, un corazón que
sea afable y amable pero sin olvidar que la verdad y bondad, está en
determinadas posiciones y no en otras, un corazón que sin negar los valores de
esta vida, siente la necesidad de que exista Dios y de pasar con Él toda la
eternidad, un corazón que intenta que el pasado negativo no le haga más daño
que el que ya le hizo, un corazón que sepa que las apariencias pueden indicar
mucho de las personas, pero que también sepa, que muchas personas aparentan ser
lo que no son, ni sentir lo que no sienten…
Un corazón que sea consciente que
mucho bien de toda la actualidad ha sido debido al trabajo de cientos de
generaciones anteriores a él, un corazón que no tenga que para vivir caer en
errores morales graves, un corazón que no tenga que pisar a nadie para sentirse
importante, un corazón que comprenda y entienda, que cada uno puede llevar su
camino, aunque exista unos principios de la naturaleza y unos principios de la
moralidad, un corazón que no haga leña del árbol caído, pero que no pretende
hacer caer al árbol esbelto, un corazón que entienda, que nadie en este planeta
tiene la felicidad completa, que todo el mundo tiene sus alegrías y sus
tristezas, a unos será de un tipo, a otros de otro, un corazón que sea humilde
y modesto, pero que conozca también sus grandes valores…
Un corazón que haya aprendido a
ir curando sus heridas del pasado, un corazón que sea capaz de entender y
comprender el no hacerse heridas a si mismo, un corazón que perciba que no debe
hacer heridas a nadie, un corazón que sea capaz de conocer a su propio corazón…
http://twitter.com/jmmcaminero ©
jmm caminero (31 julio-03 agosto 2022 cr).
Fin artículo
3.127º: “Un corazón siempre buscando”.
E. 03 agosto