Artículo Periodístico 3.153º: “La buena voluntad”.
Un
concepto e ideas que ha ido recorriendo la historia de la humanidad, planteado
con distinta terminología, es en definitiva la esencialidad y esencialidad
moral de lo humano.
Podría este modesto artículo,
citar docenas de pensadores y filósofos, que a lo largo del tiempo, han ido
insertando de reflexiones sobre este tema, desde Platón hasta el ahora, pasando por Kant,
que se le atribuye este principio, pero que es milenario, es el principio que
subyace en el tema de Adán y Eva, de Abel y Caín. Pero no citaré a
docenas de nombres, sino de forma simple y sencilla entraremos en algunas
cuestiones sobre esta temática.
Diríamos que está formado y
conformado por dos términos-conceptos y su interrelación, la buena-bondad-bien
y la voluntad-querer, formando un nexo o conexión de ambas realidades. No
pienso para con-vencer a nadie de nada, sino para incentivar el pensar y el
repensar, el analizar y el reanalizar de datos y conceptos y hechos y
argumentos…
Tiene que usted preguntarse, si
usted cree que existe lo bueno y lo no-bueno, lo bueno y lo menos bueno, lo
bueno y lo malo o no existe. Si todo es aceptable o no todo es admisible, desde
puntos de vistas instrumentales, diríamos desde distintos puntos de vista de
profesiones, no es lo mismo realizar una operación bien o mal. Y, en segundo
lugar, si existe, una manera “moral o ética” más adecuada de realizar una tarea
humana, por lo tanto, no es lo mismo todas las maneras de abordar lo real o los
actos…
En segundo lugar, la
voluntad-querer, que puede ser en mayor grado racional o semiracional o
irracional, el querer en cuanto y en tanto, relacionado con la inteligencia y
la libertad, pero también con los deseos y pasiones e instintos y libidos y
pulsiones y…
Y, esa unión de “buena voluntad o
buen querer o buen desear o buen actuar o buenos instintos o buenas libidos…”.
En todas esas connotaciones del yo. En esa conquista y autoconquista y
reconquista adecuada del yo. Porque en definitiva, la buena voluntad, es la
lucha interior del sujeto consigo mismo, la dialéctica del yo consigo mismo, la
guerra constante de todo el mundo interior con/contra si mismo, en primer
lugar. Y, después, con todo lo que le viene del exterior…
Pero, no solo el ser humano, debe
dilucidar-pensar-analizar, lo que es o constituye hechos de buena voluntad.
Sino tiene que aprender el camino/ascesis/método para ser capaz de seguir ese
camino. No solo tiene que saber lo que es algo, sino prepararse a realizar ese
algo. Yo, puedo saber que necesito saber nadar, debo saber la teorización del
buen nadar, pero después, tengo que aprender una serie de técnicas, teóricas y
prácticas, para aprender y saber nadar en distintos estilos y maneras y formas.
Puedo saber la teorización de la conducción del vehículo, teoría y la teoría
sobre la práctica, pero después, tengo que tener las habilidades prácticas para
realizar esos actos de la conducción…
Puedo saber que la ebriedad es un
mal moral y un mal psicológico y un mal antropológico y un mal de salud física
y biológica. Pero después, tengo que tener los actos y hábitos y costumbres,
por las cuales, no caer en la ebriedad…
No me atrevo a indicar, que las
personas hoy, no aspiren a tener buena voluntad, y, que los demás, también la
tengan. Muchos dirían que no, que hemos caído en una anarquía moral y ética de
actos y costumbres y concepciones verdaderas y adecuadas de lo moral. Pero yo,
no me atrevo a indicar eso. Porque pienso, que en el fondo de cada naturaleza
humana, el bien y la bondad, tira de cada corazón y cada alma y cada cuerpo y
cada mente. Otros, dirían, que sí, que lo bueno tira, pero también lo menos
bueno, los instintos y las pasiones y las pulsiones no racionalizadas
moralmente, de forma adecuada…
Admitimos que la Naturaleza tiene
sus órdenes y pautas y normas. Que los humanos van o vamos descubriendo. La
cuestión es si en los actos humanos, en la naturaleza humana, también tiene sus
normas y sus pautas y sus racionalidades… Suelo poner el ejemplo, que a no ser
que sufras una psicopatía, el ser humano, la inmensa mayoría les agrada más,
percibir que un adolescente juega con su perro, que no que le está restregando
un calcetín sudado por el rostro anciano de su progenitor…
Miramos la historia, quedémonos
en el siglo veinte, para no ir hacia muy atrás, y, a todo el mundo sabe y
conoce y entiende, que la buena voluntad ha creado enormes monumentos al bien y
a la bondad y a la racionalidad y a la eficiencia y a la alegría y a la felicidad
humana…
Pero si miramos ese mismo siglo
veinte, todos somos conscientes, que la mala voluntad, ha creado enormes
sufrimientos a la humanidad, sufrimientos y angustias y penas y dolores de
todas las formas y de todos los colores, de todos los ámbitos y en todos los
círculos sociales. Aunque creemos que lo bueno y lo claro y lo blanco ha sido
mayor que lo negro y lo obscuro, sin negar toda la escala de grises…
Nadie niega que la buena voluntad de Kant, que es en
definitiva, la buena voluntad del cristianismo, es el faro y la luz y la
antorcha y la vela para seguir existiendo como seres humanos, racionales y con
libertad, y no solo seamos cada vez más animales y nos vayamos más
animalizando, cómo puede parecer que algunos quieren y algunos desean… ¡Paz y
buena voluntad…!
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jmm caminero (05-17 agosto 2022 cr).
Fin artículo
3.153º: “La buena voluntad”.
E. 17 agosto