Artículo Periodístico 3.155º: “En Guadalajara y, III”.
Existen viajes del y en el
exterior, y viajes del y en el interior, viajes para conocer humanos, viajes
para comprender percepciones, viajes para redactar escrituras. Existen
infinitos caminos del viaje.
Atravesamos espacios, porque
somos limitados, por necesidades interiores y exteriores. Cerca o lejos. Sé,
que dentro de unas generaciones, andaremos por el sistema solar, sé, que
durante cientos de milenios los humanos, en sus distintas especies, hemos
atravesado Eurasia y otros lugares. Siempre buscando algo, siempre huyendo de
algo, siempre…
En la Mancha, nos deberíamos
querer y amar y estimar más, pienso que tenemos un complejo de inferioridad con
y frente a nosotros mismos. Pienso que debemos sentir, que en algunos temas,
estamos por debajo de la media de esta Península Ibérica y debajo de la media
de la Península de Europa, pero en otras variables, estamos y estaremos
de/sobre la media.
Los de la Mancha, tenemos que
vencernos y convencernos a nosotros mismos, tenemos que aceptar, que si alguien
va a viajar dos semanas al año, una se la deje para recorrer los caminos de la
misma Mancha, y la otra, su cabeza y su mente, vaya al lugar que desee. Pero al
menos la mitad de sus días de descanso, atraviese este rectángulo de Mancha,
con un cuadrado en el lado, superior derecho, que es Guadalajara. Tenemos que
convencer a los de la gran metrópoli, Madrid, que no solo tomen estas tierras
de paso, sino que duerman algún día, y tendrán, quién sabe otros sueños, se
sentirán y conocerán mejor. Al fin, señor Azorín, que es Madrid, sino un enorme
poblachón manchego…
Podemos recorrer aguas y aires,
piedras en forma de palacios y casonas, recovecos con repositorios de historia,
que denominamos museos: Museo del Viaje a la Alcarría, Museo del Arcipreste de
Hita, ambos edificios que presentan y representan dos libros, dos autores.
Porque al final, como el maestro Cela indicaba,
un libro es más duradero que una catedral, puede permanecer con nosotros siglos
y milenios, al final, la Odisea y la Biblia siguen existiendo,
y no tenemos un edificio completo de la antigua Grecia, ni de la Antigua
Israel…
Dos
libros, que modificaron la forma de percibir el hombre, el de Hita y el de Padrón. Un escritor de hoy, tiene que enfrentarse-confrontarse a
estas, ambas realidades, si los anteriores fueron capaces de escribir de otro
modo, porque pensaban y percibían el mundo de otra manera. Los actuales
escribientes tendrán que imitar, ampliar la mirada de la percepción del mundo.
Si va usted a uno o ambos museos, tiene que hacerse esta pregunta. Percibir
nuevos modos de ver el mundo –en legalidad y moralidad-, igual que usted no
viaja ahora como hace treinta años, no viste de la misma manera, ni siente lo
mismo, ni piensa lo mismo. Los escribidores de realidades, eso es lo que hacen,
es lo mismo el género literario o filosófico, sea teatro o novela o cuento o
aforismos o artículos periodísticos. Su realidad, es como Shakespeare, es intentar
expresar la esencia de lo humano, en pensamiento/s y en deseo/s y en acto/s de
palabras-imágenes-conceptos-ideas...
Redacto
artículos, no solo como regalos de información, sino buscando la obra maestra
en el artículo. Algo así, como cuando el maestro Umbral, indicaba, leía y releía
cientos y miles de columnas periodísticas, para intentar entender y comprender
la esencia del artículo. Algo semejante hace este modesto escribiente, rellena
artículos para intentar expresar algo de la esencia y de la accidentalidad de
lo humano, expresado en mil palabras.
Viajamos
por Guadalajara, expresando en palabras-vocablos-términos de
verbos/substantivos/adjetivos/adverbios, acordándonos de lugares y paisajes y
personajes y recipientes arquitectónicos, como grandes ollas de historia para
ser y estar mejor en este mundo: Museo
de la Miniatura, Museo Diocesano de Arte Antiguo, Muso de los Tapices, Museo de
Arte contemporáneo de Santo Domingo –en el que un conocido mío, envió en
donación un libro de artista…-, Museo
Saleta de Jovellanos, Museo Teresiano, Museo de Guadalajara…
Unir
con sabores de comidas, unir con olores de campos y tierras y piedras, unir con
piedras e historia, unir con seres vivientes que crecen buscando el sol, unir
con aires y soles, unir con espíritus y almas. Ir y visitar y visitarse el Monasterio de Santa María de Buenafuente
del Sistal, donde existen piedras, existen árboles, existen historia,
existen almas que buscan al Buen Dios, al Eterno Misterio… dónde hay garbanzos
y viandas y chorizos, dónde la carne y la mente y el alma humana puede
descansar y sosegarse la mente. Dónde el ser humano siente y presiente y
percibe y prepercibe. Siglos han habitado personas de carne y hueso y nervios y
alma, que buscaban deseantes al Buen Infinito –si no recuerdo mal, en un viaje
del Pontífice, hubo una monja, la más mayor en años de esta península, y, si no
recuerdo mal, era de esta congregación…-. Aunque el futuro de los monasterios,
es irse uniendo monjas de la misma congregación, para que algunos sigan siendo
vivientes, -dicen que un monasterio se cierra cada mes en esta Celtiberia
actual…-
Guadalajara, tan cerca y tan lejos,
Guadalajara que duerme siglos en el centro de esta Península, Guadalajara que
espera su príncipe azul, que le done un beso para que despierte. Guadalajara,
que como la Mancha, tiene que ser consciente, que ella misma tiene que
despertar de la somnolencia de siglos, porque de las doscientas regiones que
forman y conforman el sueño de los futuros Estados Unidos de Europa, no somos
más que ninguna, pero tampoco menos que ninguna. Para eso, tenemos que llamar a
todas las puertas, para que cada ojo colabore con su mirada, unos creando
empresas, otros creando cerámicas, otros creando perfumes de lavanda, otros
preparando degustaciones de platos, otros rezando al Infinito Ser, otros
rellenando hojas con palabras… Otros, como usted que…
http://youtube.com/jmmcaminero © jmm caminero (04-24 agosto 2022 cr).
Fin artículo
3.155º: “En
Guadalajara y, III”.
E. 24 agosto