Artículo Periodístico 3.593º: “Temor a grave enfermedad grave”.
Toda
persona pasa por una o varias enfermedades graves a lo largo de su vida, pasa
por una o varias enfermedades graves de personas cercanas a ella misma.
Todos sabemos que la
enfermedad/es, graves o medianas o leves, es/son parte de la vida y de la
existencia y del vivir humano. A unos, a unos les llega su propia enfermedad
grave, al final, de sus vidas, a otros, desde el principio o nacimiento, a la
mayoría, a distintas edades del existir –incluso cuándo son pequeños y no son
conscientes de ello, y, los padres, progenitores, tutores, familiares directos
tienen que afrontar-.
La población no es consciente del
regalo de la historia, de la cultura, de la sociedad, del Estado que tengamos
en Occidente, Seguridad Social o Sanitaria Universal Gratuita, -tenga el nombre
diverso, que en cada entidad geográfica y sociopolítica disponga…-. Un derecho
que se ha ido adquiriendo, en la evolución de siglos y de siglos y de siglos de
sangre y sudor y temor y esperanza y dolor…
Pero la enfermedad siempre está
detrás de la puerta y de la ventana, cuándo pasamos un periodo largo de salud,
no somos conscientes, que nos vendrá una espada de Damocles o una pica de toreador a las cinco de la tarde en la
Maestranza de Sevilla. Siempre llega la gran y grave enfermedad. Las dos o tres
que todo ser sufre a lo largo de su existencia. De unas sale, por eso, siempre
espera otra, que llegará.
Pero es más doloroso, cuándo ésta
llega a personas cercanas y cercanas, antecesores, y, más aún descendientes
directos y en primera línea. Entonces, entonces el mundo se trocea en parte por
fuera y por dentro. El corazón se hace añicos. Si estás en medio del
proceso/diagnóstico/pronóstico, no sabes muy bien qué hacer y qué esperar. Si
temes las del futuro, porque hay indicios, estás esperando el diagnóstico y
pronóstico definitivo y certero, que sea pequeño. Si ha sido en el pasado, te
ha podido condicionar toda la vida, incluso vocacional, profesional,
económicamente…
Quizás, muchos triunfan, porque
no han tenido que soportar el dragón de afilados dientes-espadas de una grave
enfermedad en ti o en el cercano-cercano. Y, otros no han podido respirar lo
suficiente por esa realidad del pasado, con consecuencias en lustros y décadas,
de muchas formas y maneras… ¡Solo Dios, de existir Dios, que esperamos y
deseamos exista, solo Dios sabe y conoce, el corazón sufriente y alegrante de
cada ser humano…!
Esos tiempos, dónde parece que
existe algo grave, pero no se conoce el diagnóstico claro y evidente. Esos tiempos
de pruebas y esperas. Esos tiempos que no te llaman a consulta, a realización
de las medidas-pruebas para saber lo que sucede. Ese temor de tiempos, que no
conoces si esperar más, podrá complicarse más, lo posible malo y negativo. Todo
ese dolor…
Sabes que todos los días, a
miles, decenas de miles en tu país y sociedad, le diagnostican algo negativo y
malo, grave y gravísimo. Sabes que cada día, en tu sociedad y país, se
diagnóstica cosas medianas, o dolorosas o largas, que no tendrán ya curación o será
en muy largo periodo de tiempo, pero que el existir, el tronco del vivir y del
respirar, podrá soportarlo, tendrá más achaques el árbol de sangre y lágrimas y
carne y alma, pero podrá continuar, se añadirá un dolor grave a otros, o será
el primero de la colección. Pero cada día, se diagnostican pequeñas cosas y
realidades, que con algunas pócimas y algún tiempo, se curará, y, ya no
recordarás, cuántas gripes graves has tenido a lo largo de la vida, que con la
investigación médica y biológica de generaciones te ha permitido ser curada…
Pero sabes, que llegan las
alegrías y las felicidades, pero llegan las penas y los sufrimientos y los
dolores. Somos un cascaron de carne y psique-mente y alma. Y, las tres
realidades formando y conformando una unidad substancial, definición de Aristóteles y del Aquinate, y, de muchos otros. Sabes que cada esfera-capa-dimensión
de tu realidad esencial y substancial, todas y cada una te proporcionan
alegrías y felicidades, pero también, tristezas, angustias y penas y sufrimientos.
Es la condición de vida y de la vida, al menos hasta ahora. Es el ser del
hombre/mujer y de lo humano y humanos…
Tú, oh Dios, que sanaste a sordos
y mudos, que hiciste andar a paralíticos, que resucitaste a muertos, Tú, oh
Dios, Nazareno, que multiplicaste-reprodujiste panes y peces, Tú, oh Dios
Santísima Trinidad, no permitas la enfermedad grave del cercano descendiente,
que antes, llegue a mi corazón y carne y alma, yo/tú, que ya la vida, en un
gran trecho se ha ido atravesando y traspasando en multitud de formas y
maneras. Oh, oh Dios, Tú, que eres Infinito, sin saber, ni siquiera porque soy
un ser humano, lo que es ser Infinito…
http://twitter.com/jmmcaminero ©
jmm caminero (18-24 mayo 2023 cr).
Fin artículo 3.593º:
“Temor a grave enfermedad grave”.
E.
24 mayo