Artículo Periodístico 3.568ºº: “El experimentalismo en el articulismo”.
Debo
indicarlo, me autocensuro en el articulismo que redacto, no solo sobre temas y
cuestiones y argumentos y razones, sobre estilos y tendencias…
No se rasguen las corbatas, ni
calzoncillos, ni calcetines me autocensuro, no trato de algunos temas, por
diversas razones, no trato cuestiones con determinados estilos o tendencias,
sin darme cuenta, consciente y semiconsciente e inconscientemente, tengo en
cuenta, el potencial público, los equipos de redacción, el futuro de la
lectura, intentar no herir a nadie –y, eso, que no recibo ningún estipendio
económico, que no estoy en la nómina de redactores oficiales de ningún medio,
y, eso, que todas las columnas, indicamos, que son/somos verídicos y
verdaderos…-. Para mi consuelo y el de usted debo indicarle, que hasta ahora,
no expreso ninguna frase o dato o enunciado o argumento, que piense que sea
falso como verdadero, ni ninguno como verdadero que sea falso… Esa es mi
disculpa hacia usted.
Pero no me atrevo a redactar
artículos más vanguardistas, en la oratoria y erudición y estilo y estética. No
me atrevo porque pienso y opino que quizás los lectores no lo leerían. Alguien
que como este plumífero se ha saltado casi todas las reglas de sintaxis,
semánticas, pragmática lingüística, estilos, tendencias, léxicos, etc.,
especialmente hace décadas, ahora en artículos para el público en general, soy
muy comedido en todo. Y, esto me lo ha recordado José Bergamín, que en un artículo titulado: La agonía del renacuajismo,
que en plena incivil guerra civil o civil guerra incivil –parafraseando a Ansón-, fue capaz de redactar un texto
que mezcla diversos estilos, surrealismo incluido, un artículo que nos abre
otras posibilidades de interpretación y de exegesis en plena situación social,
no solo dramática, sino trágica, publicado en La Vanguardia, el 27 de
agosto de 1938.
Me aceptaría usted que yo
utilizase diversas tendencias estéticas y literarias en algunos de los
artículos que firmo. Me aceptaría usted que utilizase más oratoria y retórica,
más tropos y todas las formalidades de la poética. Me aceptaría usted que
afirmara ideas y conceptos que fueron indicados hace siglos, pero podemos
pensar que siguen siendo reales y verdaderos hoy. Me aceptaría usted que
expresase que algunas ideas morales, a nivel teórico y práctico, que se admiten
cada vez más, son errores psicológicos, morales, antropológicos… me aceptaría
usted, que le argumentase, que en decenas de ideas y datos está usted
equivocado y vive en el error. Me aceptaría usted que le demostrase que usted
es un inmoral y amoral y antimoral y en nombre de la libertad, la
autoidentidad, la libertad de conciencia y de expresión, y en nombre de grandes
derechos y principios, usted se está precipitando hacia la nada, hacia el
error, hacia la inmoralidad, quién sabe si hacia el Lado Eterno Negativo o
Infierno… Me aceptaría usted que dentro de la legalidad vigente y de una
moralidad mínima universal y en el marco del concepto de derecho y derecho
moral natural y de los derechos humanos le llevase a usted hacia cuevas y mares
y simas de enorme complejidad, me aceptaría usted…
No soy más inteligente que usted,
ni soy más culto que usted, ni soy más sabio que usted, ni tengo más
experiencia que usted, ni… Pero mi trabajo ha sido arar palabras, ideas, datos,
conceptos, enunciados… Debo indicar que en decenas de cuestiones teóricas,
cientos y miles, y, prácticas, me he equivocado. Pero puedo indicar que no sé
como se siembra el cereal, ni los melones, ni mil cosas. Pero si creo que sé
algo, de ese enorme mundo y cosmos de las palabras e ideas y conceptos y datos
y argumentos y razones y de la estética… Y, algo de todo ello sé.
Los artículos que redacto, son
algo así, como en el mundo antiguo los filósofos, redactaban ideas para su
escuela y para sus academias y sus grupos; y, otras ideas, tomadas de las
primeras, para la difusión para el público en general, los llamados escritos
esotéricos y exotéricos. No es que los que se difundan, sean falsos o erróneos,
sino que son papillas y tortillas más fáciles de digerir que los mismos
enunciados expresados para los discípulos directos. No tengo discípulos, ni escuela
filosófica, ni academia, ni liceo, ni real, ni virtual, no puedo/debo caer en
esa tentación. Todo lo que escribo es para todos, cierto que los artículos son
más fáciles de entender para todos, los Ensayos, un poco más especializados,
para académicos y universitarios y expertos –pero todos con lenguaje normal y
común, como hablando en la plazuela de la historia, copiando a Ortega…-.
Me gustaría, permitirme, se me
permitiese, insertar más vanguardia, siempre dentro de la
verdad-bondad-belleza-racionalidad, más vanguardia y más innovación en los
artículos periodísticos. Pero usted, aunque no lo sepa, está ejerciendo una
especie de censura, sin saberlo, sobre mí… Yo, estoy ejerciendo una especie de
autocensura, sabiéndolo o no, sobre mis escritos. ¿Qué debo de hacer… qué debo
hacer…? ¡Qué le parece a usted, estimado y apreciado y loable lector/a…!
http://twitter.com/jmmcaminero ©
jmm caminero (01-10 mayo 2023 cr).
Fin artículo
3.568ºº: “El experimentalismo en el articulismo”.
E. 10 mayo