Artículo Periodístico 3.581º: “Ser sofista y retórico y creador de refritos”.
En
el mundo intelectual cuando la producción de alguien no interesa, sea por la
ideología o por la calidad se le achaca el adjetivo de sofista o retórico o
creador de refritos.
El
mundo intelectual y cultural en todas sus facetas, si todos, y, no solo los
autores-as fueran más modestos y humildes y ponderados, sino también todas las
personas y oficios que rodean a dichas creaciones, que son esenciales en el
mundo actual cultural: desde la industria cultural, a la crítica, al sector
universitario, a los lectores especializados o no, a los directores de
revistas, museos, agencias literarias, editoriales, etc.
También
si utilizásemos las palabras con más precisión, más prudencia, más
racionalidad, más mesura y más compasión y misericordia. Puede que un producto
cultural equis, del arte o del saber zeta, realizado por el individuo-a no te
parezca bien. Ni en el sentido conceptual, ni en el estético, ni en otros
modos. No voy a indicarte que digas que algo es bueno, en todos los sentidos o
en algunos, si no te lo parece. Porque entonces, no avanzaríamos. Pero se puede
indicar, lo negativo, que a tu parecer, piensas de una obra cultural, sea el
saber que sea, sin ser tan radicalmente negativo.
Por
ejemplo, definir a alguien de sofista o de sofismas/falacias sus ideas y
conceptos, no es solo negar la producción de una obra concreta, sino es negar
la valía total de una persona, es reducir a nada o a cenizas toda la
personalidad de un ser humano, toda su trayectoria personal, etc. Incluso
utilizar el concepto sofista, hay que ser muy prudentes –copiamos de la crítica
de Sócrates, Platón y Aristóteles a
sus antecesores, y, quizás, no tuvieron suficiente ponderación, y la hemos
seguido continuando…-.
Lo
de refritos culturales, es ahora, desde hace unas décadas, el lenguaje popular
entre los que actúan en cultura, una cosa casi común. No somos conscientes, que
todo nuevo concepto o idea, sea en ciencia o sea en cualquier otro saber, no
podría avanzar o hacerse, si “no estuviésemos subidos en hombros de
gigantes/montañas/siglos”, frase, dicen que no cierta de Newton, aplicado a sus contribuciones. Todo es hijo y nieto y
biznieto de muchas tendencias. El autor/a muchas veces, solo selecciona y añade
algunos matices…
Opino
y pienso y creo y estimo y valoro, que alguien lleva su pequeño libro de poemas
o su novela o su ensayo o su producción cultural. Quizás haya tardado un año en
realizarla. Lleva su manuscrito de mesa en mesa. Y, solo recibe silencios y
nadas. Consigue publicarla o la envía en copias manuscritas o la muestra en
Internet. Y, no digo que se exprese que es buena, si alguien en su profundo
corazón piensa que no, pero si que al menos, sea tolerante, que perciba algún
valor, que perciba algún error. Y, así, quién sabe, si al cabo de diez o veinte
años, esa persona es el Nuevo Premio Cervantes. Quién sabe, lo que en el
corazón de cada ser humano existe sembrado que podrá o podría germinar. Cuándo
negamos a una persona todo el mérito, todo, no solo negamos su presente y su
pasado, sino toda la posibilidad de crecer en el futuro…
De
todas formas y maneras y perspectivas y dimensiones, todo el mundo sabe, en
este mundo de la cultura y de todos los saberes, que demasiadas veces, se
alaba, un producto y un autor, por las personas y entidades que detrás le
apoyan. Y, esa persona que hace una crítica notabilísima, generosísima,
genialísima y todos los “isimos”, que ustedes quieran.
Esa
persona crítico o lector o interpretador, en su foro interno, en el que solo
llega él/ella y cuándo llega, y el buen Dios, -dirá usted, si es que existe-,
pues en su fondo interno de su conciencia, ni le gusta, ni le agrada ese
producto cultural, pero tiene que decir que es excelentísimo porque tiene
detrás entidades de todo tipo que lo están promocionando: empresas culturales y
mediáticas de primer nivel. Y, si dice que es normal o mediano, quizás, a
él/ella no le llamen más para una conferencia, un artículo o varios, una
entrevista, unas crónicas, unas críticas culturales, etc. ¡Al burro gordo todo
son cuidados y buenas zanahorias, al flaco todo son palos y malos tratos…!
En
las ciencias existen métodos de falsación y verificación, teoría de Popper, pero en el resto de saberes,
que denominamos humanidades, para generalizar entre todos, no tenemos
metodologías de falsar o falsear o verificar o valorar exactamente el valor y
la verdad/veracidad/verosimilitud de las producciones culturales. Tenemos
muchas teorías, pero ninguna totalmente cierta o totalmente errónea. Este es el
problema. Y, lo que hoy vale, dentro de cien años no valdrá. Y, lo que hoy no
vale, dentro de cien años, quizás valdrá –pero dentro de cien años, no se podrá
valorar, porque no habrá quedado guardado para dentro de uno o tres siglos…-.
Con
lo cual, estimo que la crítica y análisis ponderado y racional y prudente y
misericordioso y piadoso, a la hora de la crítica de una producción cultural,
de una obra, sea en el género que sea, y, aún más en el juzgar y no juzgar a
una persona en toda su actividad cultural.
Pienso
que esa aptitud y actitud es la más racional y moral. ¡Y, dejemos que el tiempo
diga su parecer…! ¡Dejemos que los sistemas informáticos de producción cultural
entren en competencia con el ser humano, que entonces, ya veremos lo que
sucede, ya veremos si mucho de lo más genial, se reduce de valor…! ¡Y, nos
daremos cuenta que el rey habrá estado semidesnudo…!
https://museovirtualcuadernosdelamancha.wordpress.com © jmm caminero
(08-17 mayo 2023 cr).
Fin artículo 3.581º:
“Ser sofista y retórico y creador de refritos”.
E. 17 mayo