Artículo Periodístico 3.567ºº: “Falsa noticia y falsa interpretación”.
No nos rasguemos la corbata en
todos los ambientes sociales se ofrecen y ofertan y dispensan datos, noticias,
argumentos que son erróneos, falsos, mentiras, manipulaciones…
Cuando estábamos en la infancia,
pubertad incluida, se nos enseñaba, uno de los mandatos-mandamientos-palabras
–todos estos términos los aprendí mucho más tarde- de Moisés, que es el “no
mentirás”. El no mentir, por si alguien no lo recuerda, no es no equivocarse,
no es no errar, no es no “yerrar”, sino no dar una información, noticia, dato,
argumento, razón que tú sabes o crees saber que es un error y lo expresas como
si fuese una verdad.
Equivocarse es una realidad de
todas las personas, nos equivocamos sin quererlo, y, nos equivocamos queriendo…
Una mentira es indicar algo como verdadero, sabiendo o creyendo que es falso,
u, ofrecer algo como falso o erróneo creyendo uno mismo que es verdadero. Es
engañar, mentir, y, todos los verbos que ustedes quieran que son muchos en este
tema y que matizan muchas cuestiones… Y, un capítulo, que aquí no podemos
abordar, serían las medias-verdades, las medias-mentiras, las
medias-falsedades, los medios-errores, los medios-aciertos…
Se ha puesto ahora de moda el
concepto “fake news”, falsa noticia y falsa información. Y, el error adrede es
una realidad, quién sabe desde el principio de que el homo se siente homo, o se
piensa homo, o se desea homo. Entre este homenaje y estudio y modesto análisis
que estoy realizando al articulismo de esta nuestra geografía casi rectangular,
casi pentagonal, me he encontrado un artículo con firma Anónima o Anónimo, titulado: La Ducha, publicado en La
Vanguardia, el 19 de mayo de 1938, en el que se narra que un general ha
muerto, y, cita el nombre, que ha fallecido por consecuencias de las heridas de
combate, cuándo parece ser que en la realidad, falleció en su cama y por las
heridas del tiempo, es decir, por la vejez, por la obsolescencia de las células
–Dios lo tenga en su seno, dirían, los antiguos…-.
Personalmente, no sé nada de ese
general, sea real o sea imaginario o sea supuesto o sea inventado o sea como Patton, cuando lo hicieron comandante
en jefe del cuerpo de ejército que invadiría Francia, y, que todo era una
pantomima. El error adrede, la mentira y la manipulación se utiliza en multitud
de textos y contextos, colectivos e individuales, sociales y culturales… No
puedo decir, desde una moralidad moderada, que si alguien, volvemos a Kant, si decir una realidad-verdad, le
va a costar al que la dice, un precio muy elevado, diría, el viejo maestro
Kant, “que el sujeto debe callarse”, no indicar, ni verdad, ni error, ni
verdad, ni mentira, solo callarse y silenciarse a sí mismo… (Por ejemplo, no
injuriar a alguien, no expresar de alguien una
calumnia-maledicencia-error-mentira o, no indicar una verdad de alguien que
puede ser verdad, pero que le costaría su fama y su honor, y, no es necesario
quitárselo o difundir esa noticia, porque no es necesario, etc.).
Sin entrar en los casos límite,
que la persona, pueda en un momento determinado, que le puede costar su vida,
“no decir o decir la verdad”, o, incluso matizar la verdad, si es radicalmente
límite la situación. Sin entrar en los casos límite, repetimos como en los
compases introitos de los distintos tiempos de una cantata, el hombre-mujer tiene
derecho a que se le exprese la
verdad-veracidad-verosimilitud. El motor de la persona y de la sociedad y de la
cultura y del Estado se mueve-conmueve con la verdad. La gasolina y gasóleo y
gasoil de la realidad humana es la verdad, la realidad-verdad, como
personalmente me gusta expresar. Qué es la ciencia, la verdadera ciencia, un
sistema de cientos de enunciados que son verdaderos, y la verdad nos hace
libres, como un tal Nazareno nos
indicó –sin entrar en el concepto de verdad en dicho ser real e histórico…-.
Los humanos nos movemos con
“ideas, conceptos, enunciados, noticias, informaciones, proposiciones” de todo
tipo. La persona merece decirse a sí misma la realidad-verdad y la
verdad-realidad, en el mayor grado posible. La persona se merece a si misma
otorgarse la bebida de la verdad, porque esa es la manera de entender y
comprender el mundo mejor, y, entenderse mejor a si mismo. Y, el otro ser
humano merece también la verdad-veracidad-verosimilitud del dato y del hecho y
de la interpretación y del enunciado y del argumento…
Hemos indicado, que nadie, nadie
humano tiene la absoluta y la total verdad. Pero cada sujeto merece a sí mismo,
en la medida de lo posible decirse a sí mismo la verdad, decir al otro la
verdad –sin entrar en los casos límite, y, si no puede indicarla, por mil
razones, callarse o silenciarse…-. Y, esto realizarlo consigo mismo, en la
familia, en los trabajos, en las distintas entidades sociales, en la prensa, en
la cultura sea dicho por una persona, colectivo, grupo, ideología, cultura,
Estado…
Mis artículos/columnas no tienen
demasiada audiencia –debo decirlo, esta es la verdad-. Puede ser que no trate
temas de demasiada actualidad, puede que no critique negativamente a unos o a
otros, puede ser, que las ideas que exprese no gusten, puede que estén
equivocadas, puede ser que no guste mi rostro, pero debe usted saber
desconocido-a lector-a, que intento expresar trozos de la realidad, el mayor
grado de verdad-bien-bondad-belleza-racionalidad-prudencia… Puede, y de hecho
así será, que en miles de artículos que he redactado y publicado, tres mil y
algo, existan muchos errores, y, muchos son muchos. Pero usted debe saber, que
jamás he intentado engañarlo o manipularlo o mentirle o darle la información
sesgada y rota y cruzada y tergiversada –siempre admitiendo que en ochocientas
palabras, la bebida es corta, no se puede expresar todo…-.
Usted, puede y debe saber, que
mis artículos tendrán muchos errores, pero usted, puede dormir tranquilo, que
jamás he querido manipularlo, mentirle, engañarle –y, créame,
sé/conozco/controlo suficientes artilugios lingüísticos y conceptuales y
metafóricos y de oratoria para hacerlo, como el que más, o, incluso más que la
media de columnistas y de escritores…-.
Pero usted, para mí, es un
mandato sagrado –no mentirás-, usted merece que le exprese la verdad o no
hable/escriba sobre ese tema, la pequeña verdad que pienso que es verdad, yo,
yo me merezco la verdad, porque de lo contrario de tanto decir la no-verdad, al
final, yo acabaría también creyéndomela, -no soy tan inteligente para estar
mintiendo cada minuto, porque no puedo recordar sobre los temas, a quién he
expresado lo que indico como verdad y lo que expreso como no-verdad…-. ¡Paz y
bien y veracidad y racionalidad…!
http://youtube.com/jmmcaminero ©
jmm caminero (30 abril-10 mayo 2023 cr).
Fin artículo
3.567ºº: “Falsa
noticia y falsa interpretación”.
E. 10 mayo