Artículo Periodístico 3.557º: “Aleixandre y García Lorca”.
Qué
se puede expresar en un artículo que ya no se haya dicho en miles de ellos,
antes que este de Aleixandre y de Lorca, en libros, conversaciones,
diálogos, congresos, documentales.
¿Qué nos dice la poesía, poetos y
poetas, poetisos y poetisas, qué nos dicen, en esa hibridación entre poesía y
vida, los retores de la palabra, qué podemos indicar de ellos y ellas que
atraviesan la historia, con sus brazos y piernas engarzados a los muros del
tiempo? ¿Y, que como a todos les abren las carnes, les cierran los ojos, les
relatan narraciones de los yoes en los tus, y de los tus en los yoes…?
Toda vida es una mezcla de
sufrimiento y alegría, de tragedia y de comedia, de uno mismo y de otros. Los
otros que dan sosiego y dan tristeza, tú, que ofreces a los otros descansos y
penas. Así es el vivir. Frente al futuro, siempre nos confrontamos con las
armas del presente y del presente-pasado que no es lo mismo que el pasado. No
conocemos, totalmente, ni el presente, ni el pasado, ni el futuro. Pero tenemos
que vivir en los tres mundos. Tomamos decisiones teniendo en cuenta, ambas
realidades temporales, y, de alguna forma en todas estamos, y, en ninguna
totalmente estamos. Somos porque estamos, estamos porque somos. Somos un enigma
y un misterio…
En un artículo firmado por Vicente Aleixandre, publicado en el Mono
Azul, con fecha del 10 de junio de 1937, titulado Federico… en el cual, el
ya casi maestro de la poesía, Aleixandre, homenajea y siente nostalgia de FGL, Federico García Lorca. En estas fechas ya once meses, casi un año,
en el que dos bandos no llegaron a ningún acuerdo, que no tuvieron la
inteligencia y la voluntad, de no radicalizarse, metió en ese cocido de dolor y
sangre y muertes, a millones de personas, en todas sus formas y maneras –unos,
en los frentes, otros en las retaguardias, otros en sus casas, otros en los
cementerios, otros, en campos de prisioneros o de trabajo o de concentración,
otros exiliados…-. Todos pasando hambre, hambre de pan y hambre de paz, hambre
de esperanza, hambre de sosiego… Todos rompiéndose la columna vertebral del
sentido común y de la paz…
Recuerdo este
artículo-columna-comentario-crónica-épica-elegía en ochocientas palabras de Aleixandre, para recordarles a mis
coetáneos y presentes, -aunque sé, que no pasarán de diez personas los que
relean esta compañía de hormigas de y con palabras-, que aprendamos del pasado,
que no llevemos las líneas más allá de un límite, que las dos grandes fuerzas,
se pongan de acuerdo, que no vayan hacia un lado o hacia otro, que aprendamos
del pasado…
Cien años, durarían las inquinas
y rencores y maledicencias y… parece ser que expresó Pío Baroja, al empezar la guerra. Pío Baroja, que se le ningunea, por un lado está en los libros y
manuales, y, por otro, por ser una prosa realista, con defectos como todas,
-sean realistas o imaginarias o surrealistas o gongorianas, todas tienen
defectos-. Pío Baroja, uno de los
cúlmenes de la naturaleza literaria. Con su cabezonería y su testarudez, según
indican, con su forma de pensar y de evolucionar su pensamiento acertó en este
pronostico, “cien años han durado las inquinas…”.
Ahora que ya estamos llegando al
siglo de esa contienda, aprendamos y aprehendamos, negociemos, no pidan unos
mucho, y, otros no puedan soportarlo. No den unos mucho, que otros, no puedan
asimilarlo. La paz y la Paz es el gran valor sociopolítico y de los hombres y
de las mujeres y de los tiempos y de las eras. La paz, pido de rodillas la paz,
a los seis o siete grupos sociopolíticos con siglas, de tipo nacional, a los
cinco o seis grupos sociopolíticos con siglas regionalistas. Pido a todos paz.
Si viviesen Aleixandre y Lorca y tantos otros, creo que también
les pedirían de rodillas a los poderes del hoy, a las figuras que representan
los poderes de hoy –políticos, económicos, sociales, culturales, religiosos,
ideológicos…-, les pedirían de rodillas como yo, la paz y la paz y la paz… Pido
que pacten, que todavía tenemos tiempo y es tiempo de los pactos en paz y de
paz en los pactos…
Alabemos de verdad a los profetas
Antiguo Testamento, entendiendo su espíritu, y, el espíritu de sus palabras.
Alabemos de verdad a los poetas y filósofos y pensadores y científicos del
pasado, que atravesaron los arados de nuestra tierra. No volvamos a repetir los
acontecimientos del pasado. No llevemos las situaciones sociopolíticas a los
radicalismos, no lleguemos a romper las puertas. Pacten, pero pacten con
sosiego y tranquilidad y susurros, pacten pequeñas cosas y pequeños cambios. No
quieran pactar grandes pasos. Pequeños pasos, que todos los puedan asumir, poco
a poco. Y, dentro de unos lustros, si es necesario pacten otros cambios y otros
pasos… Que nadie pierda, que nadie gane, todos pierdan algo, todos ganen algo.
No miren, tanto su ombligo lleno
de deseos y de ideas del futuro, y, tengan en cuenta, que otros, otros también
tienen su ombligo lleno de deseos y de ideas del futuro. Pacten. Si de verdad
tanto alaban a Aleixandre, Lorca,
Unamuno, Baroja, Cernuda, Alberti, Ortega, y otros cientos, que siempre
tienen en sus bocas, que se merecen estén en sus labios. Pero si de verdad los
estiman, pacten con sosiego, pacten, y en ese pacto, nadie se sienta humillado
o vencido, sino que todos ganen algo y todos dejen algo… Pacten cosas pequeñas,
para que nadie sienta el dolor profundo en su corazón y en su alma y en su
carne. Paz y paz y pax y pan…
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© jmm caminero (23 abril-03 mayo 23 cr).
Fin artículo 3.557º:
“Aleixandre y García Lorca”.
E.
03 mayo