Artículo Periodístico 3.566ºº: “Cómo conociste a tal persona/escritor”.
Todos
los seres humanos, recuerdan o casi, cómo conocieron a tal persona, casi
siempre si tiene notoriedad. Entre los escritores y personas de la cultura
también.
Quizás
sea por un deseo ancestral, quizás como somos homínidos evolucionados, que a su
vez fueron primates evolucionados, que a su vez, los primates son simios
evolucionados. Parece ser que en todos esas docenas o cientos de especies y de
evolución de miles de milenios. En todos, la estructura y el orden social
dentro de los grupos y las manadas, parece ser es muy importante y esencial
–evidentemente, con distintos grados de parentesco y de afinidad y de
interrelación y de jerarquía…-.
Quizás,
tenga otras explicaciones sociológicas, antropológicas, psicológicas,
culturales, económicas y, quizás, sean combinaciones de todas ellas. Pero en
las memorias o biografías o autobiografías o vitagrafías casi siempre se
señalan que conocieron a tal o a cual persona, en tal o cual momento, en tal o
cual espacio, en tal o cual tiempo.
Quizás,
en mucho sea soñado o inventado o imaginado. Porque la realidad es que el
encuentro con otra persona, pongamos el caso entre escritores, se producen,
muchos y en muchas décadas. Y, raramente, se puede saber y conocer y recordar
todos. Y, menos aún, quién será o sería importante en el futuro. Pongamos el
ejemplo de Umbral a su llegada a
Madrid, por cuántos despachos y editoriales redacciones y periódicos y
encuentros y salones, según cuenta él, estuvo. Por muchos. Cuántos él
personalmente recordaría de otros, cuántos otros de él. Cuántos sabrían que esa
persona llegaría a ser uno de los grandes articulistas del último tercio del
siglo veinte –con posibilidades y potencialidades que pase a la historia de la
literatura en español…-.
La
escritora y columnista, ahora, demasiado olvidada, por las tragedias y comedias
de nuestra sociedad, María Teresa León,
nos narra en un articulo titulado Cómo conocí al gran escritor soviético,
publicado en El Mono Azul, del 24 de junio de 1937, cómo fue su encuentro y
su viaje a la URSS y cómo se encontró con el egregio y máximo escritor Máximo Gorki en 1934.
Por
lo general, ante otros seres humanos, sean intelectuales o culturalistas o no,
se dediquen a la panadería o a ser ama de casa –nombre que supongo hoy disgusta
en todos los foros culturales y sociales- o a ser el último Premio Nobel,
tomamos una aptitud y actitud hacia otras personas, de aceptación o de negación
o de indiferencia.
En
el mundo cultural esto sucede también, pero quizás, más radicalmente. He visto
muchas veces, que ante el encuentro de dos personas del mundo de la cultura,
aunque dentro de él, tengan distintos oficios, pongamos por caso de un crítico
de tal materia o un director de tal especialidad y un autor/a sea de filosofía
o de arte plástico o de literatura. Parece que se produce una competitividad,
una competencia, un análisis subjetivo, consciente o semiconsciente, una
valoración de si esa persona llegará a ser tal o cual, si dispone de una
personalidad o de otra, si su trabajo cultural es de gran renombre o de poco…
Es
obvio que el artículo de María Teresa
León, se encuadra y se inserta en la enorme tragedia que nuestro país y
sociedad, sus abuelos y sus bisabuelos estaban pasando en aquellos tiempos, la
mayoría sin comerlo y sin beberlo y sin desearlo y sin buscarlo, pero que
sufrieron los platos y el mantel durante aquellos trágicos años y meses y todos
los anteriores/posteriores de una manera y de otra.
Siempre
se indica, estudiemos la historia para no repetirla, no repetir lo negativo.
Pero a veces, a uno le da la sensación que la historia es una enorme sinfonía,
que los movimientos y compases se repiten, con otros instrumentos melódicos y
con algunos cambios. Si redacto este modesto artículo es para recordar esa idea,
no pongamos las piedras y los ladrillos y la argamasa, para que la historia se
repita, con otras banderas y otras ideologías y otras maneras y otras formas y
otras circunstancias, pero siempre terminamos en los vaivenes de las cunetas y
trincheras –tres guerras civiles, denominadas carlitas, en el siglo diecinueve,
una en el siglo veinte…-. ¡Por favor…!
Cuando
estaba en los baúles de la Universidad, con eso y en eso de la Facultad de
Historia y de Historia del Arte, porque el maratón fue largo en mi trayectoria
personal académica, por diversas razones y vicisitudes. Siempre se indicaba,
que la historiografía sobre ese periodo histórico, la incivil guerra civil
española –como diría Ansón-, era uno
de los más extensas de todos los conflictos sociales y militares y políticos
que se habían producido en el siglo veinte.
O,
dicho de otro modo, que se habían estudiado, en la medida de lo posible, desde
multitud de puntos de vista, esa realidad. No sé, si tal aserto o enunciado es
verdadero. Pero desde luego, llevamos casi cien años, traumatizados, en mayor o
menor medida por ese acontecimiento, cosa que Pío Baroja, vaticinó al principio de dicha realidad.
Pero
terminaré, con una pregunta, y, una invitación al estudio y a la investigación…
¿se han realizado estudios académicos, suficientemente solventes, sobre dónde
estuvieron cientos y miles de personas, según indican, de distintos y diversos
estratos sociales, culturales, políticos, económicos, ideológicos, culturales…
mientras los de su misma edad, que no habían buscado ese conflicto y no lo
querían, estaban tirados en campos de guerra, en campos de trabajo, en campos
de concentración, en campos de prisioneros, en campos de trincheras…?
¿Dónde
estuvieron y qué cargos tuvieron…? ¿Porque muchos liaron el baile trágico, pero
después se marcharon, o, se quedaron con cargos alejados de las trincheras, y,
otros que no querían bailar ninguna danza macabra, tuvieron que sufrirla de
muchas maneras y formas, durante y antes
y después…?
¿No
vayamos a repetir la misma historia, esta historia que raramente se indica,
salvo en tascas, tabernas, cantinas, tascantinas, tabercantinas…? ¿Unos, lían
la música y el baile, y, después se marchan y otros lo sufren en el momento
largo y antes y después…?
¡Aviso para caminantes, aviadores,
viandantes, buceadores, astronautas…!
https://museovirtualcuadernosdelamancha.wordpress.com © jmm caminero (29 abril-10 mayo 23cr).
Fin artículo
3.566ºº: “Cómo conociste a tal persona/escritor”.
E.
10 mayo